Muchos fueron los acontecimientos importantes que ocurrieron en el 2022, positivos y negativos. Pero, los más preocupantes para el mundo deben ser aquellos que no tuvieron un final, una conclusión que arrojara tranquilidad y sosiego a la humanidad.

 

El nuevo año 2023 recibió la extensión de la pandemia de la COVID, que desde su aparición en 2019 sigue enlutando familias a nivel global.

 

El Sars-Cov-2 hizo mutación como variante delta del coronavirus en 2021. Luego otra nueva cepa identificada como ómicron en 2022, para seguir causando estragos en la población mundial, especialmente en Estados Unidos, China, Europa, América Latina y el Caribe.

 

La tendencia de que este virus desaparezca totalmente no se vislumbra, a pesar de los esfuerzos de las autoridades de salud. Todo lo contrario, este podría continuar mutando en cepas diferentes que requerirán nuevas campañas de vacunaciones.

 

La guerra entre Rusia y Ucrania también continúa. Miles de soldados muertos y heridos en solo 10 meses de combate, y otros miles de víctimas inocentes que se suman al quedar, desafortunadamente, atrapadas en medio de la conflagración.

 

Este conflicto bélico se inició con la invasión de Rusia a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, y aún no hay solución a la vista. Se pronostica que podría agravarse en cualquier momento ante la lucha de las grandes potencias que buscan el dominio de una mayor expansión geográfica y la imposición de un nuevo orden económico mundial, acorde a sus intereses políticos.

 

Estos dos hechos -pandemia y conflictos bélicos- han afectado la economía global ante los inconvenientes suscitados en la exportación e importación de productos comestibles, insumos agrícolas, de petróleo y sus derivados, siendo los más afectados los países pobres y aquellos en vías de desarrollo.

 

Los altos precios de los productos alimenticios, por los factores anteriormente indicados, continúan aumentando la crisis alimentaria mundial, haciendo que millones de personas caigan en la pobreza extrema, según datos del Banco Mundial.

 

Sus reportes estadísticos revelaron que el número de personas hambrientas a escala global creció de 282 millones a 345 millones en los primeros meses de 2022.

 

De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la crisis que vive el planeta es fruto de las alteraciones climáticas, los conflictos bélicos y la desaceleración económica.

 

Ninguno de estos tres factores tiene solución a corto o mediano plazo, por lo que en el 2023 no se verán cambios significativos favorables.

 

El informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de octubre de 2022, reveló que la salud de las mujeres, jóvenes y niños se había deteriorado en todo el mundo como consecuencia de los conflictos, la pandemia del Covid y el cambio climático.

 

Los 10 países más pobres del mundo se encuentran en el continente africano. Burundi, la República Centroafricana y la República Democrática del Congo, ocupan los tres primeros lugares.

 

Si tomamos en cuenta el Producto Interno Bruto (PIB) de países de Latinoamérica y el Caribe, la nación más pobre de estas regiones es la República de Haití, que comparte la isla Hispaniola con República Dominicana.

 

El presidente dominicano Luis Abinader, en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de septiembre 2021, reclamó a la comunidad internacional acudir en ayuda de Haití, para solucionar la grave crisis política, económica, de alimentación y seguridad. Pero los avances en ese sentido han sido muy tímidos.

 

Los grandes países europeos y Estados Unidos siguen de brazos cruzados ante la crisis política y alimentaria que padece esta empobrecida nación.

Al parecer, quieren obligar que sea el gobierno dominicano que se responsabilice de los problemas de sus vecinos fronterizos, independientemente de la diferencia de idioma, religión y costumbres.

 

La solución de los problemas de Haití no está en manos de República Dominicana que, a pesar de los problemas económicos y de salud a lo interno del país, ha extendido una mano de ayuda y colaboración, desacelerando con ello el descalabro definitivo y/o autodestrucción de la nación haitiana.

 

Estados Unidos no escapa a los problemas que afronta la economía a nivel mundial. También están padeciendo los mismos efectos en lo que se refiere a aumento de productos alimenticios, de la gasolina, de contagios de Covid e incremento de la delincuencia.

 

Las ventas de armas de fuego en tiendas autorizadas se han triplicado en los últimos meses. Son más los norteamericanos que cada día compran armas para defenderse de los malhechores.

 

Los delincuentes, a través de negociaciones en el “mercado negro” interestatal y fronterizo, consiguen armas y drogas para llevar a cabo sus fechorías.

 

Al final del 2022, los incidentes con armas de fuego dejaron más de 20 mil víctimas fatales y más de 38,000 heridos, según la ONG Gun Violence Arkaiv.

 

De acuerdo con esta agencia, un poco más de 6 mil menores de edad murieron o resultaron heridos en el año que recién finaliza.

 

Independientemente de las plegarias y buenos deseos de la humanidad para que el nuevo año 2023 sea de progreso, buena salud y bienestar económico, debemos estar conscientes de que el futuro global no es muy promisorio.