El avance que experimentan la gestión integral del riesgo de desastres y las emergencias, tienen su punto de apoyo, en gran medida, en el desarrollo de la ciencia.  Vivimos un mundo en donde el desarrollo de la ciencia y las tecnologías permean todas las áreas del saber.

La gestión de riesgos y emergencias se han beneficiado del ingenio empírico, de las teorías y los científicos que han fortalecido este campo.  Los aspectos generales de la cultura mundial también están haciendo que estas áreas se desarrollen y crezcan con vocablos y términos que enriquecen estas profesiones de interés para el desarrollo.

Las soluciones a los problemas que generan los eventos naturales y humanos, tales como: huracanes, vaguadas, sismos, tsunamis, incendios, conflictos políticos-sociales, entre otros, se apoyan en recursos y conocimientos que se armonizan con las experiencias de los técnicos y profesionales que las comparten.

Los conceptos usados en la actualidad por grupos humanos reúnen una variedad de aportes invaluables para la gestión integral del riesgo de desastres. Añaden, además, validez al conocimiento al convertirlo en “alimento” para las emergencias. Términos de la psicología, específicamente, el comportamiento organizacional y la proactividad, los encontramos en el mundo de las emergencias y la gestión de riesgos de desastres.

La proactividad, en emergencias y gestión de riesgos de desastres, se refiere a dejar de reaccionar una vez se materialice el hecho. Se encauza en tomar la iniciativa y no esperar a que pasen las tragedias para responder. Llama a dar un paso adelante de manera organizada y planificada, para ir de la mano con planes de desarrollo.

Y cuando se habla de reactividad y la relacionamos con la gestión integral del riesgo y emergencias, se refiere a que la capacidad y fortaleza de la entidad de emergencias responden rápida y efectivamente en situaciones de crisis.

En ese mismo orden, la prospectividad es un enfoque metódico, interactivo e interdisciplinario que explora en las tendencias los cambios emergentes, las repercusiones sistémicas y los futuros alternativos según los plazos que podrían generar cambios. Es una mirada estratégica de desarrollo sostenible que se concentra en el estudio de los riesgos ambientales, las poblaciones vulnerables y las formas propicias de responder cuando ocurre una tragedia.

En conclusión, para ser preciso, la proactividad, reactividad y prospectividad son conceptos usados en la gestión integral del riesgo de desastres y las emergencias. Y cada uno se aplica a las realidades de los entornos ambientales a partir del nivel de peligro reconocido en el entorno de vulnerabilidad, elaborado para hacer frente a los peligros del territorio, es decir, sirven como términos para explicar formas disímiles de gestionar el riesgo local y respuesta a las emergencias.