El primer periódico que apareció en Neiba fue el Picaflor, dirigido por Paulino Vásquez (Añín), con una  circulación gratuita, como resultado e inquietud de un grupo de jóvenes nacidos en Neiba en interés de llevar sus conocimientos, preparación académica y literatura a los pueblos vecinos a pesar de la angustia, la desolación y las limitantes condiciones de la época, comenzaron los primeros esfuerzos para publicar el primer periódico en este pueblo.

Mecanografiado en una vieja maquinilla en las oficinas locales de Educación, su contenido estaba orientado con noticias sociales, poesías y la cobertura de las actividades sociales propias de la época.

Este primer intento periodístico, fue recibido con admiración y alegría por los nativos de Neiba, ya que no esperaban logros de esta altura desde una  juventud inexperta y con poco conocimiento en materia periodística.

Este informativo servía para anunciar los eventos sociales con una cobertura que era dada a conocer una vez finalizada la actividad.

 El Picaflor despertó el interés en la población por su contenido, ofrecido en secciones, siendo su mayor contenido en asuntos sociales, reseñas de actos festivos, cartas de amor sin firma ni dirección, poesías, chistes, y alguna más que otra nota del cotidiano vivir.

A pesar de este esfuerzo, El Picaflor llegaba de manera gratuita a sus lectores, poniendo claramente en evidencia que el real interés de sus creadores era servir de manera desinteresada a los nativos de Neiba y la región cercana. Podríamos decir, que fue el primer periódico gratuito de la época.

Nos cuenta Elixiva María Vásquez de Díaz, (Doña Nena), en su libro Antiguallas de Neyba, que él mismo era escrito en la maquinilla de la Inspección de Instrucción Pública, como era llamada la Inspección de Educación, quizás era la única que existía en el pueblo para ese entonces, No existían muchos mecanógrafos, lo que indica, que ese esfuerzo era mayor y es motivo de admirar con arrojo los que participaban en esta tarea para cumplir con ese compromiso semanal que era la regularidad de su tirada.

Además de eso, el esfuerzo para adquirir el papel que utilizaban ya que para ese entonces no era fácil conseguir por las  condiciones que ellos tenían, sabe Dios cómo, pues no tenían una asignación ni ingreso por esa labor, ya que el único beneficio buscado era  estimular la sociedad al hábito de la lectura y despertar el interés para interesarse de los acontecimientos ocurridos en sentido general tanto a nivel local como en el ámbito nacional.

Nos cuenta Doña Nena, más adelante  en su libro, que cada domingo al salir de la Misa, los muchachos con su papelito en la mano, y a viva voz, gritaban su alegría. El Picaflor, El Picaflor, el llamado era para que cada uno de los concurrentes al acto religioso, tomaba el suyo, pues lo mejor de todo, el periódico el Gratuito, “Por amor al arte”. Y como todas las cosas que carecen de consistencia estructural, nuestro primer rayito de luz, se fue extinguiendo hasta ocultarse para siempre en las tinieblas, finaliza diciéndonos Doña Nena esta historia.

 El Moderno, segundo periódico en Neiba

Desaparecido El Picaflor, aparece el Moderno, segundo intento periodístico en Neiba, este surge sobre la base técnica, ya que no fue vocero del fuego que enciende el deseo de hacer en la adolescencia, sino la continuación del ejercicio de una carrera iniciaba en los círculos periodísticos de la ciudad capital donde su fundador el doctor Luis Felipe Vidal, conocido  como Bobelo, había alcanzado destreza y experiencia.

Este nuevo periódico era editado en una imprenta en la ciudad de Santo Domingo, un rotativo con una tirada mensual organizada, con su editorial y varias columnas, a excepción de anuncios económicos, no contaban con ese respaldo comercial.

Su fundador hacía las veces de director, editorialista y corrector, quizás para evitar dificultades por la distancia entre el lugar donde circulaba y la imprenta. Al mismo y a manera de colaboración, se unieron los que estaban en El Picaflor llevando su ayuda en varias ocasiones, con una  conciencia definida para mejorar la lectura  entre los nativos de esta ciudad.

Aun así,  y con la buena acogida que tuvo desde su salida, El moderno, no pudo mantenerse, teniendo los hijos de Neiba, que acostumbrarse a no poder ver florecer sus aspiraciones de tener un informativo a la altura que ellos aspiraban..

El Papagallo

 Con su aparición, lo convierte en el tercer periódico nacido en Neiba, su aparición era de cuando en cuando, el mismo era una hoja suelta escrita  en maquinilla, sin firma responsable, su propósito era corregir las incorrecciones de las personas en cualquier sentido mediante crítica desfavorable. Dicen los habitantes de este pueblo, que eso dejó buenos resultados en especial en el comportamiento social, aunque la gente se sentía, cuidaba para que sus faltas cualquiera que sea no fuera puesta en El Papagallo.

Era una hoja suelta cuya distribución al igual que los anteriores, se hacía a la salida de la Iglesia los domingos o en el parque municipal, y en otros lugares donde se agrupaban las personas de la comunidad.

Hasta ahora se desconoce quién o quiénes fueron los autores, pero si se dice que eran personas preocupadas por el mejoramiento en todos los aspectos de una persona dentro de una sociedad.

 Algunos veían a sus supuestos autores con admiración y simpatía por las correcciones que hacían pero también era vistos con repudio por su manera de corregir, clasificándolos “Gente sin Oficio, Vagos”, quienes  estaban atentos hasta como se amarraban el nudo de la corbata, quienes escupen en la calle, quien no llevan limpios los zapatos, su manera de sentarse en las reuniones, como las mujeres se colocaban el pintalabios, etc., Eso lo hacían con todas las personas, sin importar quien fuera ni a qué clase social pertenecía.

Una de las anécdotas más curiosas aparecida en este informativo, era la de  aquel señor que un día salía de la Iglesia vestido de blanco, con relucientes zapatos negros y sombrero tipo Italia, pero su corbata era vieja y en malas condiciones, descolorida. Era elogiado por el Papagallo, pero le decía, “Lastima”  que no tuviera ojos para ver la corbata.

Su principal misión era  buscar que la gente del pueblo fuera más urbano. Lamentablemente El Papagallo desapareció, pero dejando como recuerdo sus ocurrencias en bienestar  de que la gente tratara de vestir de manera mejor.

El Barbullón

Desaparecido el Papagallo, surge El Barbullón, este tenía una publicación mensual, con una línea sistemática y refinada. Fue su director Alberto Pérez Prado, junto a Isidro Medina, Humberto Recio y Ernesto Recio.

Como editorialista y asesora, la profesora Rafaela Heroína Calderón Ramírez. Este periódico incluía anuncios aunque de manera gratuita, su propósito era hacerlo más completo. Tenía dos columnas muy definidas, la primera, Expresándose Mejor, la que escribía Pérez Prado y Comportemos Mejor, bajo la responsabilidad de Humberto Recio.

En la primera se publicaban los vocablos mal pronunciados por la gente de menos entendimiento, esta columna era para hacer correcciones necesarias en la pronunciación. En la misma se publicaban verbos conjugados correctamente.

El Barbullón fue creación de un enamorado de la gramática castellana, quien se preparaba con cursos por correspondencia poniendo su aprendizaje a beneficio de los hijos de Neiba y convirtiendo su contenido en las tertulias juveniles.

La segunda e importante columna del Barbullón, buscaba las buenas  costumbres y manera de conducirse en los actos públicos. En la misma se recomendaban lecturas de textos, de urbanismo.

 El Barbullón en su contenido ofrecía otras secciones sobre literarias,  poesía, cuentos, adivinanzas, cartas de poesías, de algunos jóvenes de Neiba, entre los que se destacaban el mismo Humberto Recio, Arturo Vásquez, Horacio Vásquez, entre otros.

El Barbullón, se mantuvo mayor tiempo que los anteriores, pues  ya tenían más facilidades dentro de lo difícil, pues disfrutaban de papel, maquinillas y más disposición, aunque aún no existía el mimeógrafo, que hacía más fácil y cómodo la tirada de los primeros periódicos de esos tiempos.

Como resultado de estas inquietudes, los hombres de Neiba fueron orientados hacia el conocimiento y la literatura, la preparación académica, gracias al doctor Paulino Vasquez, (Añín), y su Picaflor, mecanografiado en una vieja máquina de escribir.

La Profesora Elixiva María Vásquez de Díaz, en su obra Antiguallas de Neyba, nos narra estos esfuerzos, que de hecho muestran cómo los jóvenes de Neiba siempre han contado con el entusiasmo, propiciadores de mecanismos que redunden en beneficio de la comunidad con inquietudes intelectuales y literarias haciendo aportes para bien de los nativos de la región.

Estos jóvenes  pioneros del periodismo Neibero, con su capacidad, su entrega al trabajo y con todo su amor a través de El Picaflor, El Moderno, El Barbullón, Revista El Rodeo y otros más, dieron paso a que muchos  hijos de esta laboriosa comunidad a ocupar posiciones principales medios de comunicación en la capital dominicana.