En el contacto permanente que suelo tener con hombres y mujeres que ha solido vivir en violencia de género, a veces las personas tienen expectativas un poco altas para que se tomen decisiones desde la justicia sobre Órdenes de Alejamiento y de encierro.

Un hecho recurrente es que algunas de las personas que desean la actuación de la justicia son aún son vecinas/os, o residen con mucha cercanía, quieren verse por entrega de dinero de manutención de la prole y no logran intermediarios para compartir con hijos/as. 

O sus peticiones se fundamentan en el miedo, o en especulaciones. Y para lograrse Órdenes de Alejamiento, encierro, no basta exponer temores, hay que tener hechos, y en la justicia se hace evaluación de riesgos, se requiere un peritaje en ese sentido. Recordar que no son los ministerios públicos que deciden, son los/as jueces. Sí es importante denunciar amenazas, violencia verbal para ir haciendo un expediente, si la violencia continúa.

Las Órdenes de Alejamiento o Protección son prácticamente inoperables en la cercanía. A veces algunas de las partes tienen un poco de ansiedad, de inseguridad…y les afecta un poco lo que la otra parte hace: si canta, si toma, si tienen visitas, si comparten en la calle…etcétera. Debemos comunicarnos con familiares y amistades para que la persona que está ejerciendo violencia verbal, por ejemplo, se vaya enterando de la disposición de enfrentar estas conductas.

Lo aconsejable es que si tenemos debilidades para que no nos resbale lo que otras personas hacen o dejen de hacer, debemos desarrollar seguridad.

Para desarrollar cualidades de seguridad en las relaciones y tener menos conflictos, podemos apoyar a las personas cuando hacemos el trabajo de Prevención, con formación, capacitación, consejería…sea en la justicia, en educación, juntas de vecinos/as, en los partidos… Para ello recomiendo el estudio y poner a leer el libro Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz; un libro basado en la cultura tolteca de México. Un resumen disponible en: https://devoradoresdelibros.com/resumen-cuatro-acuerdos/

Coloco acá algunas reflexiones sobre el Segundo Acuerdo que propone este escritor y que se relaciona con este tema.

Segundo acuerdo: No te tomes nada personal

“Este acuerdo trata sobre la importancia de no tomarte las cosas de manera tan personal. 

Ten en cuenta que lo que dicen las otras personas son solo palabras y tú eres el que controla el significado que tienen en tu vida. (…) Las personas expresan sus creencias, ideas y opiniones. Pero al final tú eres el que decide si tomas estas palabras como algo personal o si dejas que pasen sin que te afecten. 

(…) Que no te afecten te vuelven inmune.

Pero por desgracia muchas veces las personas suelen creer que son responsables de todas las cosas que suceden. 

Hay que superar la actitud de creernos de ser el centro, se suele dar la “importancia personal” de que todo gira a nuestro alrededor. Hay que “…entender que nada de lo que hacen los demás se relaciona contigo.” Las personas tienen acuerdos en su mente por cómo han sido “domesticados”, educados.

Al convertir este segundo acuerdo en un hábito en tu vida, es cuando te empiezas a sentir más libre que nunca.

Recuerda que tú eres el dueño de tu película, tú decides cómo te sientes, lo que te afecta y lo que no. En este momento tienes el control y debes aprovecharlo.” Ibíd.

Cuando aún navegamos por las aguas de la inseguridad lo recomendable es priorizar la paz, y alejarnos de las personas que nos afectan. ¿Cómo? Podemos mudarnos, cambiar de trabajo ¡en fin! poner distancia.

Otro obstáculo que nos dificulta la paz, la felicidad…es el apego dependiente, tóxico, a bienes, espacios, amistades, parejas. Hay que aprender a romper con el apego. Para profundizar invito a leer mi muy querido libro: Consciencia, libertad y felicidad, de Anthony de Mello. Un resumen y un link para el libro completo, disponible en: https://acariciando.blogspot.com/2007/01/meditaciones-de-anthony-de-mello-para.html

Prevenir la violencia de género requiere de un trabajo de fortaleza interior, autonomía, de un yo fuerte, autoestima; requiere de objetivos y metas, de participación desde una ciudadanía activa y amorosa con todas las personas y todo el universo.