¿Deberíamos preocuparnos con lo que está pasando en las arenas del Poder Judicial Dominicano?

Cuando hay poder Político, mediático, económico y militar, en una persona o grupo del mismo círculo, hay que saber diseñar bien las estrategias en cualquier ámbito, pues quien tiene esos poderes controla más de lo que cualquiera se puede imaginar.

No estamos ante cualquier fenómeno, creo que la cautela es imprescindible en estos momentos, sin dejar de actuar con firmeza y convicción.

Me pregunto ¿Cuál es el mensaje implícito que pocos logramos entender? ¿A donde nos llevará esta ola de decisiones del Poder Judicial? ¿Podrá el Ministerio Público hacer freno y contrapeso ante este contexto? ¿Acaso la independencia de la justicia es sólo para el Ministerio Público?

Mientras encontramos respuesta a las interrogantes anteriores, o cualquier otra que surja, vemos sigue esta realidad, miremos hacia el futuro, hacia la seguridad de aquellos que hicieron posible tener las pruebas de estos casos, que se han expuesto públicamente, incluso al extremo de advertir frente a los principales implicados, el riesgo que corren sus vidas, y la de sus familiares.

No olvidemos los reportajes de varios programas de investigación, las confesiones y devoluciones. Desde mi magro conocimiento del mundo militar, siento preocupación, pero resulta curioso que personas bajo investigación, con procesos judiciales en cursos y con tanto poder, a quien le deben tantos favores tal vez, percibo de alto riesgo la decisión que dictó el Sexto Juzgado de la Instrucción del Distrito nacional, en el hecho más reciente, antecedido por otro (s) que Ojalá el poder judicial pueda mirar hacia el futuro, la jurisprudencia, los futuros profesionales de la administración de justicia, las sociedades futuras, y el ciudadano del presente, merecen vivir con la memoria de haber luchado por los mejores intereses del país que represente a la mayoría del pueblo, y no a la mayoría de quienes saquearon el erario.

No quisiera imaginar que ha sido un engaño más, un capítulo con diferentes actores, donde los de cuello blanco aunque manchado son intocables, pero los más pequeños, los de menos poder, aquellos que no pueden pagar un abogado, y si pagan es con cárcel, y en el peor de los casos pagan hasta con su vida.

No, mil veces no, a la impunidad y corrupción, que hunde a mi país sin compasion, esta realidad no debe permitirse en el gobierno del cambio por que tanta gente votó.

Que la oscura sombra de algunos no mengüe o empañe la luz y el camino de muchos, que el silencio no nos haga cómplices, ni la indiferencia nos haga víctimas.

Albergo la esperanza de que en el juicio de fondo de quienes hoy son beneficiarios de esas variaciones de medidas sean juzgados por la ley y el peso de sus actuaciones, que no se juegue a tácticas dilatorias, que no apuesten al olvido, que no sigan perimiendo las acusaciones y casos, que no haya más excusas para rechazar las pruebas que se presenten. Que no muera la esperanza del pueblo dominicano de que se haga justicia, pues es lamentable que se conozca del “debido proceso” sólo para algunos, para los tutumpotes, mientras que el de a pies, el hijo de machepa, se pudre en la cárcel sin haber siquiera sido condenado.

La lucha con la corrupción y la impunidad no es ni puede ser un lema, ratifico mi compromiso con la lucha contra la corrupción, este debe ser un compromiso de todas y todos.