Plantar en la Constitución de República Dominicana un párrafo descentralizador fue tarea de las fuerzas vivas de Santiago. Satisface que el señor presidente Luis Abinader se ocupa sistemáticamente de cumplirlo.

El artículo 196 de la Carta Magna impone que, “sin perjuicio del principio de solidaridad, el Estado procurará el equilibrio razonable de la inversión pública en las distintas demarcaciones geográficas, de forma que sea proporcional a los aportes de aquellas a la economía nacional”.

El poder ejecutivo reorganizó el gasto público. Distribuyó mejor la inversión estructural en las diferentes circunscripciones geográficas. Se favorece que provincias responsables con el erario público por fin reciban lo que merecen. Fuera decisivo que a los grandes ayuntamientos se les transfiera el 10% de ley que les corresponde.

En vez de contar pobres, calcular porcientos y buscar la indigencia con lupa, esta gestión potencia el capital social cibaeño, para que sea auténtico replicador de desarrollo.

Esa es la gestión que realiza la Presidencia en Santiago. Ocuparse que los 45 mil empleados públicos apoyen las más de 15 mil empresas y 220 mil empleados. Además, se movilicen a favor de proyectos del Plan Estratégico Santiago 2030.

Como resultado, el centro histórico se pondrá en valor. Territorio generador de miles de empleos, productor de 20 mil millones de pesos anuales y movilizador de 40 mil visitas comerciales y turísticas diarias. Los diseños arquitectónicos de las obras quedaron magistrales, su licitación transparente con asignación presupuestaria concreta.

Los diseños físicos de los 800 metros lineales de la calle del Sol y más de 150 de la calle Benito Monción están concluidos por licitación y quedaron magistrales. En especial por los criterios conceptuales de diseño aportados por Compromiso Santiago en coherencia con el Plan Estratégico Santiago 2030 y la selección democrática y creativa de los arquitectos.

Estas calles serán reconquistadas, respetando el acceso, soterrando el cableado, remozando fachadas, asegurando arborización vial generadora de sombra y el aumento de las aceras para aportar más espacio público para que la cultura reconquiste la calle. Asimismo, como los diseños de remozamiento de Casa de Arte, el Centro de la Cultura y la sede del Consejo del Centro Histórico y la dirección de patrimonio ya están en proceso.

También, de la mano de INAPA y CORAASAN, el sistema saneamiento del río Yaque se robustece. Es la cuenca más productora de riquezas de la isla. Se limpia el agua residual de una cuenca que acopia 794.48 millones de m3, genera 170.6 MW de energía, agua potable para 2 millones de habitantes y riego para 100 mil hectáreas.

Más de 15 intervenciones de impacto rápido en los arroyos Gurabo y Nibaje y en las riberas urbanas el río Yaque  ya están en curso.

Igualmente, la Presidencia gesta eficientes intervenciones de movilidad con la Unidad de Readecuación de Barrios y Entornos (URBE), la Oficina de Movilidad de Proyectos Urbanos e Interurbanos y Gabinete de Construcción.

Con ellos, estamos en la primera línea del monorriel e implantando una fase del teleférico desde el centro urbano hasta el populoso barrio la Yagüita de Pastor y la UASD. Asimismo, la lógica del transporte colectivo será favorecida por una vialidad de alta conectividad.

La Presidencia también cuenta con Santiago para elevar su eficiencia. El Plan Estratégico 2030 facilitó la modelación de la movilidad y simulación virtual de 1 millón, 200 mil viajes diarios, orígenes-destinos, circulación estacional, carga y montos de pasajeros. Esta modernísima data ahorró más de siete meses de trabajo.

Definitivamente, lo que el presidente Abinader hace por Santiago crea precedentes. Ese es el estilo de gestión sostenible que esperamos de todos.