Turismo en cada rincón, así denomina el ministerio de Turismo el programa que anunciaron el 3 de agosto del año 2022 y lo definen como la primera plataforma de promoción y apoyo al turismo local con un enfoque de sostenibilidad e inclusión”[1]. La propuesta esta coja. Le falta, entre otras posibilidades, la integración de la caficultura en particular y la agropecuaria en general en la comprensión y asunción de que la producción y la forma de producir también son manifestaciones de la cultura de toda nación. Sería una contribución al dejar de reducir la cultura al espectáculo, pese a que tal pensamiento no es por falta de “educación” ni por ingenuidad. Responde a una visión de clase.

¿Conocen nuestras niñas, niños y adolescentes de las grandes ciudades y de la clase media y media alta, como se produce los huevos, las berenjenas y los plátanos? ¿Saben que el queso, el yogurt, la mermelada y los helados no salen de la nevera ni los fabrica Amazon? ¿Saben que tampoco el café sale de la greca?

Con frecuencia el ministro de Turismo, David Collado, comparte imágenes en sus redes sociales con el titular: “Me voy a buscar turistas “. Mi amigo David, de los turistas que consigues por allá, ¿Cuántos llegarán a las zonas cafetaleras?  ¿Llegarán?

El 19 de junio, Collado aseguró que el país recibiría en el 2023, 10 millones de turistas. Dos días después (el 21) anunció que “el 16 de diciembre próximo llegará el primer barco crucero al puerto turístico de Cabo Rojo (Pedernales). ¡Allí el gobierno ha invertido aproximadamente $200 millones de dólares…y faltan!”

Horas más tarde, declaró que el gobierno y empresarios de Santiago planifican inversión turística de más de 400 millones de pesos.

Un dato interesante: en tres días, el dinámico ministro hizo tres anuncios de lo bien que va el turismo dominicano. Las citadas inversiones impactarán en las principales provincias productoras de café: Santiago, a quien pertenece el municipio cafetalero Juncalito; Cabo Rojo, pertenece a Pedernales, que junto a Barahona producen uno de los mejores cafés de la región. Esos 10 millones de turistas que vendrán al país en el 2023, estarán en toda la geografía nacional.

Por ejemplo, el polo turístico No.8 está compuesto por Palenque (provincia San Cristóbal), Baní (provincia Peravia) y Palmar de Ocoa- Azua.  Las tres provincias tienen municipios cafetaleros: Valdesia, es la zona cafetalera de Bani; Los Cacaos, municipio cafetalero de San Cristóbal; Peralta y Padre Las Casas, municipios cafetaleros de Azua. Es solo un ejemplo de la viabilidad de convertir el turismo en la pata que le falta a la industria cafetalera. ¿Qué falta para que sea así? Una visión democrática del desarrollo (partiendo de la premisa de que se producirá una redistribución de las riquezas producidas) y voluntad política para ponerla en práctica.  Así de simple.

Vayamos por reformas políticas que transformen el actual modelo de desarrollo por uno de visión integradora para el bienestar general del pueblo dominicano. Procuremos articular la actividad turística con otros renglones de la economía, especialmente con los sectores productivos, en este caso en primer plano, la caficultura.

Debemos insistir en el tema hasta convertirlo en demanda movilizadora, que el turismo sea articulado con los factores de desarrollo local que existen en todos los rincones del país.

¡Que se derrame la ganancia!

Si el turismo es la principal columna de la economía nacional, sus beneficios no pueden seguir concentradas en las elites del gran capital nacional e internacional, dejando a los sectores populares los puestos de empleos con bajos salarios y las consecuencias de la depredación de los recursos naturales y la contaminación ambiental.

En todos los países existen turistas interesados en el mar, el sol, las playas, la arena blanca, las palmeras, la música, los bailes, los amores y el placer en general; y también los hay que les apasionan las aventuras en complicidad con las montañas, valles, ríos, arroyos y animales, el patrimonio cultural de los pueblos, las comunidades y sus tradiciones. En este último nicho del mercado internacional y local, están los turistas que esperan en las zonas cafetaleras dominicanas.

¡Dale David, que el turismo llegue a la caficultura!

[1] https://www.mitur.gob.do