I.- La solidaridad militante de ayer
1.- A lo mejor, no sé, tal vez, pero creo no estar equivocado al razonar en el sentido de que el material humano dominicano ha cambiado, y no para bien. Ha modificado su modo de ser; ya no es el mismo en su manera de sentir.
2.- Mi coterráneo de ayer se manifestaba entristecido ante la angustia que padecía su semejante. Situación parecida no la observo hoy, cuando, al parecer, da lo mismo ver a otro alegre que deprimido.
3.- Por allá, en las décadas de los años 60 y 70, del siglo pasado, cualquier hecho que causaba repugnancia, no importaba dónde ocurriera, servía de motivo para el más amplio rechazo en el seno de nuestro pueblo.
4.- Comportarse desentendido, no formaba parte del proceder de aquella generación que en el accionar cívico, político, ciudadano y social, lo dio todo sin esperar nada material.
5. Anteriormente, fue común la presencia de miembros activistas del movimiento obrero, estudiantil y de las mujeres; los gremios de abogados, médicos e ingenieros, llevando notas de prensa a los programas de noticias de Radio Mil, Radio Popular, o Radio Comercial en la ciudad capital, o a la Situación Mundial en Santiago; lo mismo que a los periódicos El Nacional de Ahora, Última Hora, La Noticia, El Caribe, El Listín Diario y a La Información.
6.- Qué desazón, cuánta decepción genera ver a los nuestros comportarse indolentes, desinteresados por la desgracia, la adversidad que angustia a ese que, como tú, merece estar alegre.
7.- Tengo la dicha de formar parte de ese conjunto de mujeres y hombres que en este país han tratado de actuar conforme el signo de los tiempos, acorde con las circunstancias y sin esperar nada a cambio.
8.- Para unirse a la causa de otro, dar apoyo, basta con estar formado en el sentir de la solidaridad, que es la más alta expresión y el más bello gesto de la especie humana.
9.- No hay que hacer el mayor esfuerzo para comprender cuándo, desde lo más hondo de tu corazón, te sale el deseo, la más pura aspiración de adherirte, respaldar a quien de ti necesita y merece apoyo.
II.- Cero indiferencia ante la prisión de Julián Assange
10.- Cómo estar como si nada; dando demostración de desgano; impasible, cuando debe demostrar pasión, vivo entusiasmo, ante la situación que aqueja a Julián Assange.
11.- Julián Assange, está en prisión y expuesto a pasar el resto de su vida encerrado, porque ha luchado por defender la transparencia de la información y por la diafanidad de lo que debemos de conocer y está oculto.
12.- No está en discusión que la privación de la libertad a Julián Assange, es porque ha sido defensor de los que trabajan para que la opinión pública mundial tenga derecho a conocer la información sensible.
13.- La lucha de Julián Assange ha estado ligada a que el mundo entero debía de conocer los asesinatos extrajudiciales en Kenia, que le hizo merecedor del premio Amnistía Internacional de los Medios Británicos.
14.- En una coyuntura como la actual, en la que existe un amplio movimiento a nivel mundial para que todo se haga con la mayor diafanidad, es oportuna la ocasión para salir en defensa de la libertad de Julián Assange, quien ha sido un abierto defensor de la pureza en la información
Ideas finales
15.- En la República Dominicana, donde tantas y tantos hombres y mujeres han dado sus vidas luchando por la libertad plena y limpidez en lo que debe ser conocido, muchas voces debieran de levantarse reclamando la libertad de Julián Assange.
16.- Ningún argumento es válido para guardar silencio ante la prisión de quien está preso por defender el derecho de la humanidad entera a conocer la verdad sin restricción alguna.