A nivel mundial se tiene muy claro que conducir bajo la influencia del alcohol es uno de los factores que aumenta el riesgo de accidentes. Por tal motivo, la mayoría de países han adoptado un marco regulatorio bastante armonizado respecto al grado de alcoholemia a exigir a los conductores.
En el caso particular de nuestro país, la Ley 63/17 permite una tasa de 0.5 gr/l en sangre o 0.25 mgr/l en aire espirado. Para los conductores de vehículos de transporte público de pasajeros, de carga o sean portadores de un permiso de aprendizaje, el grado de alcoholemia será de cero en sangre y cero en aire espirado. A los conductores de motocicletas se les permitirá hasta 0.2 gr/l en sangre y 0.1 mgr/l en aire espirado.
Los valores anteriores son similares a los exigidos por un porcentaje muy alto de países, pero, curiosamente, los países líderes a nivel mundial en seguridad vial han bajado o están en proceso de bajar esos límites y han aumentado significativamente las sanciones por incumplir con la ley. Los motivos para tomar esa determinación son muy claros, ya que estudios exhaustivos han demostrado que un porcentaje muy alto de muertes en accidentes de tránsito son producidos por el alcohol, consumo de drogas y psicofármacos.
Por ejemplo, a pesar de en España haber realizado en el año 2023 casi seis millones de pruebas de alcoholemia y ciento veinte mil pruebas de control de drogas, un 53.6 % de análisis a conductores involucrados en accidentes, incluyendo análisis post-mortem, demostraron que habían consumido alcohol o drogas. Lo anterior refleja claramente que cuando las campañas de concientización son insuficientes es necesario recurrir a sanciones mayores y a bajar las tasas permitidas. Por tales causas, se está estudiando bajar las tasas de alcoholemia a 0.2 gr/l en sangre y 0.1 en aire espirado y a los conductores de transporte publico de pasajeros, de carga y noveles (con menos de un año de haber obtenido la licencia) cero.
Países como Suecia, Noruega, Polonia y Estonia tienen tasas similares a las que se exigirá en breve en España, así como también en Francia y Alemania. Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía permiten una tasa cero de alcoholemia.
Espero que poco a poco se incrementen en toda la geografía el número de controles de alcoholemia, así como de control de estupefacientes, para aumentar la seguridad de nuestras vías. Recomiendo se vigilen mucho las zonas turísticas, tanto por consumo de alcohol, como por consumo de drogas. Sugiero realizar pruebas de alcoholemia a fallecidos en accidentes, pues en ocasiones se puede atribuir la causa del accidente a otras circunstancias, siendo que la verdadera causa es el alcohol o las drogas.
Nadie tiene el derecho de trasladar a los que circulan a su lado el riesgo que genera por ir bebido o drogado. Solo cero en alcohol y cero en consumo de drogas tiene cero consecuencias.