A raíz de la globalización de la economía y el libre comercio, los estudiosos de la conducta humana consideramos que “la política dejó de ser una vocación de servicio” y se convirtió en un negocio que busca obtener beneficios personales, familiares, empresariales, comerciales y políticos redituables.

Según los estudios realizados por la Escuela de Sociología de la UNAM en el período 1999-2015, “la globalización y el libre comercio permeó a los partidos y a los movimientos políticos”, desnaturalizando el rol del Estado y el de sus instituciones” (UNAM, 2017).

Por su parte, la Psicología Social sabe que “cuando los políticos pierden su vocación de servicio y se asocian con empresarios” estos últimos, por su naturaleza intrínseca, secuestran al Estado y a sus instituciones y les imprimen a su vez una visión mercantilista (Escuela de Sociología de la Universidad UNAN, 2015).

Como se sabe, cuando el Estado y sus instituciones abandonan sus rol de legislar, aprobar y poner en marcha políticas públicas para garantizar el bienestar de todos los ciudadanos, en igualdad de decisiones, se produce un vacío institucional que afecta a los sectores de clase media y desestructurados (Estudios Escuela de Economía de la Universidad de Chile, 2019).

En tal sentido, los estudios realizados por la Escuela de Sociología de la Universidad LAVAL, Quebec, Canadá, período 1989-2019, refieren que “el flagelo de la globalización y el libre comercio” ha provocado, entre otros: (1) La generación de enorme riquezas entre un grupo reducido de empresas y/o empresarios, a costa del sufrimiento de los pobres y la disminución de la calidad de vida de la clases media.

Asimismo, (2) la explotación y extracción de los recursos naturales para incrementar las fortunas de los dueños del gran capital; (3) el incremento del impacto del  cambio climático; (4) la competencia visceral entre los sectores productivos y comerciales; y, (5) un proceso de descomposición y deshumanización social que está provocando conflictos geopolíticos que ponen en riesgo la paz y el bienestar de los ocho mil (8,000) millones de personas que habitamos el Planeta Tierra.

Según se conoce, Finlandia, Dinamarca, Suecia e Islandia, no aceptaron en principio, montarse en la locomotora de la globalización y el libre comercio y, decidieron invertir en áreas estratégicas para generar tecnologías y la industrialización de las materias primas, tanto para su consumo interno y exportar (BM, CEPAL, 1990).

Por su parte, países como Taiwán, Corea del Sur, Singapur antes de asumir el modelo de la globalización y el libre comercio, invirtieron cuantiosos recursos económicos en el fortalecimiento de sus respectivas economías y sus sistemas educativo y de salud, lo que les permitió, en apena cinco años, exhibir un instrumental tecnológico y científico altamente competitivo (FMI y BM, 1992-1998).

En el caso de la República Dominicana, la globalización y el libre comercio, barrió de cuajo con las precarias economías de los medianos y pequeños empresarios, así como con las esperanzas de un mejor porvenir al que aspiraban y, aún aspiran, los sectores de clase media y media alta generadores de riquezas (Análisis de la Escuela de Economía de la UASD, 2019).

En tal sentido, el Papa Juan Pablo II ante de su ocaso terrenal dijo: “el verdadero éxito de la globalización se determinará en la medida en que la misma permita disfrutar a cada persona de los bienes básicos de alimento y vivienda, educación y empleo, paz y progreso social, desarrollo económico y justicia” (Publicación del Vaticano, 2002)

Según se conoce, los Presidentes y Primeros Ministros que asistieron al fórum del G-20 celebrado del 16 al 20 de Enero del presente año en DAVOS, Suiza, mostraron preocupación por el panorama geo-socioeconómico, migratorio y geopolítico que vive la Humanidad en la coyuntura actual (FORUM DAVOS, Enero del 2023, Suiza).

Vistas las preocupaciones de los dueños del gran capital, los tomadores de decisiones políticas, económicas y sociales en los países en vías de desarrollo como el nuestro, deberían analizar la conveniencia de reglobalizar sus respectivas economías, ya que los hornos a nivel global no están para coser galletitas.

Como se sabe, el desmonte de los aranceles de los productos que importan los países signatarios del acuerdo de Libre Comercio entre los Estados Unidos de Norteamérica y varios países centroamericanos y la República Dominicana (DR-CAFTA), terminará en el año 2025, lo que pondría en apuros a los agroproductores centroamericanos y dominicanos (Declaraciones del Ministro de Agricultura de la RD, Enero del 2023).

Por lo antes expuesto, el Gobierno dominicano, a través de los Ministerios de Agricultura E industrias y Comercio, requiere de inversiones estratégicas para recapitalizar y eficientizar los sectores agroproductivos e industriales, incluyendo la reglobalizacion del modelo económico vigente en nuestro país.

“Lo que preocupa es que, la globalización esté produciendo países ricos con poblaciones pobres” (Joseph E. Stiglitz)