Al decir, sigue a las señas de la palabra. Evita interpretar las palabras sin palabra. Callad en la palabra. Y, así, fundad el lenguaje”. (Martin Heidegger).

A través del poeta y profeta reconocido como el responsable/jefe simbólico de su tribu cultural entendemos la vida de las formas verbales en su contexto de expresión estetizada. Pero con el poeta-profeta nace también el filósofo, que a lo largo de la historia tiene y deja huellas, que mediante el logos representa el pensar en tiempo y espacio. Se trata de un proceso revelador que se activa en la obra literaria, la obra de arte y la obra filosófica. Estas tres instancias del lenguaje movilizan las huellas que contribuyen a la fijación verbal de un anthropos fundamental que dice o habla su tradición y existencia.

El 19 de noviembre del 1910 Martin Heidegger escribe su poema titulado País lejano, donde sueña desde la luz de su pensamiento lo que pensaba sobre la poesía y el ser-ahí del poema como imagen-pensamiento:

“Amo esa hora vespertina,

cuando a través de la ventana, la argéntea luz de la luna

invoca en mi habitación

a enanos, sílfides, sirenas y espectros.

Sueño largo tiempo

con la peonza, el aro y el juego de las prendas,

con la escuela infantil, con la primera pluma de escribir.

Me remonto muy atrás

por el camino abandonado pronto,

y busco, busco la dicha infantil

y el placer del muchacho.

Un cortante golpe de viento me arranca del país de la juventud.

La visión fantasmagórica se evade.

aún veo cómo ahí en la pared,

la pálida luz de la luna se desliza por la calavera”.

(Véase Martin Heidegger: Pensamientos poéticos, Ed. Herder, Barcelona, 2010, p.32; Trad. de Alberto Ciria).

El anthropos fundamental que nace de la tradición helenística de la palabra y se hace testigo de tendencias conocidas como lo clásico y lo moderno en la práctica de la recepción intuye e influye en su mundo-sociedad. Tanto lo clásico, así como lo moderno y lo ultramoderno se constituyen en fenómenos poéticos, el poeta en la mirada, palabra y actitud. Las series expresivo-verbales y rítmicas producen en tiempo y lugar formas verbales y motivos poéticos que pronuncian el sentido mítico de todo texto. Este fenómeno se acentúa desde una estética y una poética practicada un Heidegger habitado por el ser-ahí. Todo lo cual hace su pronunciamiento de los rasgos suprasegmentales del poema y su visión sentiente del lenguaje-lengua.

El punto de vista creador y también los pulsos del lenguaje verbal expresivo que constituyen las bases de la tradición discursiva, filosófica moderna son los principales momentos de la experiencia poética.

Tanto en Europa como en América existen ejemplos de variadas tradiciones y rupturas con la tradición: romanticismo, independentismo, realismo poético, modernismo, creacionismo, surrealismo, neosurrealismo, concretismo brasileño y otras tendencias de ruptura. Los lenguajes son enriquecedores. Los ejemplos hablan en los poetas y en la comprensión de sus obras, a través de la práctica del lenguaje y sus principios teóricos. Por ejemplo, en Europa poetas como Dante, Petrarca, Ariosto, Torcuato Tasso, Baudelaire, Verlaine, Mallarmé, Heine, Novalis, los principales vanguardistas como Tristan Tzara, algunos poetas como G. Apollinaire, A. Breton, Valery, Eluard y otros clásicos como William Shakespeare, Milton, Ben Jonson, Donne, y muchos otros dentro de la modernidad han desarrollado toda una poética del pensamiento, el pensar y lo pensado de la Europa moderna.

En América tenemos una tradición hispánica que surge en países como México, Chile, Uruguay, Perú, Argentina, Cuba, Colombia, y otros países continentales de habla española. En la poeta Sor Juan Inés de la Cruz, con sus poemas alegóricos, amorosos, líricos, épicos y filosófico-morales el discurso poético hispanoamericano se enriquece abrazando lenguajes que envuelven la astrología, la cristiandad, la poética de género, el testimonio, el tratado-poema y otras escrituras artísticas. Encontramos en todo ese proceso una poesía colonial influida directamente por poetas españoles, pero también una poesía barroca, legible en poetas como Gaspar Stampa (1523), Luisa Sigea (1522), Luis de Góngora, Aphra Behn en el siglo XVII-XVIII, pero también, la tendencia moderna que abarca a Rubén Darío, Julio Herrera, Reissig, los norteamericanos Walt Whitman; Edgar Lee Master, Edgar Allan Poe, y los latinoamericanos y caribeños, Octavio Paz, Oliverio Girondo, Vicente Huidobro, Alfonso Reyes, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, José Lezama Lima, Francisco Matos Paoli, y muchos otros poetas y creadores de sistemas de pensamiento y poéticas del pensamiento épico-lírico que sugieren una filosofía de la obra poético-verbal y visual.

En el caso de la modernidad y la tardomodernidad existen poetas que hacen artes visuales y artistas que hacen poesía como género, así como filósofos que crean obras artísticas y visuales, desde la música, pintura, escultura y arquitectura, lo que implica una extensión e intención reveladoras de sus propios fundamentos. Existe por lo mismo una “verdad del poema” y una poesía del pensamiento que atraviesa toda la historia de la poesía y la filosofía de nuestros días en toda la América Continental y en todos los pueblos de la Europa Moderna y contemporánea. La poesía épica, lírica y dramática se lee dentro de la tradición y la ruptura. Luego del advenimiento de las vanguardias y poéticas de ruptura en el mundo moderno de la Europa continental y de toda la América Continental. Diversos autores y estudiosos han planteado una ruptura radical con los géneros llamados literarios que celebran lo poético y lo narrativo como perspectivas desarrolladas a través de la historia del arte y la literatura y que tienen como fundamento la reflexión filosófica, teórica y en todo el movimiento del poema-lenguaje a partir de principios poéticos y estéticos contemporáneos.

Desde este tipo de ritmo en variedad de la poesía y del arte con sus estéticas metavanguardistas acudimos a fenómenos como Pablo Picasso, Vincent Van Gogh, Magritte, Klimt, Carrá, Marinetti, Mondrian, Braque, Jean Michael Basquiat, Diego Rivera, Joaquín Torres-García, Iván Tovar, Vicente Pimentel y muchos otros que han marcado la tradición estético-artística y estético-filosófica, pero sobre todo lo que puede extenderse a un ámbito público y privado del consumo poético y crítico-verbal: obras abiertas, textos rebeldes y reveladores, poéticas del cuerpo, coreografías verbales, nuevos apocalipsis poéticos, textos poéticos y narrativas en movimiento, crisis poéticas, “poéticas en suspenso” y otras evidencias textuales que propician géneros transgresivos en la actualidad .

En este contexto podemos también añadir a los músicos, filósofos y los músicos-poetas (Sabina, Luis Eduardo Auten, Alberto Cortez, Fito Paez, Daniel Viglietti, Diego Torres, Silvio Rodríguez, Atahualpa Yupanqui) y gran parte del cancionero poético-musical latinoamericano y caribeño. Tomando en cuenta las relaciones o vínculos existentes entre artistas de la música y los creadores de una poética híbrida que encontramos mediante ejemplos como la relación música-poesía, teatro-danza, cultura visual era tradicional y moderna de la imagen poética, verbal y gráfico-pictórica.