El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), acaba de cumplir 50 años de haber llegado a la República Dominicana, decisión que tenía como propósito acompañar al país en su desarrollo. En 1974, año en el que la agencia se instala, la nación recorría un incipiente camino hacia la democracia. Esa realidad debió ser un reto para la organización de desarrollo que iniciaba sus primeros pasos en un contexto caldeado por la represión y los conflictos políticos de la época.
Referirnos al tiempo histórico que vivía la sociedad dominicana cuando el PNUD decide instalar sus oficinas de servicios en el país, es abarcar los momentos en que ocurrieron también fenómenos naturales que se sumaron a la ya complicada situación. Es narrar un momento de la vida del pueblo dominicano muy sensible, ya que, la población vivía bajo un régimen que violaba los derechos fundamentales de la población y una parte de los habitantes vivían en zonas rurales en condiciones de vulnerabilidad.
El 16 de mayo de 1974, la democracia dominicana se encontraba amenazada por la incertidumbre preelectoral de ese año, situación que llevó a los partidos opositores al gobierno reformista a no participar de las votaciones. Los líderes políticos alegaban falta de transparencia en el montaje de los comicios por lo que no se presentaron a la contienda electoral.
Las iniciativas de fortalecimiento de la economía, impulsada en la década de 1970, básicamente las de desarrollo agropecuario y de construcciones de infraestructuras vitales, no eran suficientes para garantizar una estabilidad económica que apuntaran hacia un verdadero desarrollo humano. El contexto político, social, y económico, así como los fenómenos de orden natural, impactaban a los más pobres. Las riquezas que se producían se concentraban en un reducido grupo político, económico y militar.
En lo social, “las necesidades de servicios de salud pública y de educación de los 70. respondían a programas de desarrollo regionales” (OEA, 1970, Situación económica y social de RD). Aunque se reportaba un crecimiento del desarrollo de la nación, la inequidad en justicia social y violación a los derechos humanos, generaban movimientos de protestas sociales y políticas trascendentes. Existía un régimen antidemocrático derivado de la dictadura trujillista, el cual se apoyaba en un reducido grupo de poder.
En 1974, “la esperanza de vida en el dominicano era de 50, 60 años”. “La tasa de mortalidad infantil se estimaba en cien por cada mil nacidos vivos” (DHS, 1980, Mortalidad Infantil y Educación Materna 1970-1980). “La desigualdad social se profundizaba, la inflación anual era de un 15%, el poder adquisitivo del peso descendía en más de un 26%, el índice de desempleo ascendía a más del 22%, el subempleo superaba el 60% y los salarios se congelaron”, (Historia Dominicana, los 12 años de Balaguer, 1966-1978), entre otras situaciones de tristeza, sufrimiento e impotencia de la población debido a los crímenes políticos orquestados desde el Estado.
En adición, la naturaleza se hizo sentir el 15 de septiembre de 1974 con el huracán Fifi-Orlene que afectó indirectamente el sur del país. Y horas después, el 16 de septiembre de ese mismo año, el ciclón Eloísa impacta directamente la zona Norte, siendo Puerto Plata el territorio más golpeado por ese fenómeno”. (Agricultura, 1990, Ciclones que han impactado a RD., 1851 a 2021).
Es decir, el PNUD se radica en el territorio nacional en 1974, nueve años después de haber sido creada por la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas en 1965, justamente en un momento en el que los eventos antropogénicos se combinaban con los de la naturaleza exacerbando las condiciones de vida de los dominicanos, hechos que postraban a una población carente de libertad y servicios sociales.
El PNUD se incorpora con el propósito de “ayudar a la sociedad dominicana mediante planes y soluciones que respondían a los retos de lograr una gobernabilidad democrática, gobernanza, reducción de la pobreza, prevención y recuperación de crisis (desastres), energía y medio ambiente, tecnología de la información, comunicaciones y el VIH/sida” (PNUD, 2024). Más adelante la institución se compromete con el desarrollo de los pueblos, promoviendo y haciendo posible su progreso.
La agencia de desarrollo establece metas para reducir las enfermedades, el analfabetismo y la discriminación contra la mujer. Esas metas generales orientaron en el tiempo los enfoques de desarrollo que le darían notoriedad al PNUD a nivel global. Primero, los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2015; segundo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), estos últimos reemplazan a los anteriores. La elaboración de esos objetivos globales, conocidos como agenda 2030, se insertaron en una visión estratégica de desarrollo humano.
El PNUD incide para lograr un mundo en que la pobreza y el hambre desaparezcan, el desarrollo humano se convierta en una realidad, y eso se pretende alcanzar con: hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria, innovación e infraestructura, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables, acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, paz, justicia e instituciones sólidas y alianzas para lograr los 17 objetivos indicados.
Diecisiete (17) Objetivos de Desarrollo Sostenible se implementan para hacer posible un mundo desarrollado, humano, sostenible y resiliente. Desde el 1974 República dominicana es parte de ese proceso que desde los programas del PNUD están presentes, solidarizándose y colaborando con el avance de la nación.
Ese interesante recorrido, nos hace reconocer al PNUD como una de las entidades de desarrollo que han invertido recursos técnicos y financieros en la implementación de las estrategias de desarrollo, en especial las de gestión integral del riesgo de desastres, la cual ha fortalecido sus capacidades de prevención, mitigación y respuesta ante desastres y emergencias.
Entre las instituciones del área que han sido favorecidas de las ayudas, la colaboración técnica y equipamientos, están: Defensa Civil, Comisión Nacional de Emergencias y Centro de Operaciones de Emergencias, así como otras instituciones del Sistema Nacional Prevención, Mitigación y Respuesta. Decenas de provincias y municipios igual han fortalecido sus capacidades en preparación y respuesta a emergencias.
De los 50 años del PNUD en República Dominicana, puedo decir que he sido testigo de 30, he visto sus contribuciones, aportes a los organismos de gestión integral del riesgo de desastres y emergencias, los cuales han permitido avanzar en la sostenibilidad y la resiliencia del país. Una cooperación técnica y financiera que promueve un desarrollo humano sostenible y resiliente.