Nadie que haya examinado el comportamiento histórico del Partido de la Liberación Dominicana desde la oposición podía esperar que fuera distinto al observado por esa organización política a partir del 16 de agosto del 2020.

La misma conducta oposicionista era previsible en el caso del nuevo partido del expresidente Leonel Fernández, Fuerza del Pueblo, por tratarse de un desprendimiento del PLD.

En ese sentido, basta con observar la oposición extrema que le hizo el partido morado al Partido Revolucionario Dominicano, antecesor del hoy oficial Partido Revolucionario Moderno, a partir de su contundente victoria contra el Partido Reformista y Joaquín Balaguer en las elecciones del 1978.

Para sembrar la democracia y la libertad en la República Dominicana, el PRD, bajo la conducción del Dr. José Francisco Peña Gómez, tuvo que vencer intentos de golpes de estado militares y propuestas instigadoras de civiles a favor del desconocimiento de la voluntad popular, como la que hizo el líder fundador del PLD, profesor Juan Bosch, quien a pesar de haber obtenido, en las elecciones de 1978, el pírrico respaldo de 18,375 votos, equivalentes a menos del 2% de los votos válidos, propuso la formación de un gobierno de unidad nacional, integrado por su entonces pequeño partido, el PRD, el Partido Reformista y las Fuerzas Armadas.

A partir de entonces, el PLD tomó las calles y le hizo una oposición rabiosa al gobierno de don Antonio Guzmán, lo mismo que al gobierno de Salvador Jorge Blanco y, más adelante, al de Hipólito Mejía, el cual, durante el proceso de quiebra de Baninter, fue objeto de una lesiva campaña de desestabilización financiera y política en la que participó el mismo líder y candidato presidencial del PLD, Leonel Fernández.

Como se puede apreciar, el hecho de que el PLD y el expresidente Leonel Fernández le hicieran una implacable oposición al presidente, Luis Abinader, en medio de la contagiosa y temida pandemia del coronavirus, sin tomar en cuenta el bienestar de la población, no es nada nuevo.

Sin dudas, la oposición egoísta de los líderes del PLD y de FP, sin tomar en cuenta el efecto lesivo de la pandemia y la guerra contra la economía, es una muestra de que -como señala Maurice Duverger en su reconocida obra Los Partidos Políticos- la oposición tiende a una demagogia natural en un régimen multipartidista, en el que sin tener que temer ser colocados contra la pared, los partidos opositores pueden entregarse a críticas y a promesas sin medidas.

Un planteamiento correcto sobre el rol de la oposición lo formula el politólogo Gianfranco Pasquino, en su conocida obra La oposición, al sostener “que una oposición bien pertrechada mejora la calidad de la democracia, incluso cuando no consigue llegar al gobierno, pero persiste en optar a él a través de su actividad de control y de dirección, de propuesta y de crítica”.

¿Cuáles fueron las propuestas, en base a sus respectivas experiencias de doce y ocho años en la conducción del Estado, que le hicieron los expresidentes de la oposición al presidente, Luis Abinader, para el manejo exitoso de la pandemia? ¿Cuáles sugerencias están haciendo ahora en medio de la crisis provocada por la guerra?

En conclusión, la sociedad, cada vez más informada, vigila al gobierno y observa a la oposición.