Las personas sometidas a una situación de ansiedad provocada y continua en realidad son empujadas al suicidio. Pasa igual si es una agrupación. Pero el partido morado se libró del maleficio. Ahora aspira a rescatar la confianza de los electores sorteando la coyuntura actual.
El PLD, a pesar de lo anterior, hace alharacas con lo de la abstención: que el gobierno compró, que el PRM tenía el favor de la Junta Central Electoral, que el triunfo es ilegitimo, etc. A su pesar, decidieron esmerarse en convocar su Comité Político para analizar lo sucedido y tomar acciones frente al nuevo escenario electoral.
Luego, Abel Martínez Durán, candidato presidencial del PLD, sirvió de vocero para dar a conocer la posición peledeista sobre lo sucedido en las elecciones municipales pasadas. Un discurso sin tremendismos ni acusaciones exageradas. Señal de que conocen cómo se enfrenta el Poder.
Qué un segmento amplio de los electores se negó a votar el pasado 18 de febrero atañe a las autoridades electorales explicarlo. Pero, de los 2,177,036 inscritos en el padrón morado una franja enorme no apareció. Esa aclaración le toca al PLD.
Los 828,492 peledeístas que sufragaron el 18 de febrero pasado representan un mísero 22,38% de los votos válidos emitidos. La cifra de los que votaron representa, a su vez, el 38,05% de los adeptos a la agrupación morada. Es decir, el 61,95% de los peledeístas se abstuvo de votar.
El restante 1,348,544 de inscritos, ¿a dónde se metió, por qué no fueron a votar, es real el número de empadronados en el PLD?
La misma pregunta deberían hacérsela los demás líderes de las agrupaciones políticas del país. Inclusive los perremeistas.
Cierto que, una característica del partido morado consiste en su capacidad para movilizar su militancia. Por eso la preocupación del Comité Político en buscar las razones del desencanto en el voto. Por eso el empeño en encontrar la forma de minimizar los posibles efectos devastadores.
Todo indica que, el partido de la estrella amarilla aspira quedar bien parado el 19 de mayo del 2024, para luego alargar la vista un poco más allá.
Cuando la cúpula morada esclarezca el porqué de la debacle en las votaciones municipales pasadas. Cuando se pongan de acuerdo en qué hacer para neutralizar los efectos en perspectivas. Entonces comienza el proceso de recuperar la confianza perdida. De reencantar los electores.
En la medida que la confianza se vaya afincando, el candidato presidencial morado irá cogiendo ese mismo ritmo de posicionamiento.
Pero, hablar de la recuperación del candidato, no quiere decir que van a ganar. La lucha es por consolidar el segundo lugar conquistado el domingo 18 de febrero.
Recuerde la célebre declaración que ofreció Danilo Medina, presidente del partido, a principio de noviembre del año pasado. Él dijo que: “Esta es una alianza compleja y problemática, complejas, porque el que quede en tercer lugar desaparece”.
Más claro de ahí, ni un gallo. El PLD lucha porque la estrella amarilla siga iluminando el sendero morado.
Pero hacer que la estrella amarilla brille, requiere de un ejército de lustradores, diseminados en todo el territorio nacional. Lustradores que no se agachen los chelitos de la logística. Lustradores que apuesten a cuál le da más brillo a la estrella.
No obstante, la puja morada por consolidar el segundo lugar, en lo adelante, es más llevadera. Por ejemplo, se ha producido una merma en la persecución judicial a la dirigencia peledeista. Y varios de los apresados están libres.
Por el contrario, las probabilidades de que la Alianza Rescate RD se reunificara en torno a un solo candidato a la presidencia de la República se esfumaron. Pero este tema es materia de otro artículo.
Para dar el salto, para borrar de una vez y por toda la incertidumbre de la desaparición, para seguir en segundo lugar, lejos del tercero, después de mayo 19. La clave para que los peledeista estén tranquilos consiste en rescatar la confianza de los electores. Pero hay que hacer más que eso.
Con todo, ahora las fugas moradas avanzan con sigilo hacia Justicia Social. Porque para volver a movilizar los afiliados al partido. Para conquistar el segundo lugar definitivo, el PLD debería —primero— encantar a su propia dirección.