La prostitución allí se normalizado, como en Trudillé. Las playas Trudillé o Puerto Nuevo, Lanza Brigó, Lanza So, Piti Cabo, así como el islote Alto Velo, de difícil acceso para dominicanos, ocupadas también. Los extranjeros igual atacan hasta la extinción las iguanas, abejas y las plantas de canelilla y guaconejo del parque nacional Jaragua.

Volker Türk, alto comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, visitaría este jueves 9 de febrero la frontera, del lado haitiano, para documentar el proceso de repatriaciones desde República Dominicana, de acuerdo a una nota del digital Fotuto.

Si los antecedentes no fallan, preparémonos para un informe plagado de prenociones orientado a continuar con la campaña de estigmatización de la República Dominicana en el mundo. La visita sería un simple cumplido. Vendrá con un reporte hecho conforme la agenda de poderes internacionales, que nada tiene que ver con construir el desarrollo en Haití.

Una historia colgada el 6 de febrero en el portal del organismo de la ONU informa sobre la misión del funcionario, allí, durante dos días, desde el miércoles, por invitación del gobierno, pero no especifica sobre observación de repatriaciones de haitianos en nuestra frontera.

Dice que el jefe de los Derechos Humanos de la ONU  se reunirá con funcionarios; con el Ombudsperson; delegados de la seguridad del Estado, representantes del Poder Judicial, sociedad civil y con víctimas de violaciones de derechos humanos en Puerto Príncipe. Visitará Ounaminthe donde se reunirá con autoridades locales y, otra vez, organizaciones de la sociedad civil. Y, al final de su misión, 10 de febrero, han previsto una conferencia de prensa con medios estrictamente acreditados. .

https://www.ohchr.org/es/press-releases/2023/02/un-human-rights-chief-volker-turk-official-visit-haiti-8-10-february-2023.

El 10 de noviembre de 2022, Türk, abogado de 58 años, nacido en Linz, Austria, planteó que República Dominicana debía detener las repatriaciones de haitianos y haitianas sin documentos de ley.

Alegó razones humanitarias en vista de la situación de la violencia de las pandillas, los empresarios y de los políticos en el país más empobrecido del hemisferio occidental.

Y se atrevió a instar a las autoridades dominicanas a redoblar esfuerzos para prevenir la xenofobia, la discriminación racial o étnica hacia los inmigrantes haitianos. Antes había recomendado la creación de centros refugiados en la frontera dominicana. https://apnews.com/article/noticias-0f2e70e67cdda827dd42e2f8ba080980.

El presidente dominicano Luis Abinader, desde el mismo palacio, tildó de irresponsable e inaceptable el pedido del comisionado de Naciones Unidas y advirtió que RD no sólo seguirá el proceso, sino que lo arreciará.

Debe arreciarlas. Y no solo para controlar a los vecinos del oeste de la isla Española. La actual gestión de gobierno necesita actuar sin temor, de manera sostenida, a la luz de la ley de Migración y del respeto a las personas, porque lo contrario sería hacerse cómplice del caos y así inscribirse en el libro eterno de los enemigos de la soberanía nacional y de la existencia misma de esta parte oriental de la isla caribeña de 48, 442 kilómetros cuadrados.

Un hormiguero de extranjeros desparramado en cada rincón del territorio nacional, contraviniendo cultura y leyes nacionales sin el mínimo rubor, representaría el principio del fin de la nación.

Baste con mirar a Pedernales. Isla Beata (Mama Beata) y Trudillé, ocupadas por haitianos, con prostitución y su ecosistema atacado sin piedad, pese a ser áreas protegidas. Atractivos y con playas, en el parque nacional Jaragua: Lanza so, Lanza brigó, Piti Cabo y el islote Alto Velo, de difícil acceso, bajo dominio de pescadores haitianos.

Igual depredan las iguanas (dejando decenas de cueros en los trillos), las abejas silvestres con todo y miel, la medicinal canelilla y el palo de guacoconejo para extraer el aceite y exportarlo como esencia de perfumes.

Esas áreas hay que cuidarlas con celo extremo, por el bien de todos. De dominicanos, turistas y hasta de los mismos haitianos que habitan en la isla. Porque implica un atentado contra el ecosistema, la pretensión de turismo sostenible y sustentable enarbolada por el Gobierno y, al mismo tiempo, contra las probabilidades de aprovechamiento y mejoría económica de una región Enriquillo muy rica en empobrecimiento y con escasos dolientes.

Están en el perímetro de los atractivos del gran proyecto de desarrollo turístico de Pedernales, que –apenas la mañana del 5 de febrero- escaló un peldaño crucial con el primer palazo por parte del presidente Abinader, para la construcción, en Cabo Rojo, de los dos primeros hoteles, a un costo de 240 millones de dólares (mmd).

Entre las obras sumarán 1,100 habitaciones, de 12,000 al final (4,700 en primera etapa), y serán administrados por las prestigiosas cadenas Iberostar y Hyatt. El proyecto completo, 10 años, tendrá una inversión de 2,245 mmd bajo la tutela del Fideicomiso Pro Pedernales, según datos oficiales.

En lo que ONU, OEA, Francia, Estados Unidos, Canadá y otros entienden que urge parar en seco la hemorragia que sufre el pueblo haitiano y la necesidad de acompañarle en el marco de la racionalidad para sacarlo del marasmo socioeconómico y político construido, República Dominicana debe hacer lo suyo para que no termine desdibujada y definitivamente anárquica. Porque nada importamos a ciertos agentes internacionales que viven del empobrecimiento de los pueblos.

A las actuales autoridades hay que apoyarles sin reservas, si el objetivo es garantizar el orden y los intereses colectivos.