La captura de un asesino en serie representa un verdadero desafío para las autoridades, debido a la necesidad que tienen de asesinar no desistiendo sino a través de su encarcelamiento. Como un mecanismo para facilitar la investigación en el caso de un asesino desconocido, en especial, aquellos que cometían más de 2 homicidios, asesinos seriales, se diseñó el perfil criminológico que tiene como finalidad presentar un posible sospechoso atendiendo al análisis que se hace sobre la escena del crimen, el modus operandi, la firma, la víctima; entre otros. Permite reducir la búsqueda, concentrar esfuerzos en determinados sospechosos que cumplan con ciertos criterios.
En efecto, dicho trabajo conlleva la necesidad de entender al delincuente desconocido, qué dice la escena del crimen, la víctima, sus necesidades psicológicas, el cuidado que pudo haber puesto el asesino, si se tomó su tiempo en organizar la escena o el desorden en la misma (Ressler creó la categoría asesinos en serie organizados y desorganizados atendiendo a la escena del crimen), así como el nivel de ensañamiento y mutilaciones, que puedan indicar la posibilidad de un trastorno mental grave. Esto implica, estudiar de manera detallada el modus operandi y la firma del delincuente.
Garrido y López (2009), consideran al asesino en serie como un narrador, y señalan “la pregunta de la finalidad es lo que nos permite comprender lo que el sujeto nos quiere decir cuando comete sus crímenes. Los asesinatos o las violaciones constituyen una historia, una narración.”
Una película que nos puede ilustrar en qué consiste y qué se evalúa para la elaboración del perfil criminal es “El Silencio de los Inocentes”.
Clarice Starling, recibe la instrucción de entrevistar a un asesino en serie, Hannibal Lecter, que resulta ser un psicópata muy inteligente, y psiquiatra, para que le ayudara a capturar a Buffalo Bill, otro asesino en serie.
Robert Ressler, exagente del FBI, escritor de varios libros sobre asesinos seriales, utilizó la técnica de entrevistar asesinos seriales muy conocidos como David Berkowitz y Ed Kemper. Esto lo vemos cuando Clarice utiliza esta técnica para estudiar la mente del asesino, con la finalidad de capturar a Buffalo Bill.
En una de las partes, Crawford le pregunta a Clarice, mientras ella sostenía un expediente, que qué veía, ella procede a señalar características y rasgos del asesino, como el hecho de señalar que era un hombre blanco, que posiblemente vivía en una casa, no apartamento, la edad, lo calculador, que no se detendría; entre otros. Se puede notar que lo hace sobre la base de los informes que tiene en la mano, estudiando la escena del crimen, la posición del cuerpo, las mutilaciones.
Garrido (2007) define el Modus Operandi de la siguiente manera: “es lo que el asesino ha de hacer para cometer el crimen: romper una ventana, espiar en un lugar, atacar de súbito, etc.” Es decir, todas las conductas y métodos que utiliza para lograr su cometido. Luego indica que “se trata de una conducta aprendida, sujeta a cambio.” Es decir, que en la medida en que va aprendiendo de los errores que comete, puede ir perfeccionándola.
En la película se verifica el Modus Operandi que utilizaba Buffalo Bill, como espiar a la víctima, hacer que lo ayudara a introducir un mueble, fingiendo una lesión en el brazo, atacarla y secuestrarla. En esta escena, se verifica que el Modus Operandi es similar al del asesino en serie Ted Bundy.
En cuanto a la firma del delincuente, Garrido (2007) la define como la que “viene de “dentro” del delincuente y refleja una fantasía profunda del asesino, la que le impulsa matar una y otra vez. Es algo que lleva dentro para su deleite, no lo necesita para que el delito se consuma con éxito.” Dentro de esta se encuentran los motivos, por ejemplo, poder, venganza, lucro. También pueden ser las mutilaciones que se realizan a la víctima, post mortem, el tipo de víctima. En la película, Buffalo Bill elegía a mujeres blancas de talla 14, a las que, luego de asesinarlas, les desprendía la piel. Su fantasía era convertirse en una mujer.
Garrido y López (2009) manifiesta que la “firma del delincuente nos habla de su motivación para cometer el delito, y por ello es un elemento fundamental para entender la historia que el asesino quiere contar a través de sus crímenes. En general, la palabra “firma” se emplea para describir los aspectos distintivos de las conductas realizadas por los delincuentes que sirven para expresar sus emociones psicológicas y emocionales.”
Los autores mencionados indican la finalidad específica del modus operandi y de la firma, siendo estas, en cuanto al modus operandi, el cómo y, en cuanto a la firma, el porqué. Método y motivos.
En conclusión, la película comentada puede ser una buena referencia para visualizar aquellos elementos que se analizan para poder crear un perfil criminal que permita la captura de un asesino desconocido. Ha sido un instrumento que ha permitido apresar asesinos seriales, atendiendo a perfiles con precisiones sorprendentes, lo que ha motivado que se extendiera su uso a otros tipos de delitos.