Para calificar una percepción como extrasensorial hay que desvincularla de los cinco sentidos conocidos, que son: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Para estos sentidos tenemos células muy especializadas en captar estímulos específicos, por ejemplo, las células fotosensibles de la retina en el ojo perciben las variaciones en los estímulos luminosos y al transmitirlo al cerebro, podemos ver.

Hay otros sentidos que se estudian en la Medicina. Podemos mencionar la equilibriocepción o sentido del equilibrio, que nos permite mantener el equilibrio incluso al caminar y la Propiocepción, que es tu capacidad de “sentir tu cuerpo”, puedes saber la posición de cada parte de tu cuerpo, aunque no la estés mirando.

Llamamos percepción extrasensorial a las sensaciones o conocimientos que no podemos atribuir a nuestros sentidos conocidos. Por ser algo poco conocido inspira temor y desde niños se nos enseña a ignorarla.

A través de la historia, en cada cultura y en todos los grupos humanos, existen datos y evidencias de este tipo de percepciones, pero tiende a ser un tema tabú. Algunos intelectuales prefieren negarlas porque no pueden explicarlas. En todas las religiones es algo muy conocido, pero sólo se aceptan si se presenta en personas de la misma congregación a la que se pertenezca. Mucha gente evita pensar en ellas por miedo a lo desconocido. Solemos presentir que el mundo es mucho más de lo que hemos podido conocer, pero se necesita mucha madurez y equilibrio interno para asimilar esa idea.

Se han realizado experimentos para evaluarlas científicamente y aunque han arrojado resultados interesantes, se presenta el inconveniente de que la mente humana es muy inestable, y el solo hecho de alguien sentirse evaluado puede afectar los resultados. Ese tipo de percepciones podríamos decir que son mucho más sutiles que las otras, por lo que para que se produzcan, usualmente se requiere cierto nivel de “silencio interior”. Hoy en día con el tremendo desarrollo de las comunicaciones y el bullicio de la civilización, se ha atenuado grandemente nuestra sensibilidad. La práctica de la meditación y la oración, contribuyen a mantener nuestra consciencia plena.

Las percepciones extrasensoriales no están limitadas necesariamente a algún tipo específico de sensaciones. Puedes captar imagen, consistencia, sonido o cualquier otro tipo de conocimiento de algo. Imagina como si tu cerebro captara directamente los diversos patrones vibratorios de tu entorno.

Probablemente todos hemos conocido casos de alguien que: presintió que algo pasaría, sintió cuando su hijo estaba en peligro, avisó el momento de su propia muerte, reveló datos que no parecía que pudiera conocer, habló en una lengua que supuestamente desconocía, contactó personas fallecidas, etc. Frente a estas experiencias hay tres actitudes: aceptarlo todo, negarlo todo, o analizarlo cuidadosamente sin prejuicios.

Estas percepciones son llamadas erróneamente sobrenaturales, simplemente porque todavía no entendemos muy bien cómo funcionan. Algunos científicos creen que les falta muy poco por conocer, pero la ciencia nos muestra que por cada respuesta que obtenemos surgen muchas nuevas preguntas.

Muchos dicen no poseer ese tipo de facultades. En realidad, todos las tenemos, pero como vivimos en un mundo en que se cultiva el miedo, se nos ha enseñado a bloquearlas. Algunas personas incluso son capaces de recordar el momento en que decidieron que no tendrían más de ese tipo de percepciones. Para activar esa sensibilidad es necesario que la propia persona se de permiso, pero aunque lo hiciera, para tomar decisiones importantes, debe dar prioridad a los otros sentidos, al uso de su razón y a las orientaciones de personas confiables, porque por nuestro pobre desarrollo mental, podemos confundirnos constantemente en esos niveles de conciencia.

Tanto la Biblia como la historia de veinte siglos de cristianismo están llenas de este tipo de percepciones que trascienden al plano de los sentidos conocidos. Otras religiones no judeocristianas e incluso no creyentes, también han reportado estas experiencias. Utilizar los talentos que has recibido es un derecho y un deber, evitar utilizarlos por miedo es una omisión inaceptable.

Tú que lees estas líneas, has conocido esas vivencias, tanto de manera personal como a través de las experiencias de otros, usualmente evitas comentarlo. Son experiencias que no has podido explicar y que has preferido no comentar. Posiblemente hayas tenido presentimientos y has lamentado no haberles hecho caso. Podría darte miedo este tema porque temes a lo desconocido, pero no eres tan frágil como crees, aunque muchas cosas pueden dañar tu cuerpo. Nunca estás en soledad, siempre estás recibiendo orientaciones y apoyo, pero pocas veces estás prestando atención. Siempre existirás, pero llegado el momento, tu supraconciencia, mente superior o divina, decidirá devolver el cuerpo material a la Tierra para cambiar de nivel. Tal vez esperas “ayuda de lo alto” y ciertamente la recibirás, pero no necesariamente cuando crees o como crees. Los principales líderes espirituales que nuestro mundo ha conocido son quienes nos han transmitido estos conocimientos, que, aunque parezcan raros, puede resultarnos provechoso el analizarlos con detenimiento.