Dentro de las diferentes dimensiones del trabajo periodístico de Raúl Pérez Peña, a lo largo de casi 60 años de carrera, el periodismo cultural fue un género que cultivó con especial esmero. Dirigió varios suplementos culturales en diversos periódicos, que traían semanalmente temas, abordados desde la entrevista, el reportaje, la ilustración, entre otros recursos de la comunicación social. Bacho era un mediador que establecía puentes de comunicación entre los creadores y el público general. En este caso, Bacho entrevista al Poeta Nacional Pedro Mir, con quien aborda los diferentes contextos sociales que marcaron su natal San Pedro de Macorís, y que hicieron de esa localidad una cuna no solo de poetas, sino también de peloteros.
Pedro Mir vincula poesía y base social en Macorís *
(Publicado originalmente el primero de febrero del año 1987, en el suplemento cultural Domingo en especial, del periódico Listín Diario) Raúl Pérez Peña (Bacho)
A la par con tener una explicación científica del fenómeno de la poesía en San Pedro de Macorís, el Poeta Nacional Pedro Mir habla del misterio de esos orígenes.
¿Dónde está el misterio? ¿Por qué tantos poetas exquisitos en la Sultana del Este?
Pedro Mir no vacila en exponer como factor principal la base económica que se creó desde finales de siglo pasado con la instalación de siete ingenios azucareros que en sentido general se registró en la provincia.
El poeta mismo es un producto social, afirma categóricamente Pedro Mir. “En Macorís se manifestó de manera palpable la naturaleza social de la comunicación política” expresó. Y agregó: “La poesía es un producto de la sociedad, aun cuando el poeta no sea consciente, aun cuando el poeta se oponga a esa fuerza misteriosa que actúa sobre él”.
El advenimiento de la industria azucarera no es un fenómeno simple. Con el mismo se produjo el advenimiento de una nueva clase social, la burguesía. Considera el laureado poeta que hasta entonces la burguesía no había tenido la oportunidad de expresarse como clase social. Con la industria azucarera esa clase obtiene una base social, que da rumbo a las primeras manifestaciones del capitalismo en el país.
Macorís de pronto se convierte en un polo al cual se desplazan núcleos desde otros puntos del país. Dice Pedro Mir que es desde ese entonces que Macorís se convierte en un corazón histórico, donde palpita la vida nacional; donde se concentra lo mejor del país en todos los órdenes culturales, citando, entre otros, los intelectuales de la capital y los músicos de La Vega.
Centros culturales de extranjeros
Como expresión del mismo fenómeno social, Pedro Mir explica la apertura en Macorís de varios centros culturales que aglutinaron grupos de varias nacionalidades. Es así como habla del Centro Español, del Centro Sirio, del Casino Puertorriqueño. Esto explica la formación de una sociedad de dominicanos que se llamó “2 de julio”.
Todo esto proyecta la creación de “una élite de buen gusto”, afirma Mir. Considera, el laureado poeta, que la expresión más directa de ese espíritu de sublimación que llevaba esa clase social era la poesía. A Pedro Mir no se le olvida el asombro que le creó una charla del poeta Enrique Deschamps, hermano de Eugenio, en el Centro Español. El asombro se produjo por la “maestría y la gracia con que Enrique dictó esa conferencia".
En ese tiempo, toda la generación de adolescentes a la que pertenecía Pedro Mir, siguió con interés la producción intelectual de ese núcleo en el que participaban Quiterio Berroa, Porfirio Herrera, Virgilio Díaz Ordoñez (muy destacado además como pianista) y otros muchos poetas muy estimados en la sociedad petromacorisana. Mir recuerda los antecedentes culturales que ya habían sentado los Hermanos Deligne, Marinito Soler y Meriño y otras destacadas figuras.
Pedro Mir retorna lo de la base social y afirma que es precisamente la riqueza de la industria azucarera que da origen a ese fenómeno cultural en San Pedro de Macorís.
Así explica, igualmente, pero a la inversa, el fenómeno de la formación masiva de peloteros en los ingenios macorisanos. “La pobreza, y decadencia de la industria azucarera explica esa producción de peloteros”.
El poeta hace la observación de que la mayoría de esos atletas estrellas tienen origen barloventino, es decir, son descendientes de antiguos barloventinos que vinieron a trabajar a la industria azucarera. Se configura todo el proceso, afirma Pedro Mir en “una historia de esplendor y por fin de sombra”. Pedro Mir dice que es posible que se produzca un rejuvenecimiento en la sociedad petromacorisana. Cita como factor estimulante la Universidad del Este. Pero reitera que la fuerza de la cosecha poética de Macorís está en ese sacudimiento, en ese desenlace de las luchas del siglo XIX que se expresaron en Macorís, y cuya formulación más exquisita es su poesía, no esas floras que nacen en matorrales”.