La empresa mexicana ITM Group trabaja en la readecuación del viejo muelle de embarque de bauxita, caliza y cemento, en Cabo Rojo, Pedernales, para convertirlo en un puerto de cruceros que, según el presidente Luis Abinader, ya en diciembre de este 2023 recibirá el primer barco repleto de turistas. Y, de acuerdo al director de Autoridad Portuaria Dominicana, Jean Luis Rodríguez, en 2024, llegarán 300,000 cruceristas.

El desafío de los pedernalenses es colosal. Se impone reflexionar desde ahora sobre la nueva realidad y aprender de las experiencias ajenas porque con un sector tan vulnerable como el turismo, nada debe dejarse al socaire de la improvisación.

La turística Puerto Plata, primer destino dominicano, tiene mucho que enseñarnos. De sus logros, pero también de sus errores, algunos de ellos tan costosos que han puesto en riesgo su “gallina de los huevos de oro”.

En la actualidad allí existen dos puertos turísticos, uno operado por Amber Cove, y el otro, por Taíno Bay, justo la empresa que administrará Port Cabo Rojo. Según el Ministerio de Turismo, entre enero y junio de 2023 entraron 1,267,540 cruceristas. Amber Cove recibió 594,153, y Taíno Bay, 410,046.

El reconocido periodista de esa provincia norteña, Edgar Lantigua, ha publicado en Listín Diario del lunes 17 de julio una historia sobre el impacto de los cruceros en aquella comunidad, digna ser leída y analizada por cada pedernalense, principalmente, por sus autoridades, líderes de las micro, pequeñas y medianas empresas, y representantes de organizaciones sociales.

Escribe que el nivel de satisfacción es de 93%, pero identifica inquietudes de puertos y visitantes: acumulación de basura, fetidez de las cañadas, precios más altos a los turistas que a los nativos, ventas de artículos falsos, en especial, ámbar, joyería y tabaco.

Destaca que entre 50 y 60% de los cruceristas de un barco sale efectivamente a conocer; 28% de los de Taíno Bay participa en excursiones; mientras, la cifra sube a 40% en Amber Cove. Entre el 8% y el 27% salen independientes en taxi y otros medios. Entre 10 y 18% de los pasajeros se queda dentro del barco; entre un 32 y un 40% se queda en las atracciones del puerto.

Lantigua cita un estudio sobre impacto del turismo que realizan el Clúster Turístico y de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Conforme resultados preliminares, los renglones principales de gasto son: alimentos y bebidas, 28%; experiencias en destino (atracciones locales, excursiones en tierra, museos), 26%; artesanías y suvenires, 18%.

Detalla que el gasto promedio de la industria de cruceros en la región es de US$100. Un crucero con 4,000 pasajeros, en el que el 55% salga a las calles genera entre US$220,000 y US$294,000 de gasto; el gasto promedio de los miembros de la tripulación se estima en US$60, y alrededor de 17 al 20% sale en los destinos para un gasto de alrededor de US$12,000 más aproximadamente.

El turismo de Puerto Plata se ha restablecido paulatinamente de un colapso provocado por males no resueltos a tiempo. El proceso ha durado años. El Gobierno y empresarios han tenido que emplearse a fondo para revertir el caos creado.

Como Pedernales se encamina a ser destino turístico, el sentido común aconseja estudiar ahora y con detenimiento las experiencias de otros y guiarse siempre de la planificación, salvo que se quiera fracasar desde la víspera. Puerto Plata es buen espejo.