Un revoloteo de emociones ha despertado en la comunidad de Pedernales la conjunción de tres hechos noticiosos relativos a Tierras Raras producidos por el Gobierno en un período de casi seis años.

A saber: el decreto 430 emitido en 2018 por el presidente Danilo Medina. Establece la Reserva Fiscal Minera Ávila, en Pedernales, con vigencia de 10 años, dispone evaluar potencial con fines de explotación de las “tierras raras” en 14 mil 876 hectáreas identificadas.

El exceso de locuacidad del recién sustituido ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, quien -sin guardar las formas en cuanto a impacto en la soberanía nacional- anunció al país que un cuerpo de ingenieros del Ejército de Estados Unidos exploraba en el lugar posibles yacimientos de esos elementos vitales para el desarrollo tecnológico de hoy.

Y el decreto 453, del 20 de agosto 2024, que crea la Empresa Minera Dominicana, S.A. (Emidom), según el Gobierno, para “explotación sostenible de recursos mineros estratégicos, especialmente “tierras raras”.

Queda fuera de dudas el interés de Estados Unidos por romper el monopolio mundial que ostenta China sobre tales elementos vitales para la producción de las tecnologías de punta requeridas en los procesos de industrialización de estos tiempos (turbinas de aviones, energía eólica, celulares, carros eléctricos, equipos médicos).

En tanto imperio, a Estados Unidos no le gusta la dependencia de otra potencia y busca afanosamente en cada pulgada de las entrañas de América y el Caribe, no solo esos minerales, sino cualquier otro recurso natural que le permita preservar sus reservas estratégicas.

Así que no es extraña su mira en el “triángulo del litio” conformado por Argentina, Chile y Bolivia, que, según estiman, concentra el 60 por ciento de la reserva mundial de ese elemento. Y en el área de bauxita de la provincia Pedernales, cuyos yacimientos fueron explotados hasta el tuétano desde finales de los años 50, sin remediación ambiental, por la Alcoa Exploration Company y luego por Ideal y Dovemco.

Desde la perspectiva e intereses del poderoso país de Norteamérica, eso es mandatorio. También entendible desde la urgencia del gobierno dominicano de conseguir dólares para aplacar el impacto negativo de los intereses crecientes de la deuda externa y atender servicios sociales.

Conforme la Dirección General de Crédito Público, la deuda del sector público no financiero representa el 46.4% del Producto Interno Bruto (PIB) al 20 de agosto de 2024. Y al 31 de julio de este año, el saldo de la deuda externa e interna del sector público no financiero totalizó 57.6 mil millones de dólares, 46.4% del PIB estimado.

La explotación y procesamiento de las “tierras raras”, en caso de ser económicamente factible, representa altos riesgos de contaminación para el medioambiente y daños irreversibles a la salud de las comunidades.  Eso es más que documentado por la ciencia.

La gestión actual del Gobierno se ha embarcado en ejecutar el proyecto de desarrollo turístico de Pedernales a partir de la biodiversidad de sus parques nacionales Sierra de Baoruco y Jaragua y el semillero de playas de arenas blancas y tranquilas.

Solo los dos parques representan casi el 68 por ciento de todo el territorio de la provincia, que se ronda los 2,080 kilómetros cuadrados de superficie. El resto de las tierras, muy poco, es para producir alimentos y urbanización.

La creación de la Reserva Fiscal Minera Ávila abarca Las secciones Las Mercedes, La Altagracia y Aguas Negras, y los parajes Ávila, Bella Vista, Boca Tajón, Cabeza de Agua, Cabo Duarte, Canta la Rana, Los Arroyos, Mencía, don Juan, El Bambú y El Mogote, Manigua, Los Corales, La Rosa, Manguito, Pasusena, San Isidro, Sambú, Toro y Don Juan. Todas en el entorno de los parques nacionales y de la zona turística.

Ante un panorama como el planteado, en Pedernales no caben el desborde de emociones ni los aplausos de foca, al menos hasta que se determine que los intereses y la salud de la comunidad no estarán comprometidos. Todo lo contrario. La actitud debería ser con “sangre maco” y como la “guinea tuerta”.

El liderazgo local le haría un gran favor al gobierno presidido por Luis Abinader y al pueblo indefenso si hiciera labor de veeduría y si organizara foros con expertos en el tema sustentantes de enfoques críticos y éticos, así como actores vinculados a la defensoría de la naturaleza.

Sería un crimen social imperdonable quedarse callado o buscar legitimación social con base en la ignorancia de la gente acerca de las implicaciones de la minería a cielo abierto o por lixiviado. Sobre todo, de la vulnerabilidad de las comunidades provocada por la extrema pobreza y la pobreza.

Los pedernalenses también tenemos nuestros intereses, en tanto en cuanto el plan aireado desde la urbe implica comprometer recursos naturales estratégicos de la provincia y hasta riesgos para la salud de su gente, bajo la promesa de una supuesta prosperidad económica.

Por el bien del país y de la provincia, hay que trascender la publicity y los intereses particulares.

¡Abramos el debate, “a calzón quitao”, por el bien colectivo!