El presidente Luis Abinader dispuso hace un año que el Ministerio de Turismo construya el frente marino de Pedernales, y anunció la transferencia de RD$350 millones para iniciar la obra. Frente a la hermosa playa del municipio cabecera de la provincia, esa institución estatal debe edificar un malecón de kilómetro y medio, hasta Bucanyé; centros comerciales, viviendas y áreas recreativas. Es decir, una verdadera zona comercial que le daría vida económica y cultural al pueblo.

Desde esa aplaudida decisión presidencial, sin embargo, no se ve asomo de proceso constructivo. Y eso comienza a quebrantar nuevamente la esperanza restablecida en el pueblo por el discurso del mandatario el 23 de junio de 2021, durante un acto celebrado en el “maleconcito”, frente a la emisora.

El Mitur debe evitar la repetición de una película de mal gusto como la escenificada en el mismo sitio el 13 de mayo de 2016, víspera de las elecciones, por autoridades de la gestión de gobierno de Danilo Medina, quien buscaba la reelección.

Y menos ahora cuando el mismo mandatario ha garantizado que el 23 de diciembre de 2023 llegarán los primeros turistas por la terminal de cruceros Port Cabo Rojo, en construcción. Pedernales está huérfano de infraestructuras adecuadas para acoger de un tirón a miles de cruceristas.

Durante un deprimente espectáculo, Ramón Pepín, en representación del ministro de Obras Públicas Gonzalo Castillo, ante autoridades provinciales, había anunciado un malecón de dos kilómetros y el inicio del esperado desarrollo turístico de Pedernales con la edificación de una serie de obras en el municipio. Dieron el primer palazo y hasta filmaron un tractor removiendo arena.

Citado por Listín Diario de la fecha, un emocionado senador Dionis Sánchez expresó allí, bajo un sol ardiente: “Que lo sepa el pueblo y que lo sepa el país, que ya arrancó el desarrollo turístico aquí en Pedernales, miren a la derecha, al frente y hacia la izquierda porque dentro de poco se podrá comparar, lo que se inicia hoy con este inicio lo que será, totalmente será diferente, porque será además un malecón único aquí en el país”, manifestó Sánchez muy emocionado en el acto de inauguración, en medio de cientos de personas.

Hubo aplausos y vivas delirantes que se tradujeron en malestar desde la primera semana posterior al certamen electoral, tras la victoria de Medina. El mismo día apagaron el tractor y luego se lo llevaron, no se sabe hacia dónde. Todo había sido una simulación propia del oportunismo político.

La gestión actual tiene a su favor la voluntad expresada en hechos. El proyecto de desarrollo turístico sostenible se ejecuta.

La empresa privada responsable de la readecuación del muelle de 1957 solicita obreros y técnicos; el gobierno traslada maquinarias para las obras hidrosanitarias (acueducto y sistema de distribución de agua, planta de tratamiento, cloacas); la interconexión eléctrica y la fibra óptica están a término. Y el director ejecutivo de Alianza Público-Privada, Sigmund Freund, ha dicho que en el último trimestre del año comenzará la construcción de hoteles.

Pero una debilidad se revela: hay una fuerte inclinación hacia Cabo Rojo, a 23 kilómetros al sureste del municipio. Un desbalance que ha de ser corregido temprano.

En parte, comprensible. Es el punto de partida del proyecto que tendrá unas 16 mil habitaciones; mas, sin equilibrar la distribución de las obras entre Cabo Rojo y los municipios Pedernales y Oviedo, se corre el riesgo de convertir estos pueblos en satélites de un enclave, llenos de necesidades y, por tanto, muy vulnerables a todo tipo de tentación de conductas prohibidas. Aunque las autoridades dicen que se apuesta por una iniciativa sostenible y sustentable integral, sustentada en la planificación para evitar la “veronización”.

La provincia Pedernales requiere urgente su frente marino y un proceso de modernización que la habilite para la vida digna de su gente y la recepción de los turistas que lleguen a Cabo Rojo.

El desafío no es solo la visita, sino que su experiencia sea tan memorable que convide a repetirla y a correr la voz sobre nuestras bondades por el resto del mundo.