En el panorama político dominicano de cara a las elecciones del 2024 y más allá, está latente la idea de unir esfuerzos colectivos para buscar un nuevo rumbo para el país, basado en las pautas internacionales que han trazado países como Cuba, Venezuela, Colombia, México, Brasil, Argentina, Bolivia, entre otros.
Siguiendo las coordenadas de los proyectos de integración regional impulsados por Hugo Chávez (véase ALBA, CELAC, UNASUR) se reconoce la necesidad de buscar nuevas formas de convivencia y colaboración con otras naciones, con el objetivo de construir un mejor futuro.
Para lograr un verdadero cambio, es necesario implementar reformas estructurales que sitúen al país en línea con estándares objetivos que conduzcan a un verdadero progreso.
Es evidente que existen diversos problemas sociales, económicos y políticos en el pueblo dominicano que requieren soluciones específicas. En este sentido, se hace imperativo contar con la participación activa y unida de los ciudadanos, sin prejuicios ni divisiones, en busca de los cambios institucionales necesarios.
La participación ciudadana es fundamental para generar un impulso colectivo que promueva y respalde las transformaciones que se requieren en la sociedad.
Es importante destacar que este enfoque hacia el cambio y la participación ciudadana no se limita a nivel nacional, sino que aspira establecer conexiones y colaboraciones con otras naciones de América Latina, reivindicando el ejemplo expresado por revolucionarios de otros países que ofrendaron su vida por la libertad del pueblo dominicano durante las expediciones de la raza inmortal en junio de 1959. Esto implica reconocer que las realidades, los desafíos y las soluciones no son exclusivos de un país, sino que pueden abordarse de manera conjunta a través de la solidaridad internacional.
En resumen, nuestro aporte y reflexión plantea la necesidad de impulsar un cambio profundo en la República Dominicana, basado en la participación de los ciudadanos y en la solidaridad de los pueblos.
Este cambio requiere reformas estructurales y soluciones concretas para abordar los problemas sociales, económicos y políticos existentes. Asimismo, destacamos la importancia de establecer colaboraciones y convivencias compartidas con otras naciones para construir un futuro mejor.