Los pedazos de vida y fragmentos cardinales de lengua donde habitó el poeta Paul Celan han producido en la actualidad incendios bibliográficos o bioliterarios legibles, mediante sus rutarios temporales en las diversas lenguas y escenarios que llevó el poeta en su conciencia poliglota. Decimos que, desde esa conciencia devastadora y acusadora de los diversos genocidios ocurridos en la Europa de anteguerra y de posguerra del siglo XX, el poeta se fue quedando sin espacio, sin familia y sólo le quedó un camino aterrador: la amenaza del exterminio y la práctica del mal en el llamado espíritu de la época.
Desde su nacimiento en Czernowitz (Cernăuţi) (Bucovina), 1920, hasta su extraño suicidio en París, en 1970, caminó con diversos estados de dolor político, humano y psicológico que podemos leer en un epistolario brumoso de cartas reveladoras de sus compañeras de pasión (Gisèle Celan-Lestrange, Ingeborg Bachmann y en otros tonos con Nelly Sachs).
El poeta cultivó una vida en soledad profunda y abierta a los distintos cuerpos y situaciones donde su rebelión se expresó mediante sus biografemas de caminante que asumió en su vida como poeta rebelde atravesado por tantas rupturas, no solo poéticas, sino también existenciales, culturales y políticas.
Celan asumió el alemán como lengua “dura” e insurreccional como lo prueban sus libros La arena de las urnas (1948); Amapola y memoria 1952 (1985); Eds. Hiperión; De Umbral en Umbral (1985); traducción y nota de Jesús Munárriz en Eds. Hiperión; Rejas de locutorio (1959); El Meridiano, discurso que genera luego de recibir el premio Georg Büchner en 1960; La rosa de nadie (1963); Giro del aliento o cambio del aliento (1967); Compulsión de luz o luz a la fuerza (1970); (libro póstumo); Parte de la nieve (1971), póstumo; Patios de tiempo (1976), y Poema y prosas de juventud.
Celan ha sido traducido por varias editoriales en español, de las que sobresalen Trotta, Visor, Prensas Universitarias de Zaragoza y otros. Sus Obras completas fueron traducidas al español por José Luis Reina Palazón en 1999 y sus Microditos, aforismos y textos en prosa, (2015). Con una edición crítica y comentarios de Bárbara Wiedermann y Bertrand Badiou. La poesía de Celan ha influido como lectura en muchos poetas de América Latina, el Caribe y el mundo europeo, debido a su traducción y divulgación.
Desde sus inicios como poeta Celan estableció un pacto con la palabra y sus raíces judías. El poeta rumano había nacido en Cernăuţi (Bucovina), Reino de Rumanía en 1920 y falleció en París a los 49 años, debido al suicidio por ahogamiento en 1970. Sus libros póstumos se fueron publicando posteriormente luego de su muerte. El rescate de sus poemas escritos en lengua rumana ha sido obra del crítico y filólogo, traductor y profesor Víctor Ivanovici, quien posiciona y a la vez presenta una mirada poética desconocida de Celan, tal y como se observa en Víctor Ivanovici: Los poemas rumanos de Paul Celan, Edición bilingüe, rumano-español; Eds. Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005, 94 págs.; bibliografía comentada hasta el 2003. Ivanovici, especializado en poética de la traducción ha traducido también a otros poetas rumanos, neogriegos y catalanes, al español y ofrece un esclarecedor y comparativo ensayo sobre los poemas rumanos de Celan vertidos al español.
Tal y como lo destaca Víctor Ivanovici y otros biógrafos de Celan, el trauma dejado en su vida provocado por la deportación de sus padres a un campo de concentración ruso de trabajos forzados lo marcó para siempre siendo estremecido por dicha tragedia que lo persiguió hasta su muerte. La Alemania nazi y la Rusia soviética fueron los dos demonios que atravesaron su vida aparte de su Bios-psioué-persona.
Luego de trasladarse, después de ser liberado del campo de concentración duro un tiempo en Bucarest, donde trabajó como asistente en una editorial, para luego marcharse a Hungría y después a Viena, y más tarde en 1948, marchase a Paris, donde se matricula en la Sorbona para estudiar Filología alemana. Era Lector en la Escuela Normal Superior, donde conoció a muchos profesores y escritores de la época, con quienes compartió labores literarias y académicas.
En efecto, el carácter multipoético y multilingüe de Paul Celan se hace observable en los géneros asumidos (Carta, Poema, Aforismo, Traducción, Ensayo poético). Sobresale como traductor del francés, rumano, italiano, inglés, ruso, hebreo.
Los Contraluces que leemos en la versión española de José Luis Reina Palazón (Ver, Paul Celan: Megalitos… Aforismos… (Op. Cit.), son rítmicamente poemas filosóficos con filos y tomados de Libreta de la tarde. Veamos:
Quien monta un tigre, ya no puede bajarse.
Paul Celan persona gratinada.
Y vendrá un tiempo en que moriremos de hambre
Y vendrá un hambre en la que moriremos de tiempo. (PP.11-12).
Celan muestra su espíritu judío en los textos denominados Contraluz y contrastando con cierta poética hebrea utilizada como fuerza poética de síntesis y en el dicho orante:
Un golpe de viento repentino suprimió el rostro y descubrió el velo.
Ellos lucharon, mientras luchaban, se acumuló la arena del desierto, en el que estaban, al borde de sus pies, lentamente, grano de arena a grano de arena, y subió sobre ellos, grano a grano subió la arena del desierto sobre ellos.
Ellos siguieron luchando. La arena visitó sus pies, sus piernas, sus rodillas, sus muslos. No se detuvieron. La arena, la arena del desierto sin embargo continuó su obra (…) P.14.
Otro Contraluz expresivo del mismo ritmo acentúa el trayecto de la poesía hebrea tradicional y moderna:
“Él se negó también a esto: la alegría de la falta de alegría”
El Contraluz es un poema paradójico, siendo versículo y prosa a la vez:
“Sólo se deben contar los buitres entre las aves de presa cuando es seguro que han tomado la voz de los hombres”.
“Derribaron las columnas de la sabiduría y construyeron el templo de la razón”.
“Él no tenía pelos en la lengua, pero temía perder los del sexo”.
“Llorando te abres las venas; llorando las cierras de nuevo”.
“También piedras son flores, sólo que su aroma es más fuerte”. Op. Cit. P.15
II- Contraluz
- Cuando la oración endureció en la tierra, Dios salió de su sueño.
- De la noche a la mañana los días se vuelven blancos.
- Una palabra grave que quiere ser llevada al aliento.
- El muro de piedra-atravesado por el bramar del océano; el océano arado por las tempestades del infinito, el infinito explayado por el rumor del solitario.
- Ir al desierto, porque llegar hasta su centro más ardiente para enterrar allí el plan de la ciudad de mil pozos. P.16.
…
En la mirada que tú le arrojas, despierta lo mirado. Pues el paraíso nos fue en verdad prometido, pero ninguno de nosotros, tampoco al más creyente, un vehículo con aleta caudal para no permanecer desapercibido en las calzadas allí arriba cuando el conductor en coche al confitero.
… y alborotó contra su Dios. P.18
A veces se desea mandar al diablo todo lo escrito: Dios sigue airado. “¿qué han dejado de hacer ante eso las palabras? Aquí abajo, aquí en la tierra hay, y con un pedazo, una media altura humana encima, canales invisibles y ríos; y por ese camino vienen las cosas a uno”. P.19
El aliento afrorístico se convierte en el poeta Celan en variados tonos de versículos y aforemas, esto es, unidades de poesía y pensamiento en acto y en potencia mística. Paradojas, metáforas filosóficas, asimientos proverbiales y poética escatológica, donde lo posmortuorio se convierte en salvación o viaje a la presencia o al “Dios escondido”.
Pero hay más: el poema aforístico y el poema alegórico muestran una imposibilidad de ser acogidos por el mundo increado o creado. Las cenizas, el polvo ígneo, la sinrazón del verbo estremecedor, lo claro, lo oscuro el contraluz de una memoria religiosa o atea conforma su música lejana en medio del desierto.