En las elecciones de medio término los republicanos obtuvieron 222 de 436 de los asientos disponibles en la cámara baja (Cámara de Representantes) para tener una estrecha mayoría.
Pero a la hora de elegir al líder de esa mayoría republicana se produjo un tranque. El GOP experimentó una difícil elección, porue los de línea dura se oponían al californiano Kevin McCarthy.
Kevin McCarthy logró que lo eligieran luego de quince intentos, pero tuvo que ceder ante las exigencias de los más derechistas de los republicanos para tener 216 votos.
Es evidente: la división está enquistada en el GOP, y de cara a las elecciones presidenciales del año 2024 no se vislumbran buenas cosas. El expresidente Donald Trump todavía pesa e influye mucho en el viejo y gran partido, y la derecha extremadamente radical luce dispuesta a todo con tal de lograr sus propósitos.
Este grupo de radicales amenazan con eliminar todas las conquistas de la presente y pasadas administraciones demócratas y republicanas, endureciendo sus posturas antimigrantes.
La accidentada elección de McCarthy es solo una expresión del desgaste que sufre el Partido Republicano, desgastado mucho antes de la fatídica elección de Trump a la presidencia. Unos veinte congresistas lideran las diretrices partidarias y rinden pleitesía, casi absoluta a Trump. Siendo el asalto al capitolio su carta de presentación.
Tanto Trump como de ese grupo denominado “Freedom Caucus” aspiran a dominar la escena política por mucho tiempo mediante políticas radicalmente opuestas a los procesos democráticos e institucionales alcanzados en esta nación en los ultimos años. Con un intenso ejercicio de fuertes cuestionamientos dogmáticos.
Lo que seguirá será un escenaro de fuertes enfrentamientos entre republicanos y demócratas en la Cámara de Representantes, mientras el fantasma de Trump seguirá trazando las pautas a sus discípulos.
Pero es desafortunado que el futuro político del partido republicano, y quizás de Estados Unidos está ahora en manos de gente obcecada. Lamentable que la dirección de una organización política esté interesada en cumplir con la agenda política de los grupos extremistas.
El futuro es incierto. Es lamentable que no se estén buscando soluciones, por el contrario, la mayoría republicana torpedeará cualquier iniciativa legislativa de presidente demócrata, y los efectos negativos los sufrirá todo el país.