A los estudiantes de sociología

En mis encuentros con los estudiantes de sociología, siempre salen a relucir las preguntas, sobre las transformaciones de la sociedad dominicana y los diversos enfoques que nos ofrece la sociología. En ese sentido, se sugieren tres fuentes para mantener cierto sentido de comprensión sobre estos cambios sociales. Por un lado, se recomiendan algunos de los textos más destacados de la teoría sociológica contemporánea, los libros y ensayos de la sociología dominicana, como también, la lectura de los artículos, opiniones y análisis que nos ofrece el periódico digital acento, sobre temas nacionales.

En este caso, hay que reconocer que el diario digital acento, se ha convertido también en un recurso académico y, una gran ventana para el debate de ideas, que nos permite conocer la diversidad de opiniones sobre la sociedad dominicana.

De manera que, tomando como muestra algunos artículos de acento digital, sobre los cambios sociales, conseguimos ponernos de acuerdo de que existen más o menos, tres tipos o modelos ideales de interpretación del proceso de modernización en los intelectuales dominicanos: los críticos, los escépticos y, los defensores, con una clara hegemonía del pensamiento crítico.

Para los primeros, se ha producido un total retroceso de las décadas pasadas: de incremento de la pobreza, la desigualdad social, la corrupción, el clientelismo neopatrimonial, la inseguridad social, la arrabalización de las ciudades, el deterioro de la moral social, mayor vigilancia y control cultural, etc. Para los segundo, no hay nada nuevo bajo el sol, los que se ha estado produciendo es más de los mismos y, los terceros, entienden que se han producido avances muy significativos.

Sin embargo, desde el punto de vista de la sociología, sabemos que la realidad social no se puede leer (analizar, interpretar), en blanco y negro, de manera dicotómica y unidimensional, que los cambios sociales, políticos y culturales, hay que  entenderlo de manera más compleja y multidimensional. A no ser, que lo único que nos interese es, criticar, descalificar, ser jueces políticos y morales del proceso de modernización de la sociedad dominicana, desde una supuesta  “privilegiada” posición intelectual,  política o moral que no necesita ser argumentada.

También hay que reconocer dos aspectos, primero, que no hay necesidad de que haya unanimidad sobre los cambios sociales, políticos y culturales. Todo lo contrario, el pensamiento social, en un entorno democrático, se enriquece con la diversidad de opiniones de una comunidad bien informada y, lo segundo es tomar en cuenta la teoría de la sociedad desde la cual se habla y, le da sentido a las ideas, los análisis y opiniones de los intelectuales, desde una tradición específica. En ese sentido, la teoría social es también, un objeto de estudio de la sociología.

De manera que, como sociólogo e intérprete de los cambios sociales, es fundamentar pensar el proceso de modernización de la sociedad dominicana desde una imaginación sociológica más integral: crítica y analítica. Hay que entender que la sociología como disciplina científica y humanista tiene como función el estudio sistemático de los cambios de la sociedad moderna y, entre otras cosas, se interesa por comprender la relación de mutua influencia entre los procesos de transformación de los sistemas sociales: económicos, políticos y culturales y sus consecuencias en los espacios: urbanos, rurales, los barrios, las comunidades, como también en las instituciones  y los grupos sociales.

Por lo tanto, los conocimientos o representaciones que se construyen desde la sociología, tienen la obligación de asumir la complejidad de los procesos sociales y hacer la crítica del poder y la violencia de los sistemas sociales.

Para la sociología crítica, normalmente, los cambios sociales aparecen como incremento de las relaciones de poder, de explotación, aumento de la desigualdad social, del predominio de la razón instrumental, la colonización de la vida cotidiana, la producción de las instituciones disciplinarias y, de campos sociales, donde se producen y reproducen las formas de dominación de las clases sociales.

Por el contrario, para la sociología analítica, los cambios sociales son vistos como proceso de transformación abierto al progreso, al desarrollo industrial e informacional. De aumento de la racionalidad y complejidad de los sistemas sociales: económico, político y cultural, donde los individuos (racionales) toman sus decisiones y, asumen sus consecuencias.

De modo que la sociología dominicana, como particular punto de vista del pensamiento social, está obligada a conciliar un quehacer empírico-analítico  y, sus pretensiones críticas-normativas. A mi manera de ver, no se trata de domesticar el minotauro que caracteriza a la sociología, sino estar consciente y ponerlo en evidencia. Como ciencia, debe diferenciar los cambios sociales para analizarlo en su complejidad analítica y, como teoría crítica, parte de determinados valores o ideales; como la igualdad, la justicia social, la ética comunicativa, la participación ciudadana, el reconocimiento social, para hacer la crítica del poder y denunciar las formas de dominación de la moral y el uso de las instituciones sociales.

En ese sentido, la sociología dominicana debe moverse en una doble paradoja, por un lado, está obligada a dar cuenta de la complejidad de los cambios sociales, sin renunciar a la crítica, pero también, debe hacer la crítica, sin dejar de reconocer la complejidad del proceso de modernización que experimenta la sociedad dominicana.