Algunas veces solemos preguntarnos ¿cuál es el propósito de la vida? Sí, ya sé que es un tema recurrente en mis latidos, pero vamos a ver si este "nos aporta" algo nuevo…

Pocas son las veces que uno anda preguntándose esas chochadas de la vida. Uno se dedica a "torear" todas las vicisitudes que trae la vida y ya con eso es más que suficiente para distraernos.

¡La vida, con su largo y breve sendero, tiene un propósito y es de hacernos desaparecer a todos! No solo es "efectiva" en estos trotes, sino que, encima, nos deja un sinsabor aunado al más absoluto silencio del ¿Por qué?

Somos como animalitos que vamos construyendo una vida, a la que le vamos agregando jugadores que a la vez estarán bajo nuestra responsabilidad y terminarán "juyendo" de nuestro yugo, tal y como conseguimos nosotros "liberarnos" de nuestros "dictadores".

Un llegar y adaptarse, un crecer y librarse, un parir y esclavizarse, un desdén y un olvido y así hasta irnos "lentamente", quedándonos solos. Sin amigos, sin familia, sin memoria…

Parecemos un partido de ajedrez en donde el tablero es el "entorno" en que nos desenvolvemos y las fichas toda la humanidad que estará jodiéndonos o soportándonos, hasta que sean eliminados, uno a uno, y nos vayamos quedando solos y frágiles ante la embestida.

El jaque mate te lo darán o simplemente serás tú el que lo dé, pero al final de la partida ¿qué? Los desechos y vestigios quedarán regados por todas partes y ya nada será igual. Todo habrá cambiado. Ganes o pierdas.

Sin embargo, ¿qué es lo que nos queda, antes de perder definitivamente la memoria? Yo diría que una "ligera" satisfacción de haberle allanado, con menos carga, el camino de los que vienen detrás de ti.

Y digo ligera, ya que todos tendremos un final, aunque "se crea" que esto es para siempre…

¿Para eso viviste? ¿Para satisfacer tu ego? ¿Para dar "comodidad" a tu jauría? Esas preguntas, no vitales, podrían ser primordiales para la mayoría de las cabezas del planeta, sin embargo, como dice "El Zohar", "lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, lo que desates aquí, quedará desatado allá"…

¿Qué nos está diciendo esta sentencia? Nada que vaya en contradicción con la "ley de la correspondencia" del Kybalion; "como es arriba, es abajo, como es adentro, es afuera". Todo esto se manifiesta en lo físico, mental y espiritual.

Este momento físico quizás sea "lo concreto" de los otros dos. El mental es el intermedio y "la llave" que abrirá la puerta a ese último estado, que es a donde terminaremos todos los "pre difuntos" que somos.

Si no aprendes a vivir, seguro tendrás que seguir aprendiendo "una vez muerto". Tu consciencia, que es tu verdadero yo oculto, sentirá "cierta indignación" por ese comportamiento individual o "exclusivo" que tuviste para ti o algunos allegados.

Cuando despiertes de este sueño y te des cuenta de que si no somos todos no somos ninguno, entenderás que viviste una vida vacía y hueca, negándote ¡A ti mismo! Una contrariedad, ya que negando tu aporte a los demás, te lo estabas negando a ti mismo.

Joven aprendí, que si "buscas" que los demás se interesen en ti, la mejor fórmula es interesarte tú primero en ellos, y como un eco resuena y vibra, así volverán las ondas multiplicadas hacia ti.

La abundancia es dar, la humildad es recibir, la compasión es amar.

Quizás esas sean las "analogías" del cuerpo, mente y espíritu, y, en consecuencia, las claves de saber vivir y la respuesta al para qué vivimos. ¡Salud! Mínimo Aprendicero.