El ICLEI (Local Guvernments for sustainability- Gobiernos locales por la Sostenibilidad) es una entidad internacional que surgió en el año 1990 en New York, es una iniciativa, cuyo objetivo es trabajar el tema del medioambiente desde las ciudades, formado inicialmente por 200 gobiernos locales de 43 países en el denominado el Congreso Mundial de Gobiernos Locales para un Futuro Sostenible, en las Naciones Unidas en Nueva York en septiembre de 1990.
El objetivo definido inicialmente del ICLEI es impulsar una política de sostenibilidad ambiental desde los niveles de gobierno local, promoviendo el desarrollo circular, resiliente, equitativo, basado en el cuidado de la naturaleza y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, en definitiva en la construcción de un futuro urbano sostenible.
En la actualidad el ICLEI tiene como miembros 2500 ciudades y pueblos regionales de 125 países del mundo y en términos relativos 25% de las ciudades del mundo o 20% de la población mundial.
El ICLEI orienta a sus gobiernos locales socios en las mejores prácticas para mejorar el desarrollo de las actividades propias de dichos gobiernos, tanto desde el punto de vista de la recolección de desechos sólidos, los programas de desarrollo urbanístico, el manejo de aguas residuales, el impulso en el uso de energía limpia, impulsando el transporte basado en ciclovía, que también se denomina ecovia y transporte colectivo que utilice energía limpia.
Existen ciudades que son ejemplo en la reducción del uso de combustibles fósiles, con el uso masivo de bicicletas y sistemas de transporte donde se utiliza energía eléctrica, como el caso de Helsinki en Finlandia, Oslo en Noruega, Estocolmo en Suecia, entre otras.
Una práctica que podría reducir significativamente los gases de efecto invernadero en las ciudades y a la vez generar ingresos que beneficien de forma importante a la población, sobre todo que vive en zonas marginadas, es el reciclaje de desechos sólidos, que en las ciudades antes mencionadas ya es una práctica común.
Los moradores de los barrios de la ciudades, sobre todo las mas pobladas, enlo que respecta a la Republica Dominicana, como es el caso del Gran Santo Domingo, Santiago y otras ciudades que tienen una significativa población y una gran cantidad de barrios y urbanizaciones, en la medida que se acogen a los sistemas de reciclaje, además de reducir el costo de la recolección de los desechos sólidos, pues mediante campañas coordinados entre ayuntamiento con instituciones comunitarias se puede orientar a la población a reciclar los desechos, es menor la cantidad de los mismos, sobre todo de materiales plásticos, que deben recolectar los camiones destinados a esos fines.
El proceso de reciclaje también se traduce en beneficios para la población, pues esta tiene la oportunidad de mercadear los objetos reciclados, ya sea de forma directa o indirectamente utilizándolo como materia prima, para obtener nuevos objetos, en la a partir de acciones de políticas publicas locales se promociona la economía circular, incentivando la creación de empresas recicladoras, que, a la vez de producir bienes valiosos en base a material reciclado, genera empleo en la población.
En la medida que las ciudades se integran a este movimiento mundial para el desarrollo sostenible, además de influir tanto desde el punto de vista del medio ambiente, la salud y desde el punto de vista socioeconómico en lo pobladores de esas demarcaciones, el bienestar de la población en general tiende a aumentar.
A través de esas iniciativas descentralizadas de protección del medio ambiente y desarrollo de economía circular, también se contribuye de forma directa e indirectamente en la reducción de desechos que contribuyen al calentamiento global y también a la reducción de los gases de efecto invernadero a partir del uso de energía limpia.