Porque: “Un hogar sin libros es, como un cuerpo sin alma”

El secreto para cambiar es
concentrar toda tu energía, no
en luchar contra lo viejo, si no,
en construir lo nuevo.
Sócrates.

Nuestros problemas no son como nos los quieren presentar ciertos políticos, es decir, minimizándolos como si se tratase de un fuego fatuo y más, si son ya funcionarios. Es más complicado que decir que todo está controlado y concentrarse en estadísticas o convenios sin sentido, que solo son buenos, para una publicidad a la cual, pocos le ponen atención. Estos problemas tienen raíces que cada día se profundizan más y, lo peor, es que se nota a simple vista ese crecimiento, porque las promesas de soluciones se han quedado en aguas de borrajas. Todo esto, muy a pesar de que una gran cantidad de los antes ya nombrados, se esfuerzan por hacer su trabajo con buena cabeza y manos, pero, lo que unos hacen con las manos, otros lo destruyen con sus pies.

Los recursos, aún y parezca una exageración, sobran, tanto humanos como materiales, pero, ya sea por desidia o ambiciones políticas y personales, los mismos no bastan, se pierden en nimiedades o habichuelas con dulce, donde este último, lo que más puede durar, es el tiempo que dura una diarrea. He ahí la cruz que nos mantiene hundidos en la desgracia del mal comportamiento y la violencia, es decir, la educación, la cual es discontinua, mala y super cara, desde donde solo mediocridad se puede producir.

Esta democracia, de la cual nos jactamos -principalmente los políticos-, se ha encariñado con la publicidad, más bien con la propaganda, donde asistimos a situaciones dantescas, en donde funcionarios -de antes, de ahora y de siempre- se pavonean cada vez que algo regalan, siquiera haciendo acopio de aquella propaganda en la que se basaron los Nazis, donde decían que cualquier propaganda efectiva debe limitarse a pocos puntos y, repetir las frases el mayor tiempo posible, hasta que la última persona, asocie lo deseado a ese slogan.

Desde hace tiempo, todo se reduce a “operativos”, incluyendo hasta el de alfabetización, en tanto, los millonarios dirigentes docentes, irresponsables e impunemente, les importa un bledo la ineficiencia y mala formación de sus miembros.

Y tanto es el daño que nos ha y está produciendo esta ineficiencia, que no hay problema social que esté ocurriendo en estos momentos, donde no entre la falta de buenos pupitres y de quienes enseñan a hacer uso de estos.

Muchas mega divas hasta para exportar, pero, sin pupitre; si en España hablan de gobernanza, de inmediato aquí se pierde hablar de gobernabilidad; feminicidios u “homicidios” pero, ocultando las reales causas y orígenes del problema, con las dudas de si no sería más propio hablar sobre peleas entre tigres y tigresas, si es que nos ponemos a observar determinados videos sobre este problema. Debido a que es difícil poder separar quien es el macho o la hembra al menos hasta que se escuchan las voces, porque por las acciones humnnn.

Pero todo se banaliza o se victimizan muchos y muchas mientras los estudios sociológicos brillan por su ausencia, reitero, sociológicos, no políticos, porque de estos últimos estamos ahítos. La inercia para atacar de raíz el comportamiento de los llamados pobres padres de familia y de hasta algunos enganchados a “emprendedores” solo para timar, juntándolos con los sacrificados conductores del concho y moto concho, sin dejar fuera los profesionales de adueñarse de tierras privadas y del Estado, que eran un fuego fácilmente controlable pero que, ya, se ha convertido en un holocausto.

Pocos quieren converger en que estamos en medio de una pandemia de irresponsabilidades, que nos empobrece la calidad de vida día a día, iniciando por el transporte y la falta de autoridad para imponer el orden, donde nuestras calles, avenidas y autopistas se han convertido en verdaderos lugares de tortura, donde la vida siempre está en juego, algo así como cruzar las cataratas del Niagara en bicicleta. ¿Y los motoristas? ¡Bien, sacándole la lengua a la Digesett! No j… ¡Sí señor!