I.- En El Salvador y aquí delincuencia sistémica

1.- En El Salvador, al igual que en nuestro país, sectores sociales muy diversos están de acuerdo en el combate a la delincuencia utilizando métodos inhumanos. No compartimos semejantes medios para hacerle frente a los antisociales.

2.- La criminalidad debe ser condenada, sin tomar en consideración quién sea el perjudicado. Es cuestión de rechazarla, no importa de dónde venga.

3.- Aquellos que en sociedades fundamentadas en la desigualdad caen en la delincuencia, son víctimas de un orden social injusto. Los jóvenes encarcelados en El Salvador, son subproductos de la sociedad salvadoreña.

4.- Ninguna persona que abraza principios humanistas acepta el principio de que "el fin justifica los medios", porque el fin, para cuya consecución se requieren medios ilegítimos, no es un fin legítimo.

5.- Hace tiempo que leí y aprendí que los medios jesuíticos, a pesar de su efectividad aparente, no contribuyen a logros de objetivos loables. La desesperación no debe llevar a la gente buena a creer en la maldad, en la barbarie.

6.- En lugar de ejecutar atrocidades para quitarse de encima a los marginados delincuentes, hay que hacer uso de la razón, y mediante cambios estructurales hacerles la existencia digna, no dolorosa.

7.- Debemos demostrar que aspiramos a vivir en una sociedad sin antisociales, pero no creada partiendo de matar a los indignados por falta de lo indispensable para vivir.

8.- La paz social carece de justificación si la misma es alcanzada llevando la más profunda consternación a los padres de jovencitos que desorientados han escogido la ilegalidad para saciar, a lo mejor, necesidades insatisfechas.

9.- No sería más que una absurda ilusión creer que si apresamos a los miembros de las bandas que operan en los barrios populares y los depositamos en la isla Saona, ya se resolvió en nuestro país el problema de los atracos y otras acciones delictivas.

10.- Se equivocan aquellos que de manera infundada piensan que podemos sanar la sociedad dominicana enferma, aislando o eliminando a los que atracan, asaltan, arrancan carteras y cadenas.

II.- Una sociedad humana dañada, tiene en su seno delincuencia

11.- La realidad dominicana le está dando en la cara a los hipócritas que creen que es posible continuar viviendo como hasta ahora, algo que se evidencia imposible en todos los órdenes.

12.- Porque la comunidad dominicana es heterogénea desde el punto de vista clasista, en su seno aloja a honrados y ladrones; buenos y malos; sanos y podridos; delincuentes pobres y ricos.

13- La forma como está organizada la sociedad dominicana, es la adecuada para en ella estar presentes antisociales de cuello blanco y cuello sucio, pero ocurre que el delincuente que mete miedo es el de los barrios marginados.

14.- Quiérase o no, hay que reconocer que el ambiente dominicano, en lo económico y social, cada día se hace más inhumano para lo que se llama pueblo, y por vía de consecuencia trae más delincuentes pobres que operan aquí en su dañado lar nativo.

15.- Por estar nuestro país ubicado en la región más desigual del planeta tierra, pobreza, delincuencia, violencia y criminalidad, forman parte de la cotidianidad. Es cuestión de todos los días estar viendo atracos, a indigentes delincuentes enfrentados a muerte con agentes policiales.

16.- La situación dominicana se presenta clara. Continuar conviviendo con la delincuencia nacional, fruto de la pobreza, o humanizar el orden social, cambiando su base económica, causante de los males sociales que horripilan.

17.- Se hace impostergable un cambio verdadero para humanizar la vida cruel que sufre la mayoría de la población dominicana. Si no se modifica el medio donde estamos viviendo, que nadie crea que van a desaparecer los delincuentes que aterran. Ellos también forman parte del actual orden social.

18.- Debemos preocuparnos, no por acabar con las lacras sociales de ahora, si no luchar para nunca más padecer un sistema o modelo económico que hace posible delinquir.

Ideas finales

19.- Se impone crear las condiciones materiales y espirituales que hagan posible el desarrollo integral de las dominicanas y los dominicanos, para así contar con una comunidad de personas sociables, porque viven en una sociedad que garantiza la igualdad de oportunidades a todas y a todos.

20.- La minoría de una sociedad deshumanizada, no debe pretender lograr su tranquilidad espiritual a costa de la tristeza de la mayoría de los pobres de la población.

21.- Una comunidad humana, como la dominicana de hoy, la cual, como dijo el presidente de la República Luis Abinader, tiene un sistema de educación pública en estado de emergencia desde hace 30 años; definida por el arzobispo de Santiago, Freddy Bretón, como descalabrada; y un montón de gente con una existencia indigna, necesariamente cuenta con infractores pobres por montones.

22.- Las clases dominantes de cada país latinoamericano o caribeño, antes de enviar agentes policiales a matar delincuentes pobres, deben de saber que no viven en ambientes paradisíacos, en delicias terrenales, sino en lugares horrorosos.