La pandemia de la covid-19, produjo un estancamiento y paralización de la economía mundial y por tanto dejó sus secuelas que todavía dos años mas tarde se están manifestando sobre las actividades que componen cada uno de los sectores de nuestra economía y aunque se han verificado significativas recuperaciones, habría que ponderar las situaciones que aún permanecen y las que todavía no se han presentado o tenido sus efectos en el escenario de las variables que podrían eventualmente afectar de manera mas drástica a la población de menores recursos que como se sabe son las mas afectadas y con mayores limitaciones que no le permiten acceder a las necesidades básicas de subsistencia en estos tiempos.
Históricamente los tiempos de pandemia, han perturbado todo el accionar humano y también han dejado sus secuelas, la mas mortal que se llevó la vida de mas de 50 millones de personas, fue la gripe española (1917-1920) que de española no tenía nada, pero así se le llamó por ser España un país neutral en la primera guerra mundial (1914-1918). Esta pandemia también estuvo acompañada en su principio de este conflicto bélico que muchos historiadores indican que contribuyó a la expansión de esta terrible pandemia, ya que fue en Kansas, Estados Unidos, donde se detectaron los primeros casos y las tropas aliadas de este país desembarcaban en el puerto francés Brest.
La pandemia también le ha tocado coincidir, aunque en su etapa final con el conflicto bélico que se escenifica entre Rusia y Ucrania que ya en estos momentos ha recibido el apoyo de varios países de Europa y del propio Estados Unidos, es decir, que los efectos negativos de la covid-19 estarán continuándose con los que está trayendo esta guerra.
En octubre del pasado año el Banco Central del país, había publicado que la inflación interanual en esos primeros 10 meses era de un 5.59% y se proyectaba que en este año podría tener un comportamiento similar, sin embargo, ya en los primeros cinco meses publicó que la inflación interanual medida desde mayo de 2021 hasta mayo 2022 era de un 9.47% y esto debido fundamentalmente al encarecimiento de los precios de los combustibles y de las materias primas, que se han mantenido en alza como consecuencia principalmente de los conflictos bélicos entre Rusia y Ucrania y del aumento de los fletes marítimos que todavía no han vuelto a la normalidad. Particularmente entendemos que estos precios deberán todavía subir aún mas en los próximos meses debido a la inestabilidad que se transmite a los mercados de estos commodities y la incertidumbre que proyecta la crisis bélica que tiene un alto grado de intereses económicos.
En este mismo sentido, destaca el Banco Central que la economía del país se ha venido comportando de manera favorable en los primeros cinco meses de este año, arrojando un Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) de un 5.6%, lo que ciertamente es alentador y en parte compensa el comportamiento negativo de variables que afectan a la población como es el caso de la inflación, la que también tiene una gran incidencia en los procesos internos que se realizan en cada uno de los sectores económicos del país. Los productos que se fabrican localmente, el transporte, los servicios, se hacen menos competitivos debido a que los componentes importados afectan los costos y llegan al mercado con mayores precios que contribuyen a elevar los procesos inflacionarios.
Hay que destacar además que el Banco Central incrementó nueva vez la tasa de interés de política monetaria, para situarla en un 7.25%, bastante alta, que de seguro tendrá sus efectos positivos eventualmente en la contención de la inflación, pero que también podría tenerlo inversamente sobre el crecimiento de la economía del país en el corto y mediano plazo.
Las crisis en Europa, otros países de Latinoamérica, Asia y de otras partes del mundo obedecen a los procesos inflacionarios que han exacerbado los precios de la canasta familiar y que proyectan crear convulsiones sociales, entendemos que lamentablemente afectarán a la mayoría o todos los países y por tanto sería muy conveniente que nuestro país se prepare para esto, iniciando con el gobierno central, que le corresponde por un lado reducir los gastos corrientes y orientar los subsidios en la dirección adecuada para que tengan el destino requerido.