La primera estrategia del plan estratégico de Santiago es robustecer todo lo bueno que tenemos. Es decir consolidar un Santiago de Alianza Pública, Privada y Ciudadana. Como orientación estratégica dirigida a promover la articulación de los actores públicos, privados y comunitarios para fomentar, garantizar y asegurar la capacidad de decisión y gestión de la ciudad, el municipio y la metrópolis de Santiago.
Para generar de forma permanente una interacción para impulsar acuerdos y acciones que contribuyan a lograr servicios de calidad, incluyentes y de logro del bien común.
Es una iniciativa que se fundamenta en un Pacto Público-Privado para fijar vía normas los tributos municipales de Santiago en tasas y arbitrios a retribuir al Ayuntamiento de Santiago para lograr una nueva fiscalidad municipal. Que se ajusta a las exigencias constitucionales y coherentes con el sistema tributario estatal y su nivel de automatización.
Un pacto con Visión de futuro que fortalezca la corresponsabilidad ciudadana en el pago de impuestos locales y concretice la disposición a tributar valorada por el Santiago Barómetro en más del 70%. En el Plan Estratégico Santiago 2030 buscamos relanzar el aparato y la estructura impositiva del Ayuntamiento. La alianza a impulsar deberá establecer los componentes y servicios de la gestión pública municipal que requieren de una verdadera sincerización fiscal y relanzamiento.
Santiago hizo su tarea en materia de arbitrios. La cumplió antes que la DGII iniciara en la década pasada, la reforma para organizar la base impositiva del país. 70% de los santiagueros podría pagar más tributos, si el ayuntamiento garantiza mejores servicios, según estudio “Santiagobarómetro de gobernabilidad”.
Cursaba el inicio del gobierno municipal 2002-2006, cuando José Enrique Sued (Alcalde) y Mauricio Estrella (regidor presidente), sesionaron con el Consejo de Desarrollo (CDES). Lograron acordar con el Plan Estratégico (Ordenanza 2549) y su directiva, cuáles proyectos podían asumir como ayuntamiento.
En una gestión socialcristiana (PRSC), ese acatamiento “balaguerista” de lo acordado entre ciudadanía y gobierno, nos sorprendió. Especialmente porque todavía el cuaderno de registro de ingresos y egresos de Balaguer era un fetiche o categoría científica-financiera de primer orden.
Los recibos con las deudas municipales de Santiago, se encontraban en el suelo en 50 cajas de cervezas y espaguetis. Iniciamos con el apoyo de Unión Europea (UE) y AECID, el diseño del sistema de recaudo que colocó a Santiago como ciudad más recaudadora.
Los munícipes podrían retribuir más al Ayuntamiento desde cuatro fuentes: i) arbitrios derivados del uso de suelo; ii) tasas de economía municipal; iii) licencias de gobernabilidad y iv) exacciones de servicios de inclusión social.
Del primer componente se derivan arbitrios de no objeción de uso de suelo; tasa de residuos sólidos por metro cuadrado de construcción. También multas a negocios que arrojan materiales de construcción en calles y aceras. Gravámenes por colocar bolsas de basura fuera de horario.
Asimismo, penalizaciones por edificaciones abandonadas, fachadas sucias y jardines reproductores de insectos y roedores. Igualmente por estacionarse encima de aceras y vías primarias. Tocar bocinas y vehículos sin silenciadores. También, multas por ausencia de dispositivos de riesgos y muchas otras. Tenemos un estudio de todas las resoluciones municipales 1962-2002.
Del segundo eje de economía, están arbitrios por uso de mercados municipales luego que estos sean rescatados. Tasas por uso comercial de espacios públicos para eventos comerciales y culturales de lucro. Arbitrios por acceso a balnearios, sendas y parques ecológicos. Aumento de tasas por colocación de publicidad exterior y más.
Del tercer y cuarto componentes se derivarían tasas por certificados de registro de juntas de vecinos, organizaciones comunitarias, revalidación bianual y manejo de sustancias de riesgo en salud.
Este sistema debiera fundamentarse en pacto social a favor de una nueva fiscalidad municipal por mejores servicios. Que se ajuste a Constitución y sea coherente al sistema tributario estatal. Una alianza replicable y corresponsable de arbitrios que robustezcan la gobernabilidad municipalista de Santiago.
Se impone una pacto local en los siguientes componentes: i) Recolección de residuos sólidos; ii) Colección de Agua pluvial; iii) Uso de nichos en los cementerios públicos; iv) Publicidad exterior; v) Publicidad edificatoria en los establecimientos privados y comerciales; vi) No objeción de uso de suelo; vii) Solares baldíos; viii) Estacionamientos regulados; ix) Penalizaciones por impermeabilidad del suelo; x) Uso de espacios públicos para fiestas, festivales y ferias, entre otros.
Con estos componentes de tributación se impulsará y pactará una reforma fiscal municipal. Sus productos entregables son: a) un estudio costo-eficacia de las tasas y arbitrios; b) un programa de elevación del recaudo municipal; c) una consolidación de la eficiencia y efectividad del sistema del cobro de arbitrios; d) Reforma de la estructura impositiva municipal y e) Crear una mesa de trabajo con los Actores Estratégicos más representativos de este proceso; organizados en Compromiso Santiago 2030.