La Defensa Civil cumplió este 17 de junio sus 56 años de existencia. Un aniversario más de la institución de socorro que está generando, a lo interno, cambios positivos para su avance.  Una transformación, además, en un ambiente externo de reforma del marco legal del sistema nacional de gestión del riesgo de desastres.

Sistema liderado por la entidad desde la creación de la ley 147-02 que crea dicho régimen de gestión de riesgo de desastres, al mantener la secretaría ejecutiva de la Comisión Nacional de Emergencias y de los comités regionales, provinciales y municipales de Prevención, Mitigación y Respuesta (CPMR).

A lo interno la institución impulsa el fortalecimiento de las estructuras del territorio para una mejor preparación de los CPMR.  La formación de los gobiernos locales (gobernación y alcaldías) en el campo de la gestión integral de los riesgos en cada territorio, promovido por el gobierno del cambio y la cooperación, para hacerlos resilientes.

La apertura a la cooperación internacional, a los organismos de desarrollo y organizaciones no gubernamentales, así como los acuerdos con entidades públicas y privadas, están permitiendo una sinergia en armonía para la preparación y respuesta frente a posibles fenómenos naturales y humanos.

Los pasos en este nuevo año cumplido ayudan a tener una visión correcta de comprender y confrontar las crisis, bajo una orientación que procura salvar vidas, proteger bienes y medios de producción de las familias pobres y vulnerables frente a eventos peligrosos de origen natural y humano.

Por esa visión estratégica planificada, de integralidad y alianza, el Ministerio de la Administración Pública (MAP) reconoció a la entidad en los primeros meses de dirección. Específicamente, por ser una de las entidades del Estado con mayor desempeño en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La campaña aprendiendo a salvar vidas, los cursos de primeros auxilios básicos, manejo de incendios, maniobras de reanimación cardiopulmonar, las técnicas de atención de atragantamientos por alimentos, entre otras acciones, acercaron a la Defensa Civil como nunca a la población durante este año.

Los operativos de navidad, día de Reyes, la Virgen de la Altagracia, Semana Santa y temporadas de huracanes fueron y son momentos que sirven para levantar el orgullo y el compromiso protector de los miembros de la Defensa Civil.  Cada área de servicio al frente de sus tareas, todos y todas juntos, el personal de oficina y de campo como un núcleo amurallado.

La participación en los planes de salud para detener la Covid-19, y los demás servicios médicos de emergencias que día a día ocurrieron, es un claro ejemplo que la institución naranja, en este año de vida, posee un acumulado en capacidades de protección civil innegable.  Una vasta experiencia, una trayectoria de vida sustentada en los hombres y mujeres que voluntariamente se entregan a la labor altruista.

No se debe negar que los 56 años de la Defensa Civil representan un camino marcado con las huellas de los aportes que los directores ejecutivos pasados dejaron, algo de cada uno de ellos, un atesorado que muestra la cara de la organización en cada punto del país al ondear la bandera color naranja con el triángulo preventivo.

A lo externo, en este otro nuevo aniversario, la institución de socorro se encuentra mirando hacia el futuro, reflexionando sobre el marco legal de la gestión de riesgo de desastres, los avances del país, los retrocesos y la reforma que procura poner a la nación a la altura de los sistemas de emergencias modernos, robustecido en todo el sentido de la palabra.

Se trata de una reflexión para avanzar en el cambio de paradigma y pasar de un enfoque de atención de los efectos de los desastres a uno orientado a la reducción integral de los riesgos y la creación de un territorio mejor preparado.

Con institucionalidad en el sistema nacional de gestión de riesgo, con instrumentos bien definidos y ceñido a los marcos de desarrollo globales.

Una estructura estratégica de inclusión activa de los niveles provinciales, municipales y comunitarios en los abordajes de desarrollo y gestión. Un instrumento legal con régimen de consecuencias claros y sobre una plataforma de financiamiento especial y permanente.

Y finalmente, que estos 56 años de experiencia permitan a la Defensa Civil seguir siendo esa entidad rectora ejecutiva del sistema que continue guiando correctamente a la Comisión Nacional de Emergencias junto a los diferentes actores del Estado y gobierno.