No importa que usted sea un estudioso de la historia del país o un competente intelectual, la verdad es que al leer y analizar críticamente el último de los libros: Mi vida y nuestra historia contemporánea (Memoria de un actor sobreviviente), de la autoría de Tirso Mejía-Ricart, encontrará datos históricos nunca vistos en sus lecturas anteriores acerca de la complejidad del devenir de los acontecimientos políticos y sociales ocurridos en la sociedad dominicana.
En las 782 págínas del textos de referencia, podemos encontrar más de 700 temas de la historia política contemporánea de la República Dominicana. Tirso aborda en su última publicación, como buen maestro, de manera pedagógica y didáctica, los más variados temas de los fenómenos sociales que se produjeron durante el siglo pasado y las dos primeras décadas de este que estamos viviendo en la actualidad.
Este libro es un gran compendio de las luchas desarrolladas en la vida contemporánea de la nación dominicana para alcanzar una verdadera democracia funcional. Los aportes del autor en su diario batallar para fortalecer la democracia del país; y todos los que, de una manera u otra, estamos ligados a los problemas sociales, militemos o no partidariamente, sabemos y reconocemos muy bien los afanes del maestro Tirso Mejía-Ricart por el fortalecimiento institucional de la democracia del país.
Conocedor y consciente de que vivía sus últimos días sobre la tierra, Tirso nos ha dejado uno de los mejores legados escritos, testimoniales y educativos para que los partidos; la ciudadanía y las academias – especialmente la UASD – tengan un instrumento ideal para luchar por la construcción de una democracia verdadera y no la ritual en los discursos de la propaganda política electorera, que tanto ha afectado a nuestra nación.
Sirva este libro para ser valorado por las universidades para la enseñanza de las ciencias sociales; y como material de consulta, debate y discusión entre estudiantes y profesores; así como para la formación política y construcción de ciudadanía a través de los partidos políticos, organizaciones sociales, cívicas, culturales y religiosas o cualquier otra institución progresista.
Termino este artículo citando un fragmento, el cual considero muy importante, del maestro, gran reformador y científico, Tirso Mejía-Ricart. Cito: "Yo, por mi parte, cerca del final de mis días, me siento satisfecho de lo que he hecho, incluyendo mis llamados al orden y mis recomendaciones en todos estos procesos, aunque no siempre han sido comprendidos y valorados. Estoy seguro de que han contribuido a los triunfos y a minimizar los fracasos en la búsqueda siempre difícil e incierta de hacer avanzar a este país y al pueblo que tanto quiero, aunque ello haya impedido no pocas veces que se me reconocieran mis méritos acumulados en lo procesos envueltos". (Pág. 774).