Orlando Jorge Mera era un amante de la naturaleza, y 14 años atrás, siendo secretario general del Partido Revolucionario Dominicano, decidió llevar a 40 jóvenes del partido al que pertenecía a reforestar, en una jornada de reforestación planificada para tales fines por el entonces ministro de Medio Ambiente Jaime David Fernández Mirabal.

No imaginaba que en algún momento de su vida tendría la responsabilidad de velar por los recursos naturales al ser designado en el 2020 titular del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales; tampoco imaginaba que por hacer  una de las cosas que más le gustaba: cuidar y respetar la naturaleza perdería la vida en su propio despacho, cumpliendo con su responsabilidad laboral y abrazado a la ética de un fiel servidor público.

Esa es una muestra de que no murió un ciudadano cualquiera, aunque aclaramos que nadie debe morir de manera violenta sin importar su origen o categoría en la sociedad; pero Orlando Jorge Mera, además de ser miembro de una prestigiosa familia dominicana, dirigente de dos de los principales partidos dominicanos, legislador, ministro en dos oportunidades, y jefe de la institución a la cual hemos servido por más de 25 años, era un ser humano sensible, afable con sus empleados, respetuoso de las leyes y de mucha paz con firmes convicciones humanas.

La muerte del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha conmocionado al personal de la institución al extremo de que se recomienda una terapia colectiva que permita continuar trabajando y emular el trabajo y el amor por los recursos naturales por los que él mostró tanto empeño.

Hoy queremos recordarlo no en su condición de ministro de Medio Ambiente, sino de ese que el día 11 de octubre del 2008, cuando nos tocó  conducir a Orlando Jorge Mera al campo durante una jornada de reforestación, que encabezó cuando era presidente de la Juventud Revolucionaria Dominicana, junto a los hermanos Arnaud y a Andrés Lugo.

Lo había invitado el ministro de entonces, Jaime David Fernández Mirabal, a una jornada de reforestación en Los Ganchos de Villa Altagracia, agua arriba de la toma de acueducto del distrito municipal de Sabana del Puerto.

Cuando llegó Orlando Jorge Mera con su comitiva esperaron al resto de los participantes, mientras conversaba con el ministro de entonces y el director de Quisqueya Verde que les sirvieron de anfitriones; nos adelantamos y subimos  hacia la montaña, caminando por veredas  unos aproximados 3.5 km desde donde partirían los voluntarios.

Al llegar pensé que el lugar escogido para reforestar debió ser más abajo, nos preguntamos si subiría el visitante por tan difícil senda, se trataba de Loma Zumbador, precisamente donde nacen las primeras aguas del río Guananito, a más de 800 metros sobre el nivel del mar.

Allá subió Orlando Jorge Mera junto a su grupo y plantaron 2000 pinos caribe.

No sé qué habló Orlando Jorge Mera con Jaime David Fernández Mirabal ni con José Enrique Báez, entonces director de Quisqueya Verde, mientras supervisaba que la plantación quedara bien, haciendo algunas fotos y tomando algunos puntos con el GPS, lo que acostumbro a hacer en este tipo de actividades.

Ese acontecimiento junto a las fotografías que tomamos fue reseñado a petición del propio ministro de entonces y hoy replicamos las fotos como homenaje a Orlando Jorge Mera,  quien nos desafió diciendo “yo quiero ver estos árboles crecer, tienen que cuidarlos” y Jaime lo interrumpió y le dijo: “Esta loma se llamará la loma del PRD” agregando una consigna: “De la autopista se ve, la loma del perredé”; consigna que fue repetida varias veces por el grupo de jóvenes voluntarios y voluntarias, pertenecientes entonces a esa organización política.

Los  árboles plantados por el extinto ministro Orlando Jorge Mera el  11 de octubre del 2008 hoy pueden visualizarse a la altura de La Cumbre en la autopista Duarte, justo donde está la Virgen de La Altagracia.

Hoy podemos contemplar la belleza de esa área reforestada como recuerdo de la participación y el interés en la reforestación del país de un ser humano que siempre mostró amor y respeto por los recursos naturales de la nación dominicana.