La ciudad de Nueva York estrena nueva vez otra unidad policial contra el crimen para combatir el auge de la violencia y la criminalidad que ha azotado la ciudad los últimos meses.

El nuevo cuerpo policial especial perteneciente al Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD), ha sido bautizado por el alcalde de la ciudad, Eric Adams, como Equipos de Seguridad Vecinal (NST, por sus siglas en inglés).

Estará integrado por 204 oficiales, subdivididos en grupos de cinco agentes policiales más un sargento distribuido en 30 distritos.

Su misión principal será “suprimir proactivamente los delitos mayores violentos y la posesión ilegal de armas”, explicó en conferencia de prensa Kenneth Corey, jefe del Departamento de Policía de esta ciudad.

Utilizarán cámaras corporales, vehículos sin identificación y uniformes algo modificado de los tradicionales del Departamento, y recibirán capacitaciones y supervisión constantes para asegurar no cometan abusos de derecho y brutalidad, como se denunció en el pasado.

La primera Unidad de Delitos Callejeros (SCU) fue formada en 1971. Sin embargo, por denuncias de que constituía un cuerpo violento y abusivo, tuvo que ser desmantelada.

La puesta en vigencia de la NST ha sido un triunfo del alcalde Eric Adams, quien había prometido a los neoyorkinos la creación de una nueva unidad anticrimen como lo requería la ciudad ante el incremento de la violencia en los últimos meses causando muertes y heridos entre pandillas, asaltos y robos, entre otros actos de bandolerismo.

Los integrantes de los grupos defensores de los derechos civiles no están muy de acuerdo con estos equipos policiales por considerarlos agresivos y brutales al momento de ejecutar un arresto contra un sospecho de cometer un crimen.

Adams tomó las riendas de la ciudad en enero de este año en medio de constantes quejas y denuncias de los neoyorkinos, comerciantes y líderes comunitarios que reclamaban mayor actuación policial contra criminales y delincuentes.

Con su experiencia como ex oficial de policía de la ciudad, prometió en su campaña por la alcaldía reintegrar las unidades anticrímenes, para devolver la tranquilidad y el sosiego de los neoyorkinos.

El crimen callejero es uno los más difíciles de enfrentar por la policía, ya que en su accionar contra uno o varios delincuentes sospechosos de cometer un delito, estos tienden ser resistentes al arresto, provocando con ello la innecesaria agresividad policial.

Si bien es cierto que ha habido excesos por parte de la policía al momento de un arresto, no es menos cierto que los sospechosos han provocado la agresividad en los agentes del orden al momento de cumplir con su trabajo.

En más de una ocasión, se han divulgados imágenes de agentes policiales aplicando exceso de fuerza innecesaria al momento de apresar a un ciudadano que no ha mostrado violencia ni resistencia.

Uno de los casos de violencia policial más repudiado en los EE.UU., fue el que se produjo contra el afroamericano George Floyd, en Minneapolis, quien fuera declarado muerto por fuerza excesiva ejercida por el oficial de policía Derek Chauvin al momento de ser arrestado.

Chauvin enfrentó cargos federales y declarado culpable junto a otros tres oficiales actuantes por ese delito.

Este hecho, ocurrido en 2020, fue grabado con un celular por un transeúnte que luego subió las imágenes por internet y redes sociales. Generó cientos de miles de violentas protestas y desórdenes callejeros a nivel nacional.

Es difícil conocer la reacción de una persona que se considera inocente y ajeno a un acto delictivo, ante la intención de un oficial de policía que por sospecha o confusión intenta arrestarlo por un acto delincuencial que persigue en un momento dado.

Lo complicado del caso es que, aun siendo inocente, la persona debe dejarse arrestar, según recomiendan los expertos legales, para no recibir cargos por ello y lograr su libertad tan pronto el oficial actuante o un juez compruebe su inocencia.

De acuerdo con la Cuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, los oficiales de policía deben tener una causa probable para proceder a arrestar a una persona, pero muchas veces, estos arrestos se producen por el comportamiento agresivo tomado por la persona afectada.

Cada estado tiene un procedimiento y sanciones diferentes para este tipo de situaciones, que incluyen multas entre mil y 5 mil dólares, y prisión de uno a cinco años por esta violación.

Por lo general, se aplican por interferir con el trabajo de la policía, resistencia al arresto, huir o intentar huir al momento de ser detenido, forcejear o golpear a un agente policial cuando realiza este operativo.

Es una costumbre hoy en día que, en un proceso de arresto, alguien está grabando la escena con un celular, y esta acción no es ilegal aunque no guste a los agentes policiales. Pero quienes graban no deben entorpecer las escena del arresto, que también es penado por la ley.

Algunos de los que están bajo este procedimiento policial, al ver que están siendo grabados, se hacen violentos y probar luego, con esa evidencia, que sus derechos constitucionales fueron violados.

Para los defensores de los derechos civiles, las unidades policiales especiales anticrimen del pasado tenían como supuesto objetivo perseguir y arrestar agresivamente a negros e hispanos involucrados en diversos delitos.

El alcalde Adams aseguró que la nueva unidad NST está preparada y adiestrada para que hechos como los denunciados anteriormente no se repitan.