Estamos viviendo una era de desafíos y oportunidades sin precedentes. La crisis climática, la salud global, los cambios en los valores sociales, la globalización, la geopolítica. En este contexto, nos preguntamos: ¿Cómo deben los líderes navegar esta nueva realidad?,¿Cómo se ve el liderazgo en una era donde la turbulencia y la disrupción son la norma?

El enfoque que por décadas consistió en el diseño y gestión de entornos únicamente industriales y estables, ya no se adapta a los desafíos actuales. Las empresas hoy deben considerar otras variables que incluyen demandas sociales y que van más allá de los retornos de activos e inversión.

Surge así un nuevo enfoque organizacional que busca ser abierto, fluido y adaptable; que reimagina la estrategia y se centra en ofrecer mayor valor a todas las partes interesadas. Este modelo se centra en una aspiración poderosa: crear un crecimiento sostenible e inclusivo. Las empresas trabajan para desarrollar nuevas arquitecturas con redes colaborativas de equipos autogestionados que operan en ciclos rápidos y se centran en crear mayor valor para sus grupos de interés. Un cambio que, sin duda, modifica el antiguo liderazgo.

Reimaginando el liderazgo

Durante décadas, los atributos que se consideraban fundamentales para el éxito de una empresa consistían en: centrarse en las ganancias, exigir resultados, ejercer autoridad y control, y, ante todo, ser competitivo. Para que las organizaciones prosperen hoy, conviene que estas características de liderazgo evolucionen para centrarse en cinco cambios que definimos a continuación.

En qué nos enfocamos: Más allá de las ganancias para impactar

Durante décadas, las empresas tuvieron el enfoque en maximizar las ganancias para los accionistas. Si bien esto aún es necesario (las organizaciones no podrán recaudar capital si no pueden generar rendimientos atractivos para los inversores), ya no es suficiente. Las organizaciones de hoy podrían ir más allá de las ganancias maximizando el impacto para todas las partes interesadas, incluyendo la contribución a la sociedad y a un planeta saludable. Desde el liderazgo, esto requeriría alinear a las personas hacia un propósito claro y compartido, que contribuya a la sociedad y al medio ambiente.

Cómo creamos valor: Más allá de la competencia

La creación de valor para las partes interesadas se trabaja desde lo interno de cada organización. Durante décadas, las empresas se centraron en generar ventaja competitiva para obtener una participación cada vez mayor en el mercado existente. Si bien sigue siendo esencial ofrecer a los clientes mayor valor que sus opciones, en una era de productos de ciclos de vida instantáneos, las organizaciones pueden ir mucho más allá de un mero enfoque en la ventaja competitiva, para ayudar a clientes y otras partes interesadas a reimaginar por completo sus modelos de negocio y ecosistemas industriales.

Cómo nos organizamos: del mando a la colaboración

Durante el siglo 20, las organizaciones adoptaron estructuras complejas respaldadas por jerarquías opacas, enfoqué que se desfasó para evolucionar hacia dinámicas más colaborativas y efectivas. Dejar atrás las jerarquías aisladas y acercarnos a redes de equipos autónomos que trabajen juntos con transparencia, confianza y colaboración nos acerca a una construcción organizativa más adaptable y por ello más poderosa.

Cómo hacemos el trabajo: del control a la evolución

Los líderes de la actualidad dejan atrás una mentalidad de control y que busca certezas para convertirse en entrenadores que operan con una mentalidad de descubrimiento. Hoy en día es clave fomentar la exploración, ejecución y aprendizaje continuos, algo que podemos lograr operando en ciclos cortos de decisión, acción y aprendizaje.

Cómo nos presentamos: de las expectativas a la integridad

Mas allá de la identidad profesional los líderes de hoy en día pueden mostrarse como seres humanos, sin esconder su lado más auténticos. Un cambio que refleja esa intención de superar las relaciones transaccionales y basadas en tareas, para permitir la conexión en niveles más profundos donde se comparten valores, creencias, esperanzas y temores, permitiendo a los demás sus expresiones más genuinas.

Un programa de transformación de liderazgo exitoso podría incluir, entre otros: Descubrimiento y diseño inicial para definir objetivos e impacto deseado, introducción inmersiva de quizás tres o cuatro días con cohortes mixtas de líderes de toda la empresa, viajes del equipo de liderazgo, para promover gestiones abiertas y colaborativas y el desarrollo de profesionales a través de una comunidad de transformación de liderazgo.