Las regulaciones aéreas internacionales son como deben serlo, estrictas, ajustadas a los requerimientos técnicos propios de la actividad y uniformes en sus normas, debido a que las empresas aéreas que desarrollan operaciones de vuelo deberán ofrecer un servicio confiable, seguro y económico principalmente, ya que se trata del transporte de seres humanos. Es por lo que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que es el organismo especializado de las Naciones Unidas, tiene como principal objetivo el desarrollo de la aviación civil mundial con el mayor grado posible de uniformidad en las reglamentaciones y normas, para lo cual trabaja a diario con sus estados miembros y organizaciones asociadas.

En nuestro país el desarrollo de la aviación civil o comercial ha estado matizada por situaciones de intereses políticos, competencia desleal, malos manejos administrativos, malas actuaciones de las instituciones regentes del sector aeronáutico, pocas iniciativas de los sectores empresariales(es un negocio muy complejo), poca visión del estado dominicano del potencial del sector y su contribución al desarrollo económico del país, lo que no ha permitido valorar el sector en su justa dimensión y darle el apoyo necesario para llevar nuestra aviación a los niveles que requiere un país receptor turístico como la República Dominicana.

La historia de la aviación comercial del país podría decirse que corresponde a la realización de innumerables iniciativas, unas muy efímeras, otras con fracasos en el mediano plazo, pero ninguna llega a perpetuarse en el tiempo y hoy en la tercera década del siglo XXI, no contamos con ninguna operación aérea, fuerte y confiable que pueda competir en el mercado aéreo con buenos resultados.

Recientemente hemos visto lo que podrían ser iniciativas importantes en el sector de la aviación comercial, como son los casos de la aerolínea Red Air y Arajet, esta última que anunció una inversión en una primera etapa que incluía la compra de 20 aeronaves B-737-8-200 y además tiene una opción a compra de otras 15 aeronaves, que unidas a otras cinco que actualmente posee en arrendamiento, conformarán una flota de 40 aeronaves. Esta flota por su magnitud amerita de un análisis profundo de las horas de vuelo por equipo en función de las rutas a ser servidas, ya que se trata de una inversión de gran envergadura, con un altísimo costo de capital que proyecta penetrar en un mercado bien o mal servido, pero que tendrá una competencia que deberá ser desplazada con una mejor oferta integral.

También señalan los ejecutivos que sus operaciones se enmarcan en la corriente “low – cost airlines”, es decir “aerolínea de bajo costo”, que ofrecerá tarifas mas económicas que podrían estar entre un 30 y un 60% por debajo de las actuales en las rutas que operarán. Entendemos que este tipo de aerolínea reduce sus tarifas en base a las limitaciones de muchos de los servicios que reciben los pasajeros en las aerolíneas tradicionales tales como equipaje, asientos, rutas, alimentos y aeropuertos mas baratos. Parecería que las reducciones anunciadas de un 30 a 60% son elevadas, tomando en cuenta que las rutas que indican que cubrirán inicialmente serían de medio alcance o rango

Por otro lado, la nueva aerolínea tiene programado iniciar sus operaciones en el mes de mayo del año en curso, para lo cual ya tiene aprobadas por el IDAC, 30 rutas que incluyen destinos en el Caribe, Estados Unidos, Canadá, Centro América y América del Sur.

Como señalan diferentes estudios realizados el transporte de pasajeros por vía aérea en América Latina y el Caribe ha tenido un crecimiento sostenido, ya que del 2006 al 2016 pasó de 110 millones a 266 millones, por lo que podemos decir que los mercados aéreos de pasajeros ahí están, pero hay que trabajarlos y conquistarlos, lo que requiere en principio de una labor que debe comenzar con mucho tiempo de antelación, una vez definidos itinerarios, tarifas e inicio de los vuelos, todo esto a través del correspondiente sistema de reservaciones, con esta base se comercializan y se realiza el mercadeo y venta de los vuelos. Sin embargo, en este caso no se han podido encontrar en los medios electrónicos la manera de realizar una reservación con esta compañía que indica que iniciará los vuelos a partir del mes de mayo próximo.

No se pretende de ningún modo trazar pautas a estas iniciativas, pero sería importante que cada vez que se inicie una operación aérea en la República Dominicana se observe en principio la disciplina propia de esta actividad, ello con el objeto de asegurar en la medida de lo posible que un buen inicio tenga un mejor final. Decimos esto porque a pesar de que en los últimos 40 años las iniciativas han sido innumerables, nuestra aviación comercial es hoy día prácticamente inexistente.

Debemos apoyar todas las iniciativas que vayan en busca del rescate de la aviación comercial del país, pero hay que tomar en cuenta que en la medida en que estas no terminen bien, harán mas daños que bien a la aviación comercial de la República Dominicana.

Los cuestionamientos actuales que se están haciendo a la aviación comercial del país podrían oscurecer el devenir de las actuales iniciativas que proyectan iniciar operaciones próximamente.