Después de una travesía que abarcó puertos en el Lejano Oriente y recorrió las aguas de los mares más remotos, Elizabeth y Rubén han culminado su viaje con la llegada del barco al puerto de Fort Lauderdale. Este viaje, que llevó la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia a través de tierras lejanas y culturas diversas, ha dejado una huella indeleble en los corazones de aquellos que tuvieron el privilegio de recibir su bendición.

Desde el majestuoso puerto de Tianjin en China, pasando por las vibrantes ciudades de Hong Kong y Da Nang en Vietnam, hasta el bullicioso puerto de Singapur, el peregrinaje continuó hacia las exóticas Islas Maldivas y las paradisíacas Seychelles. En este último destino, el padre Bryan Volcere expresó su aprecio y devoción por la Virgen, dando la bienvenida a Elizabeth y Rubén con los brazos abiertos.

El 16 de abril, el barco atracó en el puerto de Durban, en África, antes de emprender la emocionante travesía alrededor del Cabo de Buena Esperanza al día siguiente, marcando un hito histórico en este sagrado recorrido.

Luego de recorrer los puertos de Luderitz en Namibia, Takoradi, en Ghana, el barco les ha llevado a Mindelo, en las islas de Cabo Verde, la Virgen fue recibida con gran alegría por el padre Lino de la iglesia de La Luz, marcando la primera vez que la imagen de Nuestra Señora de la Altagracia llega a esta ciudad.

Después de días de navegación por el Atlántico Sur, el crucero hizo parada en la isla de Puerto Rico, en el puerto de San Juan. La visita fue entrañable, reuniéndose con amigos y dejando testimonio del paso de Nuestra Señora por la Isla del Encanto.

Por último, el puerto final fue Fort Lauderdale, donde llegó el crucero luego de circunnavegar el globo, el día 11 de Mayo 2024.

El viaje de Elizabeth y Rubén ha sido un testimonio de fe, amor y devoción, llevando la esencia de Nuestra Señora de la Altagracia a cada rincón del mundo. Mientras culmina esta etapa del peregrinaje, la luz y la esperanza que han traído seguirán brillando en los corazones de todos aquellos que han sido tocados por su gracia.

Los esposos Elizabeth y Rubén desean agradecer la enorme colaboración de la maestra Lucy Arraya, y del padre Tomás Vladimir Pérez. También hay que recordar que este viaje y peregrinación ha sido dedicado a la Sra. Petronila Adames. Y también un agradecimiento especial a la familia Rosario Adames, quienes han hecho posible la difusión de este viaje. Gracias a todos los que siguieron el paso de Nuestra Señora de la Altagracia por los distintos puertos, a través de la cuenta de Instagram.