1.- La actitud ante lo que usted ha hecho o ha dejado de hacer le define como ser humano. Ese sería su historial, la reseña de su accionar en la vida.
2.- Esa dominicana o ese dominicano de corta edad que ahora se ha metido a hacer politiquería, confundiéndola con la política, tal vez por su adolescencia no se ha dado cuenta de que no va transitando por el camino honesto de político auténtico.
3.- A ese jovencito que con su carita rozagante está vendiéndose como un maniquí, en procura de ser diputado o senador, le conviene pensar detenidamente la función que como ser humano joven está llamado a desempeñar en la sociedad de la cual forma parte, que precisa de jóvenes para un mundo nuevo y mejor.
4.- Los bisoños, los novicios de la politiquería nacional dominicana, que andan por ahí muy decorados para aparentar menos edad y algo superior en lozanía, es bueno que sepan que están equivocados, si hoy se mueven galopando, acelerados detrás de un cargo electivo para como contrapartida alcanzar la mercancía dinero.
5.- Es para lastimarse y mucho mortificarse, el solo hecho de suponer que la juventud dominicana está desesperada, coqueteando, haciendo bultos y ojos bonitos, para engancharse en el Congreso Nacional.
6.- Si la sociedad dominicana actual es inviable, lo que procede es cambiarla por otra en la cual lo que la habitamos podamos sentirnos que estamos viviendo en un medio social que se ajusta a nuestras aspiraciones en el orden material y espiritual.
7.- Por el estado de podredumbre en que se encuentra el medio social dominicano, agrietado en su base, precisamos de un segmento de la sociedad con capacidad y posibilidad de impulsar un movimiento de contenido político y social que recoja las más sentidas aspiraciones de lo que en verdad se llama pueblo dominicano. La juventud dominicana es esa fuerza motriz capaz de generar los cambios a que aspiramos.
8.- En los momentos actuales, los jóvenes deben sobreponerse a las situaciones adversas y comprender que ellos son los constructores de lo que será un país de paz, felicidad, amor, comprensión y de todas las cosas bellas y bonitas que puedan salir de lo más profundo del corazón de un hombre o de una mujer.
9.- La juventud de hoy tiene más que justas razones para luchar. Sobradas motivaciones de índole social, económico y político sirven de impulso a las acciones sensibles, solidarias y democráticas de la juventud dominicana dispuesta a cumplir su compromiso como jóvenes, como dominicanos y dominicanas, en fin, como jovencitos y jovencitas amantes de la paz, la libertad y la real y verdadera democracia. Una democracia en la que el pueblo sea actor, decida, sea dueño de su propio destino, e incida en las decisiones trascendentales de interés nacional e internacional.
10.- Poco importa la situación de calamidad social, económica y política que vive hoy nuestro pueblo. La potencialidad, la firmeza y la sensibilidad de nuestros jóvenes deben servir para barrer todas las lacras presentes. Corresponde a ellos hacer suya la idea de que no podemos seguir viviendo como hasta ahora.
11.- Los jóvenes tienen que saber que están en la obligación de luchar por la sociedad del futuro, por una sociedad sin hambre, sin desempleo, sin insalubridad, sin inseguridad personal y de bienes, sin clientelismo político, sin el fenómeno de la corrupción; sin producción, distribución y consumo de estupefacientes, en fin, comprender que el porvenir les pertenece y están comprometidos a edificar la sociedad dominicana del mañana.
12.- La esperanza del país son los jóvenes que forman parte de los hombres y las mujeres del mundo que luchan por un mejor sistema social para toda la humanidad. Constituyen ese ejército en el cual descansa la alegría, la felicidad, en fin, tienen sobre sus hombros la pesada carga de darles solución a los más acuciantes problemas nacionales y convertirse en internacionalistas despojados de todo prejuicio sectario.
13.- En la actualidad los jóvenes dominicanos están transitando por un camino que puede llevarles a un buen destino o a un destino fatal. Será bueno, si cumplen con su deber, como mujeres y hombres dignos y honrados, sensibles y consecuentes, identificados con las cosas de contenido humano y rechazando todo aquello que lesiona vivamente a lo que en verdad se llama pueblo dominicano.
14.- Dependiendo del camino que tome la juventud, va a depender el futuro de nuestro pueblo. Muchos de los que hemos hecho algunos aportes a la lucha democrática y por las transformaciones sociales del país, estamos prácticamente en retirada; nos queda de vida menos que lo que hemos vivido.
15.- Los jóvenes deben convertirse en los verdaderos y genuinos intérpretes de las mejores causas por las cuales han dado sus vidas tantos y tantos dominicanos y dominicanas que han luchado sin buscar beneficios personales ni prebendas, y murieron sacando de sus gargantas estas palabras: me despido del mundo de los vivos y de mi pueblo, pero me voy tranquilo, con la frente en alto, porque puedo abrir mis manos y de ellas no cae sangre de los hijos de nuestro pueblo ni dinero robado al erario.
16.- El hecho de ver a los jóvenes luchando, nos rejuvenece, nos hace sentir renovado y, por qué no decirlo, nos hace pensar que no todo está perdido, que por muchas calamidades que esté sufriendo nuestro pueblo, el futuro es de los que son los más, de las grandes mayorías nacionales.