La amenaza de las noticias falsas en las redes sociales ha inspirado la articulación de periodistas en distintas regiones del planeta con el propósito de contrarrestar las desinformaciones. Laboran desde plataformas que, a diferencia del periodismo digital convencional, cuyo fin es informar sobre acontecimientos y declaraciones de figuras mediáticas, tiene como propósito denunciar espacios virtuales donde se publican noticias falsas y señalar por qué lo son.
Desde plataformas como https://maldita.es/ o https://factchequeado.com/ se realiza un periodismo comprometido que dista de aquel ejercicio periodístico que parte de un cuestionable supuesto de “objetividad” que convierte al periodista en compromisario del statu quo y que no surgió como producto de la revolución digital.
Tom Nichols (El fin de la experticia, 2017) y Lee MacIntyre (Posverdad, 2018) ya habían destacado la conversión experimentada por los antiguos medios de comunicación antes del surgimiento de las redes sociales. De modo paulatino, la radio y la televisión rompieron con el modelo de la transmisión vertical de la información y comenzaron a diseñar programas que propiciaron espacios de debate sobre puntos de vista contradictorios sobre un tema específico con el objetivo de entretener en vez de buscar la verdad. Los responsables de estos contenidos asumieron una actitud de neutralidad sobre asuntos en los que existía un falso debate -por ejemplo, el cambio climático- en vez de mostrar el contraste entre una teoría seriamente contrastada y una creencia poco fundamentada.
Fue el paso previo a la emergencia de cadenas de televisión cuyo interés no era mostrar una postura neutral sobre un determinado tema, como tampoco buscar la verdad sobre un problema social, sino transmitir las informaciones a partir del sesgo del compromiso ideológico.
Ambos casos fueron el preámbulo de la situación actual de indiferencia a la verdad amplificada con las redes sociales y que nos ha llevado a un mundo donde posturas carentes de razonabilidad son aceptadas desde el momento en que son emitidas a través de un dispositivo electrónico. La existencia de proyectos de periodismo comprometido con la deconstrucción de los bulos informativos son un interesante punto de partida en la reconversión epistémica de las redes sociales.