1.

La prohibición de libros sigue. Más relatos – al norte y al sur del globo. Y el fuego.

Quemar libros es una forma definitiva de prohibición a altas temperaturas.

2.

Los motivos varían.

En otros tiempos, por ejemplo, el pesimismo era motivo para poner una enorme X a rojo en un cuadro, en una canción, en un libro.

En el siglo XX, en la década de 30, los movimientos de vanguardia “Bauhaus, Dadaísmo, Cubismo, Expresionismo, Futurismo, Fauvismo, Impresionismo, Nueva Objetividad y Surrealismo” se consideraron degenerados.

Curioso como un decreto del 30 de junio de 1937 “autorizó al presidente de la Cámara de Arte del Reich” a “seleccionar y proteger las obras de arte decadente en posesión federal, estatal y municipal desde 1910, en el ámbito de la pintura y de la escultura, para fines de una exposición”.

Curioso también: en esa exposición de “Arte degenerado”, inaugurada el 19 de julio de 1937 en el Hofgarten en Múnich, “que exhibió 650 obras confiscadas de 32 museos alemanes”, estuvo presente Joseph Goebbels.

Curioso también: esta exposición de “arte degenerado” circuló por varias ciudades bajo el dominio nazi y fue vista por millones de personas. Las personas se interesaban por el arte degenerado; las salas optimistas estaban vacías.

15 de enero

Alguien habla de los verbos en circulación.

Qué verbos circulan más cada mes, semana, mañana, tarde, moche. Confinar, claro, una frecuencia altísima en estos inestables días. y surge una propuesta. Colocar el verbo devanear en circulación intensa, al nivel de la circulación del verbo programar, por ejemplo. Yo devaneo, tú devaneas, él devanea, nosotros devaneamos, vosotros devaneáis, ellos devanean.

El derecho al devaneo, añadir este derecho a los derechos humanos generales; derecho de lujo, claro. Sólo devanea quien no tiene urgencias. Sí, tienes derecho a planificar, programar, vender, pero yo tengo derecho al devaneo, diría un personaje del país de la calma; un país paralelo que existe, no en el espacio exterior, sino en la cabeza de un sujeto mínimamente sensato.

16 de enero

¿Cuál es el riesgo de los discursos con palabras absolutamente bondadosas?

Bastante lejos de un riesgo nulo, ciertamente.

Me acuerdo de Vergílio Ferreira: “Ama al prójimo como a ti mismo. Es un gran riesgo. Yo, por ejemplo, me odio.”

17 de enero

1.

“Tasa de vacunación en los países pobres sigue bajísima”, dice la noticia.

2.

Hay autores que en tiempos proponían la sustitución de la palabra orientación por la palabra “occidentación”. Oriente como referencia versus el occidente como referencia.

3.

Alguien que está perdido ha perdido el oriente, está desorientado. O ha perdido el norte – está desnortado.

Pero los riesgos del norte del planeta han perdido el sur, no saben dónde queda – dice un amigo.

Han perdido, por ejemplo, la exacta localización de los brazos del sur, esos brazos que esperan para ser vacunados.

¿Dónde están esos bracitos del sur? No hay brújula o GPS que los encuentre.

No todo es motor y electricidad: la tecnología sólo funciona con un mínimo de empatía.

El mundo ha perdido el sur; ¿cómo decirlo, entonces? El mundo está “desurado”?

4.

Como un enigma policial: durante unos años, el sur desapareció del mapa.

5.

Y en el cuerpo humano, en el mero cuerpo humano, ¿qué será el sur y el norte?

Teniendo en cuenta sólo las direcciones: Norte, allí arriba, la cabeza; sur, allí abajo, los pies. Una hipótesis, dice mi amigo Jonathan. Presta atención a tu norte, a tu sur, a tu este y oeste, dice también mi amigo.

Dar atención al norte de tu cuerpo: usar el cerebro. Dar atención al sur del cuerpo: caminar.

Pensar mientras se camina: forma sencilla de dar atención al norte y al sur del organismo.

6.

Todavía el lenguaje intenta entender el grado de desarrollo mental de un país por las palabras que en él más circulan. Un nuevo índice económico y sociolingüístico. Sí, aquel país es rico, pero utiliza palabras tan mediocres.

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Traducción de Leonor López de Carrión

Originalmente publicado no Jornal Expresso