Ante todo, ¡Felices Pascuas de Navidad!, porque quiero hablar en este año de 2023 de los ciudadanos que pasarán una ¡Nochebuena sin paz! Y tenemos en las noticias, a la Tierra Santa en medio de la guerra sin tregua entre Israel, Hamas y Hezbolá –las dos son milicias ultras apoyadas por el régimen de los Ayatolas de Irán. Igualmente nos llegan las imágenes de Ucrania y perdemos de vista los otros territorios que albergan guerras intestinas, las que hemos olvidado gracias al silencio de los medios de comunicación.

El informativo alemán, Deustche Welle presentó el 22 de diciembre cómo los sitios sagrados de la Cristiandad se encuentran en Jerusalén desierto porque la guerra, “como un horno que no está para pastelitos” ahuyenta a los creyentes cristianos. Y en Gaza la crisis de alimentos tiene en riesgo de muerte por hambre a medio millón de gazatíes refugiados por el control israelí de los pasos fronterizos.

¿Podríamos representar estas navideñas con el Papá Noel zarrapastroso de la caricatura? Que no tiene para comprarse una bolsa de fieltro y debe contentarse con un saco de harina. Ya que todo el dinero se ha gastado en las armas y municiones de equipo tecnológicamente atrasado para dar espacio al armamento de quinta generación avanzado que se está probando en los escenarios de guerra en Ucrania y Gaza.

Por lo tanto debemos preguntarnos si hemos  trastrocado el significado de la nochebuena cristiana como una ocasión para demostrar la unión y la caridad con nuestro “prójimo” por el de aprovechar el recogimiento del adversario por una celebración religiosa como el Yom Kipur el 7 de octubre de 2023 para desestabilizar toda una sociedad. Paralelamente, debemos igualmente preguntarnos si es lícito multiplicar el ataque del enemigo para desarrollar una guerra de exterminio, con visos de aplicar la “Ley del Vencedor” y desconocer que hace setenticinco años la Asamblea General de las Naciones Unidas resolutó la partición de Palestina para formar dos Estados. O  ¿es que no valen las decisiones del pasado por crear nuevas realidades políticas al masacrar a civiles y proclamar una súper soberanía en Oriente Medio? Seguiremos con “navidades sin paz” si esta lógica se extiende.