La comedia de ciencia ficción-futurista “Don’t Luck UpNo Mires Arriba del director Adam Mckay, es la cruda realidad de lo que las sociedades estamos experimentando hoy día. La misma se centra en el descubrimiento de un asteroide que amenaza con destruir la tierra y tres científicos utilizan los medios de información para alertar al mundo; pero estos se encuentran inmersos en cosas mucho más “importantes”.

La película se desarrolla en los Estados Unidos, bajo la administración de una mujer que es el alter ego de la administración republicana pasada. Ella, como muchos, solo le importa el poder, estando mucho más enfocada en el curso político que le garantizara permanecer en el puesto y las noticias “negativas” “fake news” pueden obstaculizar sus anhelos. No cree en la ciencia.

Y la patraña del “mainstream” únicamente se enfoca en lo que no afecte los rating del medio informativo. La producción ofrece una fotografía casi perfecta de la descomposición social y el individualismo actualmente. A personas sin capacidad ocupando puestos que ameritan considerable toma de decisiones. Del deterioro de las instituciones públicas y privadas y donde la desinformación es utilizada como herramienta política de desintegración comunitaria.

En los momentos actuales, la película nos confronta con la realidad que vivimos dándonos una dosis del deterioro del ser humano por medio de las drogas, el alcohol, internet y el sexo como parte del programa de condicionamiento que quienes controlan. Aunque el film toma como punto de partida la pronta destrucción del planeta por un asteroide.

El paralelismo es de fácil comprensión por la amenaza inmediata que el mundo experimenta como son los efectos del cambio climáticos y que mucha de esa información se maneja de forma secreta para “evitar” una catástrofe en masa. Mientras los humanos marchan como zombis entrando y saliendo de las tumbas.

No mires arriba, es cruda, pero fascinante de entender que como raza estamos exterminando con lo poco que hasta ahora es importante, que es la naturaleza, las personas, los sueños, el planeta. Las conversaciones se han vuelto virtuales y el instinto de autodestrucción más profundo. Hemos involucionado a una era primitiva que nos lleva a “cazar” por alimentarnos, a propósito de la escasez en la cadena de suministro; pero eso no importa porque continuamos marchando sin objetivos, ni control y “the time is ticking” porque hemos perdido el control de lo que ocurre.

A estas alturas no hay dudas de que, pese a los avances que los humanos han logrado en términos generales, de que se vive por más años, persiste el gran vacío. ¿Vale la pena si se ha perdido la voluntad de vivir?

Mientras los humano buscan a todo dar evitar el terror, la película ofrece un escenario posible de exterminio del planeta por un meteorito; pero desde hace 2 años la gran cantidad de muerte en todo el planeta está sucediendo por un virus que hasta la fecha desconocemos su origen, pero si su letal consecuencia.

La sátira nos ofrece una cruda realidad de todo lo que experimentamos. El miedo que provoca la confrontación de esta realidad tal vez nos conduzca a realizar los cambios que como conglomerado humano necesitamos. Después de todo, el pasado no lo podemos modificar, el futuro es incierto y solo debemos aprender a vivir el presente sin tanto canibalismo.