El título del presente artículo hace referencia a una noticia reseñada en un medio escrito sobre la situación de la salud mental en nuestro país y la poca disponibilidad de camas a utilizar en intervenciones de crisis de las personas con una condición mental en nuestro sistema público de salud.

En realidad, la cuestión va más allá de que si las camas actuales son suficientes o no. El tema cama y su número es necesario, es importante, de hecho es sumamente importante, pero no es suficiente. Quedan otros muchos temas que son vitales al momento de trazar políticas que enfrenten el problema complejo de la atención a la salud mental en el país.

No obstante, antes de entrar en materia, es pertinente señalar algunos de esos otros temas fundamentales que  tendremos que abordar en otras entregas: el enfoque de la política pública en cuanto a la salud mental, la inversión necesaria para avanzar, las leyes y reglamentos imprescindibles para consolidar el marco legal, la visión de respeto a la dignidad de la persona y con ello el estigma y la discriminación; el abordaje de la atención desde el prisma comunitario, la organización de los usuarios de los servicios y de sus familiares, el número de psiquiatras que laboran en la red pública,  la necesidad del monitoreo y el acopio de la data, entre otros.

Hay una verdad de perogrullo: las 93 camas que al día de hoy existen a nivel nacional en los hospitales públicos (1), para atender la demanda de los ingresos en materia de salud mental, son insuficientes. Las dificultades que enfrenta una familia con uno de sus miembros en una crisis mental que necesita un internamiento, es indescriptible: confusión, incertidumbre, impotencia, angustia y dolor son algunos adjetivos que conforman un cuadro desolador. El costo de un ingreso en el sector médico privado es prohibitivo, a los bolsillos para una familia de la clase media hacia abajo. La epidemia COVID-19, vino a agravar la situación. Las autoridades se vieron compelidas a utilizar una parte de las algo más de 120 camas del periodo pre pandemia. Muchas de esas camas no han vuelto al servicio de salud mental.

La magnitud del problema: tenemos una tasa  de 0,9 camas  por 100, 000 habitantes, resultado del cálculo de la relación de la población estimada para  2021, 10, 535,535 (2), por 100, 000  entre las  93 camas. Las estimaciones internacionales nos dicen que las tasas en países de ingresos bajos tienen una mediana de 1,9 camas por 100, 000 habitantes, mientras que los países de ingresos medianos bajos, tienen una mediana de 6,3 camas por 100,000 habitantes. La República Dominicana está situada en este rango de ingresos, por tal razón no calificamos para muchas ayudas internacionales. Por su parte, los países de ingresos medianos altos, tienen una mediana de 24,3 camas por 100,000 habitantes. Todas las anteriores, son en promedio, mucho más bajas que en países de ingresos altos, cuya mediana es de 52,6 camas por 100,000 habitantes. (3)

El primer consenso de expertos sobre el número mínimo y óptimo de camas, con alcance global, diversidad de representación geográfica, en donde trabajaron personas de 40 países, de todas las regiones de la Oficina Mundial de la Salud; que nos sirve de soporte para este artículo, determinó que 30 es el número mínimo de camas para cualquier país y que 60 era el número óptimo.  Este estudio, planteó además que  se considera un desabastecimiento leve cuando las tasas están entre 25 y 30 camas por 100,000 habitantes, moderado cuando corresponden entre 15 a 25 camas por 100,000 habitantes y si la tasa es inferior a 15 camas por 100,000 habitantes se considera una grave escasez de camas psiquiátricas. (4)

Es de rigor señalar que nuestro país no alcanza la tasa de 6,3 camas por 100,000, que es la mediana para un país con los ingresos que mostramos, es mucho peor, no llegamos a una cama psiquiátrica por 100,000 habitantes. Este solo indicador nos debe mover a la acción. A toda la sociedad, junto a los familiares de personas con alguna condición de salud mental, junto a  los usuarios de los servicios y acompañar a las autoridades responsables para mejorar este número ridículo,  pero aterrador. Porque al fin y al cabo, la salud mental de todos nosotros siempre pende de un hilito.

Bibliografía

1-Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MSP).

2- Portal Digital de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

3- Mundt, AP, Rozas Serri, E., Irarrázabal, M. et al.

Número mínimo y óptimo de camas psiquiátricas: consenso de expertos mediante un proceso Delphi. Mol psiquiatría (2022).

https://doi.org/10.1038/s41380-021-01435-0

4- Ibídem.