No existe la menor duda, en el seno de nuestra sociedad, de las buenas intenciones que acompañan a mi estimado amigo Luis Rodolfo Abinader Corona, ciudadano presidente constitucional de la República.
Si hay algo que hasta los más enconados críticos tienen que reconocer es que el actual mandatario es un hombre preñado de las mejores intenciones para con su pueblo. El que lo dude, por sus criterios o actuaciones, cae en un sectarismo radical y en una significativa sinrazón, aunque que se debe examinar los que muchos piensan y eso si es verdad no basta, por lo cual tenemos que admitir que esa es una lamentable verdad.
Creo, sin embargo, que pese a los múltiples yerros que ha tenido la administración del cambio, si los números no están peores, aún en la estima popular, se debe a que todavía la sociedad valora el gran esfuerzo del presidente, aunque sean precarios los resultados de su gestión gubernamental, por variopintas razones, veamos:
El presidente Abinader ha gobernado en una de las más grandes crisis, la peor de los últimos 70 años, según la CEPAL, y las secuelas todavía persisten, porque el Covid creó graves interrupciones en las estructuras de producción, que sumado a la costosa y prolongada crisis de los contenedores, que ha hecho aumentar de precios sustancialmente casi todo lo que consumimos, y especialmente los commodities agrícolas, que han estado en alza en los últimos tres años, aunque en las últimas semanas se nota un ligero índice a la baja, pero que nunca será en precios como estaban antes de la pandemia;
¡Y para colmo de males! viene esta guerra entre Rusia y Ucrania, que ha creado mayores desabastecimiento alimenticios, y que ha hecho subir desproporcionadamente el precio del petróleo y del gas a niveles de preocupación, porque afectan a todos los sectores, porque el aumento de los mismos es transversal a todas las actividades económicas, y eso lastra las magras finanzas públicas aquí, y al parecer en casi todas las naciones del mundo;
El recurrir a los préstamos fue la única opción que tuvo la gestión del gobierno del cambio cuando llegó al Palacio Nacional, con el fin de poder enfrentar el grave reto de amainar la preocupante multicrisis, más aún cuando no existían condiciones para hacer en el país una reforma fiscal que mejorara los ingresos del Estado, pero creo que la suma tomada prestada ha sido demasiada, con relación al tamaño de nuestra economía, y esto nos crea una situación que debe ser de inquietud para todos, porque estamos caminando prontamente a que el 50% del presupuesto nacional se tenga que dedicar al pago de los servicios de nuestra gravosa deuda externa más la interna, que acogotará aún más las cuentas nacionales, afectando con ello finalmente los bolsillos de la estresada clase media y de los sectores populares, que son de por sí los más afectados;
Pero creo que el gobierno del PRM debió priorizar esos recursos tomados prestados para bien invertirlo, no obstante ha cometido el gravísimo error de hacer muchas cosas pequeñas y de manera simultáneas a la vez, creando una percepción de que se ha fragmentado tanto dichos recursos, por lo que al final los resultados de esas inversiones tendrán poco peso a la hora de evaluar los resultados obtenidos;
Al presidente lo han hecho cometer, sus caros consultores, el peor de los yerros, el no reconocer en su momento la grave crisis ante la población, han echado de la mano, esos bien pagados asesores, del manido criterio de que al pueblo no se le deben dar malas noticias, y lo único que han logrado al tratar de ocultarla, es que la mayoría del pueblo piense que en este gobierno se promete mucho más y se hace poco, porque la percepción comunicacional positiva ayuda, pero solo por un mediano tiempo, pues al final si no hay concretos resultados, esa política se revierte en contra del propio gobierno, como lo estamos viendo, creo que el presidente desde principio de su gestión debió decirle la verdad al pueblo, porque mayor solidaridad y compresión hubiese obtenido de la ciudadanía, pero decirle al pueblo, que todo va bien, cuando las cosas van tal mal, es el más tonto e insensato argumento que se les ocurrió a los asesores del presidente Abinader;
Igual ha pasado con el cúmulo de permanentes promesas, anuncios de obras, picazos y palazos que ha hecho el gobierno, cuando se sabe que no tendrá los recursos para realizarlas y eso se está revirtiendo en contra de esta administración, porque los francotiradores digitales, esos enconados críticos usuarios frecuentes de las redes sociales, le llevan la contabilidad de todo cuanto oferta el gobierno y no cumple, para enrostrárselo a diario y eso ha creado en el imaginario popular, el criterio de que los modernos prometen mucho, pero tienen ineficientes resultados;
Soy de los que piensa que la hiperactividad presidencial le ha hecho un daño inimaginable a nuestro itinerante presidente, porque no se puede gobernar asertivamente estando en las calles permanentemente, primero, porque eso no le permite evaluar tranquilamente y sosegadamente sus decisiones, sino que también este exceso de activismo expone al primer mandatario a la presión constante de todos los que les reclaman solución a la vez de sus problemas, presionando que el presidente que acuda a su auxilio, y creo que en parte es de ahí, de donde nacen las ofertas que después se hacen muy difícil de cumplir;
Por otra parte a mi amigo el presidente Abinader le está afectando seriamente sus orígenes empresariales y su forma conservadora y pronorteamericana de pensar, porque la derecha y hasta la centroderecha está en baja, sobre todo en Latinoamérica, y la izquierda en alta, claro está, la más importante razón, es que la pandemia del Covid desnudo el sistema salvaje del capitalismo, que mostró su peor cara, porque se confirmó que este le sirve al gran capital y no a la gente, por eso es que donde más fallecidos dejo el coronavirus fue en las grandes potencias económicas, que con tanto dinero acumulado en sus arcas y no pudieron, sin embargo proteger adecuadamente a su población;
De lo que sí estoy seguro es que el PRM, es el mismo PRD de siempre, porque los modernos traen sus mismas taras, lo mismo que hizo que los gobiernos de don Antonio, de Salvador y el de Hipólito no sean tan bien valorados, en término de obras y legado institucional, solo se le reconoce que afianzaron la democracia, porque el espíritu díscolo de la mayoría de sus integrantes no los hizo conocer detenidamente el carácter idiosincrático de nuestro pueblo, que cree que cuando los gobiernos no hacen obras de infraestructuras importantes o gigantesca, no hizo nada o muy poco, por eso hay que reconocer, que la impronta de los gobiernos de Balaguer, Leonel y hasta el de Danilo Medina, sean bien valorados en razón de resultados, es que tienen mucho que exhibir frente a los que han dejado los blancos por su paso por el poder; y
Otra cosa que ha afectado sensiblemente, aunque vuelvo y repito con buena intención por parte del presidente Abinader, es la integración casi absoluta de los llamados “popis” en la dirección de la estructura gubernamental, es cierto que estos son en su mayoría jóvenes correctos, blancos y acicalados, bien formados y egresados de prestigiosas universidades nacionales y extranjeras, ciudadanos que han llegado de la mano del presidente Abinader al gobierno, para lograr aplicar sus conocimientos en beneficio del pueblo, pero paradójicamente estos no conocen al pueblo que dicen representar y comenten gazapos o desatinos a diario, pues no tienen reales vínculos sociales y les hace falta, sobre todo experiencia, porque estos no estuvieron sujeto al concepto de gradualidad para llegar a las posiciones, porque de “golpe y porrazo” los hicieron ministros y directores, a quienes en mucho casos ni siquiera habían sido empleados públicos y es ese uno de los peores errores de esta administración, que no les rentará beneficio alguno, ya que la amplia mayoría por falta de pericia no obtendrán buenos números al final, y como no son políticos curtidos, no le sumarán votos al oficialismo cuando lleguen las elecciones, simple, porque aunque son buenos profesionales, estos no representan socialmente ni étnicamente a nuestro pueblo.
Lo peor es que los asesores nacionales y extranjeros del gobierno les quieren hacer vender al presidente Abinader en medio de tan tamaña crisis, que lo pueden hacer reelegir, cosa casi imposible, porque fuera de las intrincadas situaciones exógenas, persisten gravísimos problemas locales, en lo que se destacan los miles de incumplimientos a los compromisos que se hicieron con los que los ayudaron a subir, la profunda y justa inconformidad, sobre todo de la dirigencia media y de las bases del PRM, y a esto se le suma las desavenencias con múltiples sectores que se le alejan apresuradamente, y que terminarán apoyando a la oposición en el proceso electoral del 2024, por razones atendibles.
Lo peor de todo, es que esos costosísimos asesores, de manera poco ética y profesional, a sabiendas por su vasta experiencia en esas lides, de las serias dificultades u obstáculos a vencer que tiene el proyecto reeleccionista, alientan al buen intencionado presidente Abinader, a que se lance tras la búsqueda de un periodo más de manera consecutiva, cuando lo correcto sería decirle la verdad que sin cobrarle un peso al amigo Luís le expresaré a continuación, y conste que esto que le diré no tiene nada que ver con mi compromiso de amistad y apoyo para con el expresidente Fernández.
Presidente Luis Abinader ciérrele los oídos a los que por personales intereses le digan que se presente en esta tan enrevesada coyuntura, dedíquese en lo que le resta de gestión a enderezar entuertos, a cumplir con su partido, a honrar, aunque sea mínimamente los acuerdos realizados, enfóquese mi estimado amigo a realizar de verdad dos o tres obras de infraestructuras importantes que lo hagan recordar en la población más adelante su paso por el gobierno, y, sobre todo, democratice los decretos, dándole mayor entrada a su gobierno a los de abajo, a los mestizos, negros y mulatos que representan a la amplísima mayoría de habitantes de esta Nación.
Espere otra oportunidad cuando serenamente el juicio de los electores y de la historia haga justipreciar o valorar sus innegables esfuerzos, mi amigo Luis, deje que el futuro esperanzador lo revalide, póngase en manos de la providencia, usted ha demostrado agudeza, no ponga todos los huevos en una sola canasta en las próximas elecciones del 2024, con el mayor de los afectos, y con sinceridad le expreso que si se deja presionar por aquellos que a hurtadillas reconocen que es un imposible lograrlo y lo suben al carro de la reelección, le harán perder penosamente su presente, ¡y, no lo dude! también su futuro, ejemplos de factura perredeísta le sobran, don Antonio, Jacobo, Salvador e Hipólito, todos lo intentaron después de haber sido inquilinos de la mansión de Gazcue, y por múltiples, y hasta por fatídicas situaciones, no lo lograron, usted es joven todavía, y lo único que lograría con la sinrazón de forzar permanecer en el poder y tratar de torcer el destino, es enterrar su carrera política y por los desastrosos resultados que de seguro obtendría, solo ahí usted se dará cuenta y se convencería del pragmatismo que encierra la frase popular que reza “de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno”.