A simple ojeriza o de soslayo la interpretación de esta evocación Tanatológica nos conduce a pensar que referimos que Nicomedes Paulino interpretó el género musical y clásico llamado ópera, cuyo significado refiere interpretación musical y teatral en el que una acción escénica se armoniza, se canta y se tiene acompañamiento como una pieza sublime y espiritual. Y quiero decirles, que el termino referido, guarda relación con su misión de empresario emprendedor, porque si no la interpretaba,-digo la ópera-, dispensaba tratos a sus congéneres hasta enchaparlos en la sublimidad de sus notas empáticas que sin lugar a dudas, se traducía en cosechas de amigos francos y sinceros a los cuales los hacia cautivos de sus manos solidarias tipos danzas de querubines que tanto entonan el valor y el canto de la amistad.

Nicomedes Paulino.

Sin embargo, refiero un hombre de carne y hueso, con gustos y preferencias por la bondad, con dotes especiales para combinar el comercio con su proverbial altruismo. En muchas ocasiones abandonaba su comodidad familiar y de su hogar o lo mismo, dejaba solo su sillón reclinable tipo ejecutivo, para acudir a la cita social, cultural, literaria-que lo apasionaba-, y del encendido de las antorchas del entusiasmo, verbigracia; el comité pro UASD de Bonao, Casino del Yuna, Voz del Yuna, en fin donde quiera que le olía a cualquier avance de su pueblo, ahí anclaba su presencia cargada de jovialidad y contagiante buen humor.

Nicomedes Paulino, la última ópera de Bonao, tiene un significado histórico. Tiene que ver con pisadas firmes hacia el éxito. Tiene que ver con trasnoches, con presión de inventario, con facturas pendientes-por pagar y por pedir-, refiere el punto comercial histórico que data de 1923-ahora centenario-, que sobrevivió un rotativo generacional, regenteados por personajes célebres de nuestro Bonao del Ayer; Don Toñito y luego Pepe Khoury-los pioneros-, una vez, un benjamín de los Khoury, Reinaldo, pero, a partir de los años 1968´s, ya merodeaban la calle Duarte los Nicos, (Daniel, Jacobo y otros, y también se incorpora Doña Juanita. Pero no fue sino en los años 80´s, que el hombre de nervio de acero, olfato certero en el negocio, y  de actitud imbatible asume trabajar en la Opera de Bonao. Y con voluntad de crecimiento, de triunfo y de brindar servicios a su pueblo desde el comercio, es que entra a ese emblemático negocio, ubicado en el ombligo-mismo epicentro de los cuatro puntos cardinales del país y,  lo pone a brillar como punto comercial de mayor prestigio y variopintos servicios. O sea, pionera en lo de tienda por departamento.

Sin embargo hasta lo dicho más arriba, todo iba del color de la vida. Sin embargo, la misma vida vino a su encuentro. Alzó vuelo lleno de esperanza  y quizás algunos olvidos, pero un prohombre que llevó a su pueblo como abrigo. Ese Nicomedes cogió con su decano afán a la diestra del señor, y no tengo la menor dudas de que en cualquier lugar, allende los cielos, ha de estar cantando a su opera con el coro celestial.

Y sin vacilación, habrá de estar con nosotros henchido en nuestros corazones para cuando los muertos bajen del cielo a buscar sus cuerpos. Nicomedes, desde la profunda lejanía de las penas de tu pueblo, os digo, gran amigo, gran padre, galante esposo, solo que con tu partida se sigue descalabrando el ramillete de munícipes marca pueblo. Se desvanece, horcón por horcón, hombre por hombre y mujer por mujer la generación de acero., y da tristeza, como un heraldo nacido en las entrañas campestre de  Jobobán de Josecito-aquel que conoció el colchón de hojas de plátanos, las sábanas de macarios, el agua de la tinaja, el arroz majado en pilón y la cafetera de trapo y el olor a hierbas de pastoreos, llegaste alcanzar la cima ¡Cuanta estatura tuviste al levantarte de suelo y la desesperanza que sabían a espinas de mallas y cambrones de los caminos vecinales con olor a leñas mojadas, y así llegar a obtener el premio de los favorecidos de los esfuerzos y que se templó con el rocío de las madrugadas y la fricción del alba y el despuntar del sol.

Nicomedes, y te digo, para que no se te olvides, cuando vengas coge el rumbo del penacho de tu opera, y pósate en su cúpula, que allá te aguardarán los picos de  nuestra cordillera central y los vectores  olímpicos del camino, y que aunque la detenten otros tu seguirá siendo el ultimo referente histórico de la Opera de Bonao. Será tu propia impronta la que guiará la soledad, de tu partida octogenaria y con tus huellas estampadas desde los sinfines del tiempo, tú y los demás que se han ido, estén partiendo al encuentro con Tanato, y así de forma furtiva dejen tambaleante la réplica moralista del Bonao del ayer.

Sinceramente, sin dejos de desesperanza, con tu partida se desmorona la plataforma moral y social de nuestros tiempos ancestrales.  O tal vez, con una foto tuya y ellos, se muestre a las generaciones, ¡Te prometemos que guardaremos una foto tuya, para decirle a la posteridad, lo tan útil que le resultaste a tu pueblo! Niquito, Niqui y demás hijos y familiares,-Jacobo también-, cesen los llantos que su camino está allanado y de seguro será su embajador a la diestra del señor.

Nicomedes, me gustaría pedirte que te devuelvas, pero no lo hagas aunque te lo pidan, ya que a pesar de nuestras penas, anda y ve, sigue tu destino, que los hombres grandes de tus designios podrán perder el rumbo, pero jamás el camino. Y más, ve seguro qué hacer la vida contemplativa resulta simple, pero jamás fortalece el espíritu de los conquistadores.

A partir de tu partida, aunque se haya perdido el nombre de la Opera de Bonao, y aunque la nueva generación china    regentee ese espacio, como quiera sonarán en trinos onomatopéyicos las aves saltarinas y los ruiseñores  con sus picos tocarán los palos secos para hacer sus nidos, como recuerdo eterno que siempre estarás contigo, Y más Nicomedes, no te aflijas, como colibrís tocarán los violines afinados en re mayor repitiendo tu nombre de genio creador, para que no se olvide que eternamente eres parte de la posteridad y la historia contada a través de los siglos, repicando a viva voz, en soliloquio callado, que Nicomedes Paulino ha sido la última ópera de Bonao.