“La violencia solo genera más violencia”. Dalai Lama

La revelación del video donde le caen a martillos al esposo de la ex vocera del partido demócrata Nancy Pelosi, varios tiroteos en diversos Estados en el primer mes del año, incluyendo el asiático que asesino 11 personas de su misma nacionalidad. Así como la golpiza que le propinaron cinco policías afroamericanos de Memphis al joven de 29 años, Tyre Nichols, que luego murió como consecuencia de los golpes.

Debe mover a una profunda reflexión sobre la creación de espacios de diálogos vinculantes. Donde se aborden con la responsabilidad que ameritan, ¿que ha llevado a EE. UU prácticamente a institucionalizar la actual cultura de violencia? que no es ajena a nadie. La diferencia ahora es el de buscar la solución mediante iniciativas que incluyan a todos los sectores de la nación.

Porque la misma se ha transformado en un asunto más que político, en una necesidad de carácter público. Entendemos que, con estos espacios, se analizarían los componentes históricos que le dan origen a este flagelo y que van desde la multietnicidad de la gente, la poca reglamentación sobre el uso de drogas y esta última como el reflejo de una sociedad que la utiliza como salvoconducto a los problemas cotidianos.

Pero el tema actual es tan serio, que, de no establecerse los correctivos de lugar, vamos al borde del colapso social. Ya que la violencia debe ser percibida como una necesidad urgente para la construcción de estos espacios de participación colectiva y de solución inmediata. Para que los norteamericanos puedan analizar y debatir el trasfondo de la problemática.

Porque el deterioro que experimentan los ciudadanos de esta nación, está tomando serias consecuencias; sobre todo por la incapacidad que muestra el gobierno federal y los gobiernos Estatales para afrontarla. Ante este fenómeno. De manera, el que se propicien estos diálogos, planteando soluciones reales a lo que ya se conoce; impactaría positivamente.

Casualmente, mientras EE. UU sigue a la vanguardia de tantos aspectos que la mantiene ocupando los primeros lugares, ha habido un retroceso sistematizado en materia del establecimiento de conversaciones constructivas; para prevenir la violencia en todas sus manifestaciones. Y que se propongan de maneja objetiva la creación de políticas de carácter público que ayude al creciente deterioro de la paz. Sería un gran paso.

Ahora, es tiempo de propugnar que se creen estos diálogos y que de allí salgan las soluciones que restablecerán el orden, sobre la cultura exponencial de tanta violencia que se va multiplicando cada día y los políticos tienen mucho que ver en ella. Por la manera como los legisladores de ambos partidos han politizado la problemática.

La optimización de estos espacios como herramienta social dependerá de los sectores involucrados, para ofrecer respuestas inmediatas y ejecución de planes que abarquen todo tipo de intercambio de ideas de interés común; para promover el bienestar colectivo, dentro de esta plaga que continúa arrastrando a los estados unidos.

Es importante que ambos partidos, Demócrata y Republicano, se una a la construcción de una cultura de paz mediante esfuerzos conjuntos  sobre la base de la voluntad política; que reviertan los diversos aspectos que han hecho posible los altos índices de violencia generalizada en la nación.

De manera, que sin la existencia de diálogos que vincule a todo segmento de la vida estadounidense, la violencia que continúa cobrando vidas de cientos de hombres y mujeres cada año no tendrá solución; ya que los mismos buscaran resolver, promover y crear las iniciativas que le devolverían al país la tan anhelada tranquilidad.