´´El que brilla aleja, el que ilumina atrae´´

Pdre. Keiter Luciano

Hace unas semanas participé de un retiro de adviento dirigido a los y las catequistas del Distrito Nacional de Santo Domingo en la compañía de mi esposo y dos catequistas de Ntra. Parroquia Santo Tomás de Aquino. El sacerdote que nos acompañó durante toda la jornada sabatina es el mismo que cito al comienzo de este artículo. La frase que nos regaló me hizo reflexionar en este tiempo tan maravilloso que es: la Navidad.

Cada año siento que los seres humanos hacemos una carrera al ritmo de un reloj de arena adelantando el nacimiento del niño Jesús. Buscando como justificación que el tiempo de la Navidad es muy corto y que por ello debemos comenzar con antelación las vísperas de celebración navideñas. Este año en agosto ya las tiendas en Santo Domingo ofrecían a sus clientes adornos navideños. Las luces, los colores, arbolitos, guirnaldas y demás ornamentos, adornan nuestros hogares y regalan el deleite de una época que, si bien se observa brillar, me gustaría más que todo se tratara de iluminar.

Los tiempos han cambiado mucho desde aquellas fechas en las que mi mamá y yo adornábamos un pino de verdad colocándole bolas de desodorante pintadas con pintura roja y polvillo dorado por encima. Ahora el desarrollo va en constante evolución y las bolas más brillantes y asombrosas son de cristal. Pero, cuidado con caerse una, porque hasta ahí llega el encanto. Las de mi niñez en ese sentido eran más resistentes. El cristiano en estas fechas busca la manera de brillar y engalanar dentro de sus comunidades, cuidando no caer en el falso escalón de la meritocracia, ese que solo busca los aplausos. Y se olvida que el cristiano de verdad lo que realmente debe buscar es iluminar con amor y ternura la vida de quienes estén o están a su paso.

Mi deseo hoy- domingo de Gaudete mientras escribo- es el de invitar a vivir con alegría, iluminando el entorno que nos rodee para así atraer hombres y mujeres deseosos del amor de Dios. Este año 2024 pudo ser un año muy difícil para muchos, y cuando digo difícil hablo de tristezas, pérdidas, distancias, pero, la fe de saber que Jesús vuelve a nacer para cada uno de nosotros nos invita a seguir apostando por un mejor porvenir, cargado de buenas nuevas, reencuentros, esperanza, ilusión, amor. ¡Muy Feliz Navidad! para todos los que dediquen unos minutos a leer estas líneas.