He sido testigo del magnífico congreso convocado por la Unión de Mujeres Municipalistas (UNMUNDO) encabezado por su presidenta, la alcaldesa de Salcedo, María Mercedes Ortiz, quien bajo el nombre “Mujeres Líderes por Municipalidades más Inclusivas en América Latina” concertó este pasado fin de semana la participación de alcaldesas, vicealcaldesas, directoras y subdirectoras de distritos municipales, regidoras y vocales, así como también funcionarias de la municipalidad dominicana. Siendo además nuestro país, anfitrión de comisiones de mujeres municipalistas de México, Ecuador, Argentina, Puerto Rico, entre otros.
El rol y la participación de la mujer aún necesita impulsarse en los espacios de poder, en todos los niveles, central, congresual y municipal, pues persiste la cultura patriarcal y machista en la política, no solo en República Dominicana, sino también en toda América Latina.
La igualdad, la participación de la mujer y su empoderamiento en los procesos municipales es uno de los objetivos claves de la entidad asociativa de mujeres municipalistas que existe en RD, UNMUNDO, así como lograr la visibilidad y reconocimiento de las mujeres que contribuyen en política, su formación constante y la creación de nexos entre ellas que les permita como colectivo ser mas fuertes.
La aportación femenina es más que clave en toda gestión de gobierno, pero antes de eso, es muchísimo más fundamental y decisiva en los procesos electorales, pues las mujeres representamos el 51.2% del electorado en las pasadas elecciones del año 2020. Precisamos continuar generando consciencia ciudadana tanto en hombres como en mujeres para que podamos construir un país igualitario, donde el liderazgo tenga muchos más rostros femeninos. Es lamentable como todavía vemos mesas de autoridades donde los que priman son los hombres, tal vez porque no hay suficientes autoridades mujeres, o peor aún, porque habiéndolas los hombres las marginan. Las mujeres políticas padecen las brechas que frenan o impiden su amplio desarrollo para acceder a los cargos públicos o para ejercerlos con libertad cuando han sido electas, escogidas o designadas según corresponda; todavía queda mucho de discurso sobre igualdad y poco de realidad cuando analizamos las facultades que se les permiten a las mujeres o los frentes mezquinos con caras masculinas que todas en mayor o en menor medida debemos combatir.
Es vital el fortalecimiento y la inclusión de género en la democracia, si bien el sistema de cuotas ha permitido promover caras femeninas, esto aún no se traduce en la desconstrucción de la cultura machista en la política, que en general existe en toda nuestra sociedad, ni tampoco se deriva en un dilatado porcentaje de mujeres dirigiendo, gobernando o representando a sus comunidades.
El asociativismo femenino, el trabajo de la mujer municipalista que promueve y eleva la Unión de Mujeres Municipalistas Dominicanas (UNMUNDO) es una robusta palanca de apoyo e impulso a las lideresas de nuestro país, a esas que son comunitarias, que se han atrevido con amor y vocación a lanzarse a una candidatura por un gobierno local o a como técnica aportar sus conocimientos y su esfuerzo a crear políticas públicas, programas y servicios que busquen el bienestar de sus pueblos desde el espacio que sea posible. Es loable el esfuerzo realizado por el citado gremio por acoger y afianzar a las mujeres, y con entusiasmo y fe darles un espacio seguro para creer en sí mismas.