La campeona paralímpica Oksana Masters fue una de los tantos niños que nacieron con deformidades como consecuencia de la explosión de Chernóbil en Ucrania. Por la fuga radioactiva, nació con hemimelia tibial, sin pulgares, un riñón y como si todo esto fuera poco, sus padres la abandonaron; yendo a parar a un hogar para niños abandonados donde sufrió los más extremos abusos.
Gracias a que fue adoptada en los Estados Unidos, su historia de dolor cambio para siempre. Por recomendación de los médicos se le amputaron ambas piernas y fue cuando descubrió su pasión por los deportes ganando medalla de bronce en remo Londres 2012, 2 medallas de oro en ciclismo Tokio 2020, 7 medallas en kiatlon y esquí de fondo Beijing 2022.
Lo importante a destacar aquí es la gran capacidad de sobreponerse que tienen las mujeres aun cuando se cierran las puertas y no se ve salida. La verdadera capacidad de la atleta, es la que ha desarrollado para sobreponerse ante todas las situaciones de dolor que ha experimentado desde muy temprana edad y es lo destacable.
Ella utilizó una historia de abandonó, abuso y maltrato físico; para usarla como el motor que luego la convertiría en una de las deportistas de mayor existo en más de una disciplina. En ella, uno no debe enfocarse en su discapacidad física, sino en el ejemplo de resiliencia dentro y fuera de la vida deportiva.
Especialmente en una era que se consume tanta información y donde se le resta importancia a hazañas como la que ella realiza. Su tenacidad la ha llevado a ser un símbolo de que las mujeres son y deben ir más allá de sus límites rompiendo cualquier parámetro.
Masters, le proporciona esperanza a aquellas para que hagan de las dificultades su principal fortaleza, no dejando que ninguna circunstancia les impida lograr lo que se han propuesto. Cada medalla para ella representa el reconocimiento por su proeza atletica y porque tambien es la más completa deportista de esta década.
Ella es la representación de la ruptura de las barreras mentales que paralizan y nos confrontan a superar los peores miedos. Oksana ha logrado desmitificar los miedos al nombrarlos, reconocerlos y luego trabajar en los obstáculos al fijarse como meta el siguiente deporte que desea trabajar; para representar Los Estados Unidos a nivel internacional. Su verdadera capacidad es la de sobreponerse a las dificultades, ya que para ella no existen.
Es necesario destacar no que es discapacitada, si no, que con su discapacidad es la atleta multideportiva de mayor fortaleza física y mental que tiene esta generación; superando una vida de cicatrices físicas y psicológicas marcadas por los abusos que experimento.
Gracias al esfuerzo de Masters, podemos ver en ella que las mujeres deben seguir trabajando hasta encontrar ese punto de apoyo que las estimulara a seguir avanzando. Comprendiendo que la discapacidad no es problema, para alcanzar las metas en las que se trabaja. Y que los impedimentos son el temor a confrontar los miedos.
Su admirable ejemplo debe ser un referente a imitar por las generaciones actuales, en medio de tanta desesperanza e incertidumbre. Su valentía debe ser imitada por cada mujer que siente que no tiene motivos para seguir viviendo.
Su capacidad de sobreponerse, es un símbolo de que el poder de la mente no debe ser subestimado. Oksana Masters, es, sin temor a equivocarme, de una mujer que sabe lo que quiere y trabaja en ello. Un ejemplo sostenible de fuerza, motivación, perseverancia y disciplina que es y será para todas las generaciones subsiguientes, un referente que no conoce el fracaso como excusa.